He recibido desde distintas fuentes tres correos que me invitan a boicotear EITB (ETB1, ETB2, ETB3, Radio Euskadi , Euskadi Irratia, Radio Vitoria, Euskadi Gaztea y las páginas web) desde las 7 de la mañana del día 24 de diciembre hasta las 12 del mediodía del 25, en protesta por la gestión del medio, y muy particularmente por la emisión del discurso del Rey el día 24 en ETB-2. Se enfatiza la importancia del boicot indicando que es un día de una gran facturación en publicidad, y si caen las audiencias –más de lo que ya están cayendo- pueden perder mucho dinero.
Mi primera reacción íntima ha acusado la invitación como un contratiempo. Nochebuena es una de las pocas ocasiones en las que se reúne una familia dispersa como la nuestra, y uno de nuestros rituales consiste en ver después de la cena cómo en el Hator, hator de ETB 1 figuras conocidas interpretan mejor, peor o pésimamente, canciones vascas de toda la vida, que año tras año por lo mágico del momento y el espíritu benevolente y conciliador que habilita el alcohol, consiguen enternecernos. Una nochebuena sin Hator, hator en nuestra casa amenaza en convertirse en algo muy raro, como un mayo sin flores, o peor.
Tampoco quiero ocultar que casi con la misma rapidez cierta sed de desquite ha llegado casi a neutralizar mi anterior sensación. Me he imaginado la deserción generalizada de los espectadores habituales, el esfuerzo de algunos constitucionalistas que jamás veían ETB para tratar de contrarrestar la caída de la audiencia, las dificultades que tendrán para reunir a gente con gancho para cantar en esas circunstancias, y me ha aflorado la sonrisa ante la visión del ministro de Educación cantando el Artzain buru txuri bi junto con Patxi López, Basagoiti y Rosa Díez. Aunque también tenían unos pocos que lo hacían bastante mejor, como Ramón Etxezarreta o Silvestre Zubitur.
Tras asistir Ares al desfile de la Hispanidad, tras pedir que la Vuelta a España o la selección de futbol aterricen en Euskadi, meternos en casa el discurso plomizo del Borbón es de momento el broche del proceso de normalización política del gabinete López. Tiene gracia que quien hizo de la necesidad de acabar con las obsesiones identitarias su discurso central recurra ahora, ocultando de paso la triste gestión de la crisis económica o del Alakrana, a esta escalada de uniformización dirigida a desnaturalizar nuestra identidad y satisfacer las ansias revanchistas del nacionalismo español exhibiendo el sometimiento del hecho diferencial vasco. ¿Se habrá dado cuenta ya Alberto Surio de dónde se ha metido?
Pero el fracaso no es sólo del actual Gobierno Vasco. Tras treinta años de institucionalización ¿qué país tenemos? ¿cuáles son nuestros elementos de cohesión, cuando casi todos nuestros signos constitutivos, desde el nombre, la territorialidad, el himno, los símbolos, la política lingüística y un largo etcétera son problemáticos en nuestra propia definición interna? ¿cuando ya hasta hemos dejado de tener selección de futbol? No es la agresión externa el único problema. El déficit en la construcción de país es un gran fracaso colectivo.
Salvo en el poco probable caso de que Juan Carlos I de Borbón anuncie en su discurso que dimite porque no le ha elegido nadie y que le sonroja seguir viviendo de nuestros impuestos, secundaré el boicot navideño a EITB. Porque en un país en el que todas las cadenas dan el mismo discurso, imponer al único medio que no lo ofrecía que lo dé también, no es sino acabar con la pluralidad. Pero ya no tiene siquiera morbo esta aburridísima e inacabable partida de ping-pong. Es una auténtica ruina que no encontremos mejor forma de canalizar nuestra conciencia nacional que con estas historias tan manidas e improductivas.
Mi primera reacción íntima ha acusado la invitación como un contratiempo. Nochebuena es una de las pocas ocasiones en las que se reúne una familia dispersa como la nuestra, y uno de nuestros rituales consiste en ver después de la cena cómo en el Hator, hator de ETB 1 figuras conocidas interpretan mejor, peor o pésimamente, canciones vascas de toda la vida, que año tras año por lo mágico del momento y el espíritu benevolente y conciliador que habilita el alcohol, consiguen enternecernos. Una nochebuena sin Hator, hator en nuestra casa amenaza en convertirse en algo muy raro, como un mayo sin flores, o peor.
Tampoco quiero ocultar que casi con la misma rapidez cierta sed de desquite ha llegado casi a neutralizar mi anterior sensación. Me he imaginado la deserción generalizada de los espectadores habituales, el esfuerzo de algunos constitucionalistas que jamás veían ETB para tratar de contrarrestar la caída de la audiencia, las dificultades que tendrán para reunir a gente con gancho para cantar en esas circunstancias, y me ha aflorado la sonrisa ante la visión del ministro de Educación cantando el Artzain buru txuri bi junto con Patxi López, Basagoiti y Rosa Díez. Aunque también tenían unos pocos que lo hacían bastante mejor, como Ramón Etxezarreta o Silvestre Zubitur.
Tras asistir Ares al desfile de la Hispanidad, tras pedir que la Vuelta a España o la selección de futbol aterricen en Euskadi, meternos en casa el discurso plomizo del Borbón es de momento el broche del proceso de normalización política del gabinete López. Tiene gracia que quien hizo de la necesidad de acabar con las obsesiones identitarias su discurso central recurra ahora, ocultando de paso la triste gestión de la crisis económica o del Alakrana, a esta escalada de uniformización dirigida a desnaturalizar nuestra identidad y satisfacer las ansias revanchistas del nacionalismo español exhibiendo el sometimiento del hecho diferencial vasco. ¿Se habrá dado cuenta ya Alberto Surio de dónde se ha metido?
Pero el fracaso no es sólo del actual Gobierno Vasco. Tras treinta años de institucionalización ¿qué país tenemos? ¿cuáles son nuestros elementos de cohesión, cuando casi todos nuestros signos constitutivos, desde el nombre, la territorialidad, el himno, los símbolos, la política lingüística y un largo etcétera son problemáticos en nuestra propia definición interna? ¿cuando ya hasta hemos dejado de tener selección de futbol? No es la agresión externa el único problema. El déficit en la construcción de país es un gran fracaso colectivo.
Salvo en el poco probable caso de que Juan Carlos I de Borbón anuncie en su discurso que dimite porque no le ha elegido nadie y que le sonroja seguir viviendo de nuestros impuestos, secundaré el boicot navideño a EITB. Porque en un país en el que todas las cadenas dan el mismo discurso, imponer al único medio que no lo ofrecía que lo dé también, no es sino acabar con la pluralidad. Pero ya no tiene siquiera morbo esta aburridísima e inacabable partida de ping-pong. Es una auténtica ruina que no encontremos mejor forma de canalizar nuestra conciencia nacional que con estas historias tan manidas e improductivas.
Praxku
1 comentario:
Muy buena la propuesta de boikot a la emisión por etb de mensaje navideño del jefe del estado.
Es un caso concreto en que mucha gente abertzale percibe claramente como se puede usar la televisión para imponer una tendencia cultural ó política.
Luego será más facil darse cuenta de que no es solo este caso concreto, esta televisión y este gobierno, sino que todos los gobiernos y todas la empresas usan todos los canales y todos los programas para inculcarnos su propaganda política, su publicidad comercial, su modelo social, cultural y económico.
El siguiente paso será tan fácil como aprovechar el apagón analógico, no instalar la TDT, para sacar ese fascista que tenemos dentro de casa.
____________
Apagón analógico. ¡Por fin nos podemos librar de la tele!
Viva el apagón analógico. Por fin apagan la tele.
Disfrutemos de la vida sin TV ni TDT.
TeleBasura a la Basura
Hasta ahora se organizaban campañas como la "Semana sin tele"
para ayudar a despegarnos de la tele y empezar a vivir la realidad.
Pero ahora por fin podremos dejar la realidad virtual sin ningún esfuerzo.
Gracias al apagón analógico(*) el enemigo que tenemos dentro de casa dejará de chuparnos el cerebro.
Basta que no caigamos en los engaños para instalar un decodificador de TDT. Primero querrán incluso que los paguemos, y luego con tal de meternos todavía más de los mismos nocivos canales de televisión nos los darán regalados. Pero aprovechemos el fallo que en su prepontencia han cometido los fabricantes de aparatos electrónicos y de ciudadanos consumidores.
Aprovechemos el apagón analógico y disfrutemos de la vida sin TV ni TDT.
Además te cabrán más amigos en casa cuando eches fuera ese mueble inutil.
__________
(*) El apagón analógico es el próximo cese de las emisiones analógicas de los operadores de televisión.
Una vez completado el apagón analógico, solo se podrá ver la televisión con un sintonizador digital de TDT (Televisión Digital Terrestre). Durante el próximo año se irá apagando progresivamente la emisión analógica a todas las zonas del Estado español.
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