Aunque ha publicado numerosos trabajos de investigación, Privilegios y fueros del valle y universidad de Aezkoa en el Reyno de Navarra es el primer libro de José Etxegoien. Cuando habla se le ve entusiasmado por las cosas del valle y preocupado por la situación actual que, en parte, está mediatizada por su propia historia.
¿Cómo surge este libro?
Aezkoa es uno de los valles más olvidados a nivel bibliográfico. Es cierto que hay cosas, por ejemplo la tesis de Iñaki Camino sobre su euskara, una de las mejores que se han hecho, pero en el aspecto histórico está huérfano, por ejemplo si lo comparamos, con envidia, con la bibliografía que existe sobre el Valle de Roncal. Como este año se cumple el 840 aniversario de los Fueros del Valle me pareció un buen momento.
Habrá sido un trabajo laborioso.
Ya llevo muchos años investigando los archivos del valle, documentos familiares y otros, así que ya tenía trabajo hecho. Los últimos seis meses he trabajado a tumba abierta en el libro, que se presentó a mediados de septiembre en el Aezkoako Eguna. La documentación está muy dispersa y además en las guerras de finales del siglo XVIII y del XIX desaparecieron muchos archivos de los pueblos. Por ejemplo, el de la Junta fue quemado en la invasión francesa de 1794, salvo cuatro o cinco libros que sacó con una sábana un vecino de Hiriberri.
¿Es un libro histórico o algo más?
Está a medio camino entre la investigación y la divulgación. Para escribir un libro divulgativo hacía falta una investigación anterior que no existe, pero tampoco podía publicar ahora un tocho con mis investigaciones y otro libro divulgativo más adelante, así que he intentado hacerlo todo a la vez. En la primera parte se presenta el Pirineo en general, son unos capítulos pequeños pero interesantes. Luego, el valle de Aezkoa, su demografía, con un capítulo dedicado a la mujer. Hay que tener en cuenta que los primeros restos de una mujer entera hallados en Navarra, de hace 7.000 años, se encontraron aquí. Luego viene la historia administrativa, sobre todo de los siglos XIX y XX, y finalmente se recoge el facsimil de 1782 que recoge los privilegios y fueros de Aezkoa, y que me dejaron reproducir en el Archivo de Roncesvalles.
Una de las fechas clave para Aezkoa es lo que usted denomina el "txandrío" de 1784, es decir la pérdida de los montes y comunales, que pasan a la Corona española.
En este libro esto queda esbozado porque será el tema de la siguiente publicación. La cuestión es que los representantes del Rey se hicieron con todo el comunal de Aezkoa a base de engaños. Hubo un batzarre en el que faltó gente y se firmó en falso, a la Junta se le ofreció una magnífica comida y cuando estaban todos medio borrachos, además no hablaban castellano, les cambiaron una frase al final del texto que lo modificaba por completo. Enseguida se dieron cuenta y pidieron la reversión de los montes, pero ya no fue posible en 200 años. Además, a mediados del siglo XIX empezaron a vender el monte para madera, después subastaron las casas, y en 1929 cedieron la gestión a la Diputación Foral.
Todo eso se ha arrastrado hasta hoy mismo.
Hay que tener en cuenta que Aezkoa ha estado perdiendo dinero durante 200 años. Mientras Salazar y Roncal podían sacar provecho de su comunal, Aezkoa no tenía nada. Por eso decimos que hay una deuda histórica con este valle que nunca se ha pagado ni se pagará. Por ejemplo, el año pasado la Junta compró la fábrica de armas de Orbaitzeta, que ya era suya, y aún quedan una veintena de zonas de pastos de propiedad particular en medio del comunal que la Junta tendrá que volver a comprar. Naturalmente, los propietarios no tienen ninguna culpa.
La otra fecha histórica es 1979, cuando los montes revierten al valle.
Fue una lucha popular de los aezkoanos, incluso contra la propia Junta del valle proveniente del franquismo. Se movilizó a todos los políticos de Pamplona, desde Del Burgo hasta Irujo. Yo creo que ahora no sería posible hacer algo así, se nos reirían en la cara. De todas formas, en el último momento se cambió en Madrid la devolución por la reversión, y la deuda sigue ahí.
En el Pirineo se nota pesimismo sobre el futuro. ¿Qué opina?
La cuestión es real. Demográficamente, el Pirineo no es viable. Se reciclará, aunque no tengo ni idea ni cuándo ni cómo. Ahora el mundo rural pirenaico no tiene votos y donde no hay votos no hay inversión. La gente que está en los ayuntamientos hace lo que puede, pero tampoco hay políticos del Pirineo. Casi habría que reivindicar la vuelta a las primeras elecciones, cuando se elegían los diputados por merindades.
Pero a veces da la impresión de que ustedes se limitan a pedir.
Es verdad que hay que hacer autocrítica, en el sentido de que el Pirineo sólo saldrá adelante si los que estamos allí lo sacamos adelante. Pero también hay que decir que es necesario eso que se da en llamar discriminación positiva. Hace falta una decisión política, porque tampoco es necesario mucho dinero, y una planificación real. Por ejemplo, no se puede decir, como establece el Plan del Pirineo, que desarrollando Aoiz y Lumbier el Pirineo vivirá, porque no es así, no tiene nada que ver. Otro ejemplo: en los POT se define un pueblo como Oroz Betelu como zona periurbana por estar al lado de Aoiz.
¿Y qué pueden aportar los habitantes del Pirineo?
Tenemos que apostar por la calidad en todo, en la agricultura, en la ganadería, en el turismo.... Aquí hay una patata excelente que está bajo cero. Lo mismo ocurre con la ganadería. No es igual una ternera que pasta todo el año en el monte Irati que otra que está encerrada en un establo de la Ribera, con todos mis respetos para la Ribera.
¿Cuál es su próximo proyecto?
Para el año próximo quiero editar una segunda parte, también a nivel divulgativo. Básicamente me centraré en la historia del uso humano de la Selva de Irati que, al contrario de lo que se cree, no ha sido un espacio virgen. Allí ha habido batallas, ganadería, trashumancia, fue un centro de paso clandestino de primer orden en la Segunda Guerra Mundial, ha tenido una fábrica de vidrio. En fin, que con lo que ha pasado en Irati se puede montar una película. También repasaré la historia de la fábrica de armas de Orbaitzeta y los 200 años de lucha del valle por recuperar lo suyo.
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