Manifestaba días pasados mi predisposición a acoger con reservas los resultados que pudiera arrojar el navarrómetro. Una vez publicados, no encuentro motivos sino para acogerlos con más recelos si cabe.
Por supuesto que en lo que más importa, la distribución de escaños en las próximas elecciones forales, lo que se anuncia puede estar cerca de lo que finalmente ocurra, porque entra de las más lógicas hipótesis un escenario continuista con cambios inevitables como la fuga al PPN de una parte del voto de la derecha o el ocaso del CDN de no mediar una severa rectificación de su trayectoria. Pero repasadas todas las tablas, el conjunto de la encuesta me merece menos credibilidad que la que en un principio le asignaba.
Hay que hablar en primer lugar de una tendenciosidad en la elaboración de las preguntas, que es palpable en varios puntos.
La izquierda abertzale tradicional no existe en la encuesta. Ni se la menciona. Tampoco sabemos cómo han reaccionado quienes votaron nulo en 2007 cuando se les ha preguntado por sus intenciones. La Ley de Partidos puede valer para muchas cosas, y así lo hemos comprobado, pero no para modificar repentinamente la realidad social. Y en este navarrómetro hay navarros que, por lo visto, han dejado de existir políticamente.
La valoración de la cuestión lingüística en la educación se solventa forzando una zafia dicotomía entre inglés y euskera, ofreciendo un cuadro en el que hay que elegir de forma excluyente uno de los dos, si no se quiere optar por otros (chino, japonés, italiano….), cuya elección sería más que pintoresca. Plantear las cosas así es un ejercicio de aldeanismo para ocultar bajo el rodillo de la obligatoriedad práctica del inglés el ascenso del prestigio social del euskera en nuestra sociedad.
Otro tanto se puede decir sobre las relaciones con la Comunidad Autónoma Vasca. Se pregunta sobre la procedencia de una unión de comunidades, algo que en la actualidad nadie plantea como hipótesis política. En cambio, cuando se habla de colaboración institucional ya no interesa mencionar específicamente a la CAV, y se equipara la relación a la que se pueda tener con las demás comunidades limítrofes.
Sin poner en duda la calidad del trabajo de campo, la calidad de la elaboración de la muestra me merece serias dudas. Las 1.500 entrevistas y las 55 localidades pueden estar bien elegidas para la estimación global. Pero si se repasan los resultados por zonas geográficas, hay algunos casos en los que los resultados sufren una desviación sospechosa más allá de los límites de lo razonablemente previsible.
Por empezar por nuestra merindad, la de Olite, se anuncia un vueco espectacular en la segunda posición. NaBai sube casi diez puntos, y el PSN cae estrepitosamente, lo mismo que IUN, mientras la derecha sube en su conjunto. Estimo que es una de las zonas de Navarra en que NaBai puede tener un mayor margen de mejora, pero no es bueno creer en milagros. Y poco menos que eso sería llegar al 24% que nos pronostica la encuesta, cuando solamente en la Valdorba y de forma muy ajustada en Tafalla superamos ese porcentaje en 2007, mientras que hay pueblos importantes del sur de la merindad en los que quedamos por debajo, y en algunos casos muy por debajo, del 10%. Todo indica que hay aquí un importante error de estimación en esta zona. De hecho, hay cuatro puntos porcentuales sin atribuir a nadie.
La misma incredulidad producen los resultados de la merindad de Aoiz-Sangüesa. Ninguna tendencia observada hasta el momento puede avalar que Nafarroa Bai vaya a perder ocho puntos, parte de los cuales, hasta arrebatarle el segundo puesto, conquistaría un PSN con muy escasa implantación social. Ni tampoco parece explicable la subida global de la derecha cuando al CDN se le pronostica aquí la consolidación en sus anteriores porcentajes.
Hay localidades de la Cuenca de Pamplona –Burlada, Uharte, Aranguren, Egüés, Noain y Beriain- pertenecientes administrativamente a la merindad de Aoiz, que no sé en qué zona se habrán incluido. En cualquier caso, las constantes anteriores parecen corroborarse tanto en la Cuenca como en la Montaña Occidental. Los registros de la merindad de Estella también se asemejan bastante a los de 2007.
Se ha escrito en valoraciones que he leído en estas últimas horas que “NaBai sigue estancado en la Ribera”. De ninguna manera me parecería estancamiento si se confirmase la subida de más de dos puntos que se pronostica, tratándose de un territorio con dificultades históricas para el vasquismo que no se pueden obviar, y menos si se tiene en cuenta que cuando se habla de núcleos urbanos populosos, como es el caso, el avance reviste su importancia cuantitativa para el cómputo del global de la Comunidad. Las generales de 2008 confimaron una subida pausada pero continua y evidente de NaBai, que puede continuar en el futuro en la medida en que ofertemos un vasquismo integrador de las especifidades socio-culturales riberas.
NaBai encabeza las preferencias del segumento de edad más joven, y disputa a UPN el primer puesto en los tramos siguientes. Es una constante que se confirma encuesta tras encuesta que la derecha, aún contando con un respaldo considerable en todos los grupos de edad, tiene su principal coto en los más elevados, hasta alcanzar prácticamente la mayoría absoluta entre los jubilados. Según esta encuesta, sin embargo, desciende al tercer puesto en el tramo 45-54, en el que se impone NaBai. Me sorprende un tanto esta curva tan pronunciada en el gráfico de edad.
En conjunto, se puede decir que NaBai sale consolidado de esta encuesta, lo que no es poco dadas las dificultades internas y la proyección pública de las mismas. El avance –discreto- en escaños sería producto principalmente de la recomposición de espacios. Hay que recordar que no estuvo lejos de conseguir 13 en 2007. Pero también hay que tener en cuenta que según lo que declaran los propios encuestados hay una sobre-representación en la muestra actual de los que votaron PSN en aquella ocasión, en perjuicio de los que eligieron NaBai.
También sale consolidado IUN, que frena su tendencia descendente, lo que es motivo de satisfacción, según mi punto de vista.
Por supuesto que en lo que más importa, la distribución de escaños en las próximas elecciones forales, lo que se anuncia puede estar cerca de lo que finalmente ocurra, porque entra de las más lógicas hipótesis un escenario continuista con cambios inevitables como la fuga al PPN de una parte del voto de la derecha o el ocaso del CDN de no mediar una severa rectificación de su trayectoria. Pero repasadas todas las tablas, el conjunto de la encuesta me merece menos credibilidad que la que en un principio le asignaba.
Hay que hablar en primer lugar de una tendenciosidad en la elaboración de las preguntas, que es palpable en varios puntos.
La izquierda abertzale tradicional no existe en la encuesta. Ni se la menciona. Tampoco sabemos cómo han reaccionado quienes votaron nulo en 2007 cuando se les ha preguntado por sus intenciones. La Ley de Partidos puede valer para muchas cosas, y así lo hemos comprobado, pero no para modificar repentinamente la realidad social. Y en este navarrómetro hay navarros que, por lo visto, han dejado de existir políticamente.
La valoración de la cuestión lingüística en la educación se solventa forzando una zafia dicotomía entre inglés y euskera, ofreciendo un cuadro en el que hay que elegir de forma excluyente uno de los dos, si no se quiere optar por otros (chino, japonés, italiano….), cuya elección sería más que pintoresca. Plantear las cosas así es un ejercicio de aldeanismo para ocultar bajo el rodillo de la obligatoriedad práctica del inglés el ascenso del prestigio social del euskera en nuestra sociedad.
Otro tanto se puede decir sobre las relaciones con la Comunidad Autónoma Vasca. Se pregunta sobre la procedencia de una unión de comunidades, algo que en la actualidad nadie plantea como hipótesis política. En cambio, cuando se habla de colaboración institucional ya no interesa mencionar específicamente a la CAV, y se equipara la relación a la que se pueda tener con las demás comunidades limítrofes.
Sin poner en duda la calidad del trabajo de campo, la calidad de la elaboración de la muestra me merece serias dudas. Las 1.500 entrevistas y las 55 localidades pueden estar bien elegidas para la estimación global. Pero si se repasan los resultados por zonas geográficas, hay algunos casos en los que los resultados sufren una desviación sospechosa más allá de los límites de lo razonablemente previsible.
Por empezar por nuestra merindad, la de Olite, se anuncia un vueco espectacular en la segunda posición. NaBai sube casi diez puntos, y el PSN cae estrepitosamente, lo mismo que IUN, mientras la derecha sube en su conjunto. Estimo que es una de las zonas de Navarra en que NaBai puede tener un mayor margen de mejora, pero no es bueno creer en milagros. Y poco menos que eso sería llegar al 24% que nos pronostica la encuesta, cuando solamente en la Valdorba y de forma muy ajustada en Tafalla superamos ese porcentaje en 2007, mientras que hay pueblos importantes del sur de la merindad en los que quedamos por debajo, y en algunos casos muy por debajo, del 10%. Todo indica que hay aquí un importante error de estimación en esta zona. De hecho, hay cuatro puntos porcentuales sin atribuir a nadie.
La misma incredulidad producen los resultados de la merindad de Aoiz-Sangüesa. Ninguna tendencia observada hasta el momento puede avalar que Nafarroa Bai vaya a perder ocho puntos, parte de los cuales, hasta arrebatarle el segundo puesto, conquistaría un PSN con muy escasa implantación social. Ni tampoco parece explicable la subida global de la derecha cuando al CDN se le pronostica aquí la consolidación en sus anteriores porcentajes.
Hay localidades de la Cuenca de Pamplona –Burlada, Uharte, Aranguren, Egüés, Noain y Beriain- pertenecientes administrativamente a la merindad de Aoiz, que no sé en qué zona se habrán incluido. En cualquier caso, las constantes anteriores parecen corroborarse tanto en la Cuenca como en la Montaña Occidental. Los registros de la merindad de Estella también se asemejan bastante a los de 2007.
Se ha escrito en valoraciones que he leído en estas últimas horas que “NaBai sigue estancado en la Ribera”. De ninguna manera me parecería estancamiento si se confirmase la subida de más de dos puntos que se pronostica, tratándose de un territorio con dificultades históricas para el vasquismo que no se pueden obviar, y menos si se tiene en cuenta que cuando se habla de núcleos urbanos populosos, como es el caso, el avance reviste su importancia cuantitativa para el cómputo del global de la Comunidad. Las generales de 2008 confimaron una subida pausada pero continua y evidente de NaBai, que puede continuar en el futuro en la medida en que ofertemos un vasquismo integrador de las especifidades socio-culturales riberas.
NaBai encabeza las preferencias del segumento de edad más joven, y disputa a UPN el primer puesto en los tramos siguientes. Es una constante que se confirma encuesta tras encuesta que la derecha, aún contando con un respaldo considerable en todos los grupos de edad, tiene su principal coto en los más elevados, hasta alcanzar prácticamente la mayoría absoluta entre los jubilados. Según esta encuesta, sin embargo, desciende al tercer puesto en el tramo 45-54, en el que se impone NaBai. Me sorprende un tanto esta curva tan pronunciada en el gráfico de edad.
En conjunto, se puede decir que NaBai sale consolidado de esta encuesta, lo que no es poco dadas las dificultades internas y la proyección pública de las mismas. El avance –discreto- en escaños sería producto principalmente de la recomposición de espacios. Hay que recordar que no estuvo lejos de conseguir 13 en 2007. Pero también hay que tener en cuenta que según lo que declaran los propios encuestados hay una sobre-representación en la muestra actual de los que votaron PSN en aquella ocasión, en perjuicio de los que eligieron NaBai.
También sale consolidado IUN, que frena su tendencia descendente, lo que es motivo de satisfacción, según mi punto de vista.
Las valoraciones que se dan a los líderes me sorprenden en cierta manera. No es fácil de digerir que un dirigente tan gris y tan comprometido en la connivencia con el gobierno de la derecha como Roberto Jiménez puntúe por encima de otro con la trayectoria política de Patxi Zabaleta. En cualquier caso, aquí hay una distorsión de entrada, porque se ponen en liza líderes confirmados como cabezas de lista para las elecciones de 2011 frente a otros cuyas formaciones no han decidido aún quién encabezará su lista. Lo que no deja de indicar que la elección de un líder bien valorado en la sociedad no es un asunto menor para el futuro electoral de cualquier fuerza política con aspiraciones.
Lo peor de lo que indica el navarrómetro, y lamentablemente es aquí donde coincide más con mi intuición, lo aportan los datos relativos a la confianza del electorado. La gente sigue demandando el cambio político en Navarra, pero , aún consciente de que hoy por hoy no existe otra, ha dejado de creer en la fórmula con la que se intentó en el 2007. Eso quiere decir que el índice de participación es imprevisible y que un posible diferencial negativo respecto a aquellas elecciones perjudicaría casi con seguridad a la izquierda, puesto que la fidelidad del voto a la derecha está puesta de manifiesto en repetidas ocasiones. Y un contexto de pesimismo social, de desconfianza en las soluciones que vengan de la política para remediar los evidentes problemas de la gente, es terreno abonado para la derecha. Y si el electorado progresista castiga a la izquierda, no existe además ninguna garantía de que los más perjudicados vayan a ser los protagonistas del agostazo.
Por eso estas elecciones requieren de alguien que ilusione, que con un discurso aglutinador removilice el voto de la izquierda social con un programa de cambio, porque la voluntad de cambio persiste, que conecte con las aspiraciones más sentidas por los sectores progresistas de la sociedad. Y eso no consiste en sacar conejos de la chistera, sino simplemente en leer correctamente lo que dice el electorado.
Praxku
1 comentario:
Ongi mamitua, Praxku, zure komentarioa. Eta argi eta garbi adierazia. Eskertzekoa da zurea.
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