jueves, 2 de abril de 2009

A XABIER AZANZA

No he podido sustraerme a la tentación de responder a tu artículo publicado en este mismo periódico. Al contrario que otras veces, no puedo estar de acuerdo contigo. Sé que tu artículo tendrá respuestas mejor documentadas que la mía; yo me limitaré a rebatir la filosofía que en ella se refleja.

Hablas de las bondades del Gobierno de Navarra con respecto al fomento de la lengua vasca (a la que de forma anacrónica que, intuyo, quiere ser despectiva, llama vascuence). Y, como ejemplo, pones la consideración que en la Ley Foral del Vascuence se hace de ésta como "un tesoro que forma parte de nuestro patrimonio". Bien, yo como perteneciente a la comunidad vasco parlante de Navarra, estoy un poco aburrido de oír hablar de bien cultural , tesoro lingüístico , patrimonio de todos los navarros ... Todo eso no vale para nada cuando no va acompañado del reconocimiento de mi derecho a hacer uso de ésta, tanto en el ámbito privado como en el público. Y, de facto, este derecho a mí se me niega, para mí y muchos otros este derecho simplemente no existe. Tú sabes perfectamente que yo no puedo relacionarme con la Administración de la Comunidad Foral en vasco. Y esto es así simplemente porque los diferentes gobiernos que en Navarra ha habido desde que en esta comunidad existe algo así como una pretendida política lingüística, no han querido. Y no es cuestión ni de medios ni de tiempo. En 22 años, algo se podía haber hecho.

Hablas también de lo tolerante que es el Gobierno de Navarra al permitir que los vasco hablantes de la Comunidad podamos escuchar todos los días la no legalizada Euskalerria Irratia o la Euskal Telebista . Franco también fue muy tolerante, permitía que hablásemos en vasco dentro de nuestras casas, y transcurridos unos años, tras finalizar la guerra, permitió que lo utilizásemos incluso en la calle, y hasta en misa. Pero yo, y como yo creo que la mayor parte de la comunidad vasco parlante y buena parte de la no vasco parlante, que con un mínimo sentido de la justicia y una mínima sensibilidad hacia la lengua originaria de esta tierra, se posicionan junto a nosotros, no queremos tolerancia. No queremos que se nos tolere escuchar las radios vascas o ver las televisiones vascas. Queremos, simplemente, tener derecho a ellas. Y por qué, pues porque aquí muchos todavía seguimos siendo vascos, ¿o no? En realidad, lo normal sería que el Gobierno de Navarra contribuyese en la financiación de la única televisión en euskera que existe. ¿O es que los euskaldunes de Navarra, en pleno siglo XXI, no tenemos derecho a poder disfrutar de una televisión pública en nuestra lengua?

En fin, podríamos seguir hablando de cuestiones más concretas que mencionas, pero esto mejor lo dejo para gente mejor documentada. Yo simplemente quería hablar de la filosofía que emana de tu escrito. Por cierto, cuando hables de enfrentamientos, odios, violencias y demás lacras, no mires sólo a un lado. Creo firmemente que entre tus compañeros de gobierno, y salvando raras pero muy honrosas excepciones, el sentimiento hacia la lengua vasca, en el mejor de los casos, es de indiferencia, aunque el de desprecio lo creo más común.

Un saludo, Xabier. Y perdona que en esta ocasión no me dirija a ti en vasco, como lo suelo hacer siempre, y como sé que a ti te gusta. Pero, como siempre que escribo con la, quizás pretenciosa intención de defender mi lengua, lo hago, por razones evidentes, en castellano, mi segunda lengua. Izan ongi.

Juan Inazio Lizarraga (en Diario de Noticias)

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