lunes, 13 de abril de 2009

NOSOTROS NO VOTAMOS LA MONARQUÍA

Las monarquías en España siempre se han impuesto a sangre y fuego, y la de Juan Carlos I no iba a ser menos, ya que tiene sus orígenes en el mismo golpe de estado del 18 de julio de 1936. Su legitimidad -si la tiene- reside ahí, precisamente.
Los diversos pronunciamientos en la historia reciente, Martínez Campos en 1874, Primo de Rivera 1923 o Franco en 1936, son para obstaculizar los intentos serios de la sociedad española por avanzar en el camino de la verdadera democracia y progreso, periodos de tiempo breves, que coinciden en impedir la consolidación o el advenimiento de la legalidad republicana, y por tanto, la imposición por la fuerza de las armas, de la ilegalidad monárquica.
La preparación, para la “instauración” (como dijo el dictador) de la monarquía de Juan Carlos I, se hace a conciencia, esta vez ya sí, con el asesoramiento y dirección de la que iba a ser primera potencia mundial, Estados Unidos de Norteamérica, pero, tras un periodo necesario de terror de mas de cuarenta años. Periodo de tiempo suficiente para limpiar toda una generación -¿y descendientes también?- de rojos, contaminados de Republica y revolución. Estoy hablando de eliminación física, sistemática y planificada de todo un pueblo.
Tiempo durante el cual se dirimen las disputas internas por la sucesión, -en un momento convulso a nivel internacional tras la segunda guerra mundial- con el objetivo de preparar en las mejores condiciones el regreso de la monarquía a España, objetivo básico y fundamental del golpe de Franco en 1936.
La legitimidad de la monarquía de hoy, hay que buscarla en el propio sistema de leyes e instituciones del régimen de Franco. A saber:
Ley de Sucesión de 1947, declaraba que España era un Estado constituido en reino, aunque formalmente sin una monarquía y un rey.
Bases institucionales de la Monarquía Española de 1946 , acuerdo de Franco y el Conde de Barcelona en 1948 para dar al joven Borbón, la “educación conveniente” en España.
Ley de Principios Fundamentales de 1958 y la Ley Orgánica de 1967 que ratifican la forma de Estado, monarquía del Movimiento Nacional.
El joven Borbón, asumió interinamente la Jefatura del Estado durante el franquismo entre el 19 de julio y el 2 de septiembre de 1974 y 30 de octubre a 21 de noviembre de 1975 por enfermedad del dictador. Momentos en que la represión contra la izquierda consecuente y revolucionaria no fue menor.
Tras la muerte del carnicero Franco el 20N, Juan Carlos fue ascendido a Capitán General de los tres Ejércitos y dos días después, proclamado Rey ante las Cortes Orgánicas y el Consejo del Reino. ¡¡Perdemos un Generalísimo de los Ejércitos y ganamos un Capitán General !! . Más de lo mismo.
Como colofón de toda la operación llamada de “Transición” llegamos a Ley para la Reforma Política de 15 de diciembre de 1976. El referéndum no plantea la cuestión decisiva monarquía-republica como era de esperar, sino que la esquiva y elude planteando la engañosa, dictadura o democracia. ¿Quién iba a decir NO a la “d e m o c r a c i a” aunque fuera coronada y del Movimiento Nacional, tras la “limpieza” de mas de 40 años?
.Y finalmente la Constitución de 1978, monárquica por supuesto.
¿Legitima todo esto el régimen actual? Desde mi punto de vista NO. Puesto que está planificado desde arriba, por los franquistas, sus valedores internacionales y su legislación basada en el terror. Es como si diéramos visos de legitimidad a la legislación NAZI alemana o FASCISTA italiana.
¿Cuál es el elemento decisivo por el que la “transición a la democracia” en España, goce de la legitimidad o legalidad que dicen que tiene la monarquía y fuera tachada -la “transición”- de modélica y exportable a otros lugares?
Pienso que lo decisivo en todo este entramado fue, la actitud vergonzosa de los elementos políticos y sindicales COOPTADOS (como bien dice Joan Garcés en “Soberanos e intervenidos”), desde el IMPERIO y con la misión de cortar toda salida de ruptura a la dictadura del felón Franco. Sin la concurrencia y participación de estos elementos políticos y sindicales de “izquierda” esta maniobra de tanto calado, no podría tener éxito y durar tanto tiempo.
No es casual que Fidalgo y Cándido Méndez el dia 22 de abril, estuvieran en una de las cinco convocatorias, pero no en la de las 25.000 personas por la III Republica. No es casual la omnipresencia de los “cooptados” en todos los pactos sociales, desde el Pacto de la Moncloa.
Este “cáncer físico e ideológico”, (¿solo en la dirección?) habrá que “extirparlo” conjuntamente con la Monarquía continuadora, que los reclamó, formó y potenció con todos los medios necesarios.
La expansión del sentimiento republicano y por tanto de la movilización social en la calle es buena señal, a pesar del bloqueo informativo generalizado.
Hablar de Republica en España, es empezar a hablar de democracia, y de progreso social. Repito, es empezar a hablar. Y esto el poder y sus padrinos lo saben. No se trata de reivindicar la II Republica, ni la Republica de la CEDA por supuesto.
Se trata de la III Republica, como primer paso, que todos queremos que sea realmente democrática y al servicio de todos los pueblos de España. CON REFERENDUM O SIN REFERENDUM¡¡ABAJO LA MONARQUÍA!! ¡¡III REPUBLICA YA!!

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