Ni siquiera en el día de su marcha, Carlos Sota “Chiquilín”, quiso olvidarse del fútbol. Porque no hay día más futbolero en la semana que el domingo. Y fue este domingo día 19, y no otro, en el que a los 86 años de edad, nos dejaba el querido y carismático “Chiquilín”. Una maldita y larga enfermedad se lo ha llevado para siempre. Ya no lo veremos por el San Francisco, ni le escucharemos en el viejo Sadar, ni le ovacionarán en su querido San Mamés.
Él fue animador del fútbol, pero también fue jugador en los años 40 en la Peña Sport. También se encargó, junto a otros tafalleses, de hacer renacer a la Peña Sport. Incluso se encargó de organizar autobuses y excursiones para animar a los azules. Este tafallés, se hizo famoso en los campos de fútbol por su manera peculiar de animar a los colores de sus amores. Que por cierto fueron varios. Primero la Peña Sport, luego Osasuna y más tarde el Athletic de Bilbao. Él solo se encargaba de calentar las gargantas de cientos de aficionados que cada domingo se daban cita en las gradas. Generalmente se acercaba a los que menos animaban. Entonces se encargaba “Chiquilín” de animarles a cantar.
Y no lo hacía como cualquier aficionado. Las vallas, que ahora han desaparecido de los campos de fútbol, eran el pedestal desde el que “Chiquilín” removía a las masas. Algunos todavía recuerdan haber tenido que sujetarle por los tobillos para que no se diera de bruces contra el suelo. Además los años no eran problema. Siempre le resultaba fácil y sencillo escalar hasta lo más alto de la valla. Entonces se ponía en pie, se inclinaba hacia el público, miraba a la grada, inflaba sus pulmones y llegaba el grito: ¡Osasuuuuuuuuuuuuna!, a lo que el respetable respondía con el ¡Oeeeeee!. Así hasta tres veces, para terminar con el inconfundible “¡alabín alabán alabín bon ban, Osasuna, Osasuna, y nadie más!“. Al final el público rompía en aplausos. “Chiquilín” descendía de la valla y se iba a buscar otra zona del campo. Le encantaba dejarse la garganta cada tarde de fútbol, animando a sus colores, y levantando a la grada. Eran los últimos años de los 80 y principios de los 90.
Una crónica de prensa de los años 90 decía “El Sadar fue un orfeón impresionante a lo largo y ancho de la noche, con el tafallés “Chiquilín” como animador en la parte de Preferencia, aunque también Graderío Sur se dejó sentir en varias fases del choque”.
El propio Chiquilín se describía así mismo de esta forma en el año 1943: “Carlos Sota –Chiquilín-, aficionado constante y animador tenaz cuando la Peña no va bien… el del Atleeeeti… en San Mamés, Osasuuuuuna… en el Sadar, la Peeeeeña… en San Francisco… Ra, ra, ra!!
En el año 1997, la Peña Sport le rindió un más que merecido homenaje a su trayectoria. Fue en el tradicional partido de fiestas de Tafalla, del 14 de Agosto, que enfrentaba todos los años a la Peña Sport y a Osasuna. Entonces como presidente, Alberto Palacios, le entregó un ramo de flores. Chiquilín estuvo acompañado por su mujer y también por el entonces alcalde Luis Valero y el también entonces concejal de deportes Patxi Pérez Prim.
Muchas han sido las voces en estas últimas horas que se han elevado para pedir que en los próximos partidos de Osasuna y Athletic de Bilbao, se guarde un minuto de silencio. Veremos cómo se portan los equipos grandes a los que animó. La Peña Sport, seguro que se acuerda de “Chiquilín”. Y los tafalleses también.
Hasta siempre campeón.
Zona Media Digital
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