Varios cientos de personas homenajearon hoy en Pamplona a los 298 pamploneses fusilados durante la guerra civil y al conjunto de los 3.400 navarros asesinados a lo largo de ese periodo, por "sus ideas" y por "abanderar la libertad y la igualdad". El acto, que comenzó hacia las 12.30 horas en la Vuelta del Castillo bajo una intensa lluvia, contó con la participación de músicos, poetas, cantautores y un dantzari que acompañaron las palabras y recuerdos de Julio Sesma, presidente de la Asociación Pueblo de las Viudas; Mirentxu Agirre, presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra; y Josefina Lamberto, hermana de Maravillas Lamberto, asesinada durante la guerra civil.
Durante el homenaje, al que también asistieron representantes políticos como el parlamentario de Nafarroa Bai Ioseba Eceolaza, el portavoz parlamentario del PSN, Samuel Caro, o el concejal de NaBai en el Consistorio pamplonés Txema Mauleón, se realizó una ofrenda floral en recuerdo de los fusilados. Además, se contó con la actuación de Fermín Valencia y de los poetas y cantautores de la Rioja, Miguel Correa y Michel Garrido.
El encargado de dirigir el acto fue el periodista Javier Pagola quien recordó que "tras el brutal exterminio" que se llevó a cabo durante la guerra civil, "siguió el sufrimiento de los familiares y seres queridos" de las víctimas que "fueron humillados, reducidos al desamparo, al miedo, al silencio, a la pobreza y a la exclusión".
Según dijo, el recuerdo "emocionado" de las viudas, hijos huérfanos y familiares "logró que no se quedaran paralizados ante el miedo", y remarcó que "desde el dolor y con el corazón partido, supieron mirar hacia adelante". "Del recuerdo de las víctimas de la guerra, nos queda una experiencia de incomparable valor", destacó.
En su opinión, las víctimas de la guerra civil "han aprendido a ver los acontecimientos de la historia desde abajo, desde la perspectiva de las personas marginadas, oprimidas, violadas e insultadas", lo que "nos ha ayudado a mirar la realidad de otro lado y nos anima a cambiar la sociedad".
Para Pagola, la memoria de los 3.400 navarros asesinados "nos ha hecho reflexionar sobre las causas de aquella horrible guerra", y remarcó que gracias a ello "hemos podido asumir nuestra historia y considerar la responsabilidad colectiva de lo que ha sucedido".
"Con el paso del tiempo, el recuerdo de las víctimas ha hecho posible que podamos reconocer la desgracia de los victimarios, hasta el punto que hemos podido sentir que vencidos y vencedores pueden llegar a ser prójimos", afirmó el periodista, quien advirtió de que "para llegar a eso" es "preciso" que las víctimas "tengan rostro y que sus huesos alcancen sepultura digna".
Por su parte, el presidente de la Asociación Pueblo de las Viudas, Julio Sesma, puso de relieve que más de 3.400 navarros fueron asesinados durante la guerra civil "sin causa, simplemente por luchar por lo que les parecía justo y dar de comer a sus familias".
Sesma lamentó que todas estas víctimas "lucharon por defender la libertad y les impusieron miedo y silencio, lucharon por el progreso y acabaron con todo lo que se había logrado, lucharon por la democracia y nos introdujeron la dictadura y lucharon por el reparto de las tierras y terminaron sepultados en ella".
Por este motivo, consideró que "hay que seguir trabajando por todas las víctimas que quedan en fosas, aunque cada vez es más difícil", y abogó porque se sigan realizando homenajes a "todas esas personas que tanto sufrieron y humillaron".
En esta línea, la presidenta de la Asociación de Víctimas de Fusilados de Navarra, Mirentxu Agirre, mostró su convencimiento de que en la actualidad "hay motivos para el aliento, la esperanza y la alegría", ya que según señaló, "son muchos los logros conseguidos", como el acuerdo del Parlamento foral del año 2003 en el que se reconocía la reparación moral de las personas fusiladas y represaliadas durante la guerra civil; la construcción del Parque de la Memoria en Sartaguda y el reconocimiento realizado por 89 consistorios navarros a sus vecinos asesinados durante este periodo.
Mirentxu Agirre criticó que desde la puesta en marcha de la asociación en el año 2002 "hemos vivido momentos buenos y malos", ya que según indicó, "muchas han sido las zancadillas y las críticas gratuitas que hemos recibido a lo que hacíamos". Sin embargo, destacó que "siempre nos hemos levantado" y apostó por seguir "en este camino" porque "aún son muchas las cosas que nos quedan por hacer". Por último, Aguirre deseó que el próximo año este acto de homenaje se realice en el nuevo lugar donde se ubique la placa en memoria a los fusilados de la guerra civil, cambio que ya ha sido aprobado por el Consistorio pamplonés, ya que la que existe actualmente "no llega ni a placa". "Esperamos que la siguiente sea un poco más grande y esté ubicada en un sitio más bonito y más visible, aunque aún no sabemos donde será", concluyó
Diario de Navarra
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