miércoles, 8 de abril de 2009

LA FALAZ LECCIÓN DE JOSEBA ARREGI

Escribe Joseba Arregui en El Correo de la pasada semana 01-04-2009 un artículo llamado “La Gran Lección” donde literalmente se dice los siguiente: “Se olvida con demasiada frecuencia que las dos únicas ocasiones en la Historia en las que los vascos han sido sujetos políticos colectivos, y no entidades separadas, han sido las dos situaciones estatutarias, en 1936 y a partir de 1979. Nunca más en la Historia ha existido un sujeto político vasco unificado.”

“En ambas ocasiones ha existido una condición para la existencia de ese sujeto político vasco: el pacto interno entre vascos que se ven, se imaginan y sienten de forma bien distinta lo que significa ser vasco. Es ese compromiso, ese pacto, el que hace que podamos contar con las reglas de juego que producen la previsibilidad de la política, la permanencia de lo necesario y los cambios pertinentes sin que se resientan las estructuras. No estaría nada mal que todos, incluidos los nacionalistas, extrajeran de lo que está sucediendo desde la celebración de las últimas elecciones autonómicas la lección del valor del Estatuto de Gernika, de nuestro marco jurídico-institucional, e interiorizaran que una sociedad sólo puede cuestionar el marco y el fundamento sobre el que se asienta bajo el riesgo de poner en peligro la convivencia y su misma capacidad de poder ser sujeto político. Porque fuera del Estatuto de Gernika lo que los vascos pueden esperar es la división interna que siempre ha caracterizado la historia vasca.”

No seré yo desde luego quien desprestigie la autonomía conseguida para los tres TT.HH. A ello se debe el gran logro que ha hecho que Euskadi sea una realidad política aún sin corresponderse del todo con el proyecto originario, pero una realidad en definitiva. No seré yo quien niegue la legitimidad democrática, pues eso es precisamente lo que tiene la autonomía de la C.A.V frente a otros proyectos.

Sin embargo no estoy dispuesto a permitir que en supuesta defensa de la autonomía se atente contra otras realidades culturales o se caiga en la negación de otras realidades históricas. A este tipo de categoría pertenece la siguiente afirmación del Sr. Arregui: “Nunca más en la Historia ha existido un sujeto político vasco unificado".

Obsérvese la doble y perversa falsedad.

1. Por un lado se afirma que no hay vascos más allá del la comunidad autónoma vasca, es decir no existen vascos navarros porque estos solo serían navarros, ni existen vascos franceses, porque estos solo son franceses de las pirineos atlánticos

2. Se niega la existencia de de sujetos políticos previos que han agrupado a la mismos territorios pero con mas autogobierno (burujabetza) que los actuales, o que los han superados con creces tanto en aspecto relativos a la soberanía formal como es aspecto relativos a la territorialidad y constituyen una expresión política superior.

En prueba de que lo que dice el Sr. Arregui no es cierto está el hecho que tras un acuerdo acuerdos de 1793 adoptado por las distintas Juntas Generales de los Territorios de Guipúzcoa. Alava y Bizkaia se dota “carta fundacional” a un sistema de Conferencias que durará décadas en la que los distintos comisionados de las juntas Generales de cada territorios se juntan para decidir en común asuntos de mutuo interés las Conferencias de las diputaciones Estos acuerdos constitutivos fueron objeto de sanción por Orden Real de 16 de Julio de 1800.

Esta realidad política emergente no era sólo perceptible por los propios bascongados sino que supo ser captada por extraños, tales como el que sería fundador de la Universidad de Berlin Wilhelm Von Humboldt en 1.801, cuyas impresiones y contexto histórico-politico y jurídico de la época son comentados por el Catedrático de historios Joseba Agirreazkuenaga, en un artículo que lleva por título “El descubrimiento de la nación política vasca por Wilhelm Von Humboldt en 1.801″.

Esta realidad política emergente se fue desarrollando. Y dicho realidad política emergente fue auspiciada por el impulso ilustrado vasco, (que unos parecen querer negar que haya existido), como el desarrollado entorno a la RSBAP y que tuvo su peso en el amor hacia una tierra que condujo al fortalecimiento de nuestras instituciones.

Fruto de este desarrollo podemos ver como desde el año 1860 este sistema de conferencias desarrolló una práctica equiparable con una institución de derecho público, pudiendo incluso asimilarse a una especie de Juntas Generales Vascongadas, si bien de carácter subsidiario respecto a las Juntas de cada Territorio Foral. (Joseba Agirreazkuenga “La Articulación politico institucional de la Vasconia: Actas de las conferencias firmadas por los representantes de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y eventualmente de Navarra (1775-1936)”. Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao 1995, Tomo I, páginas 4 y ss.

Lo peor del señor Arregui no está en lo que dice sino en lo que insinúa y es que nos viene a querer decir que es gracias a la “teta constitucional española” de la que habríamos mamado tanto en 1936 como en 1978 hemos podido unirnos finalmente, como si antes, cuando conservábamos íntegros nuestros fueros, no hubiésemos podido hacer nunca tal cosa.
Miente una vez más y omite una realidad, la existencia de una “nación política bascongada” creada desde el propio impulso político bascongado que fue violentado por un constitucionalismo español tardío que allá por 1876 de la manos de un Cánovas del Castillo, (que da nombre a la fundación creada por el fundador del PP), que quso jugar a lo francés uniformizando para acabar con una Realidad Constitucional Foral Bascongada. El mismo Primer Constitucionalismo Español nacido en Cádiz reconoció a la realidad constitucional foral como el único sistema constitucional vigente y originario de España en aquel 1812. El que quiera leerlo, lo puede encontrar en el discurso preliminar, donde se alaban el Derecho Foral como ni por asomo se atrevería a alabar ningún “constitucionalista” de turno de los de hoy..

Al Señor Arregui a otros muchos hay que decirles alto y claro que la Vasconia ha tenido una expresión política superior tanto en soberanía formal como el territorialidad que fue el Estado Navarro conocido como Reino de Navarra que fue un Estado Europeo dentro del concierto internacional de la época y que se distinguió de su contemporáneos por la influencia que tuvo la cristalización del Derecho Histórico de la Vasconia, que impidió que el mismo tuviera los tintes feudales de los otros de su entorno y donde el Rey era Rey no por derecho divino sino por designio de la comunidad fundada en un pacto.

Pacto que imponía el necesario respeto por el Rey de unos fueros que garantizaban los derechos de los ciudadanos. Todos sabemos que dicho estado no era un Estado-Nación, pero ningún estado de entonces lo era en el sentido moderno. Pero no todos sabemos que dicho estado navarro incluso después de sufrir distintas invasiones por la parte de Castilla sobrevivió residualmente unos años en su parte continental y fue admirado por intelectuales europeos que encontraron refugio en su tolerancia y en su apertura a las nuevas corrientes religiosas. No a todos en cambio se nos ha enseñado la existencia de este Estado Navarro, y este claro que su ignorancia beneficia a quien beneficia. Desde luego su ignorancia no nos beneficia a nosotros. Por ello, debemos de denunciar a todos aquellos que pretenden difuminar nuestra historia.

Frente a la manipulación de la historia siempre quedará la verdad a la luz de los documentos salvo cuando les da por hacerlos desaparecer, por destruir las pruebas arqueológicas como en la plaza del Castillo de Pamplona. Todavía quedan archivos, todavía queda gente crítica, todavía queda gente honrada que no se vende aun cuando se ponga precio de oro a su conversión. Todavía queda gente con verdadero espíritu vasco.

Para los incrédulos os dejo un mapa como el siguiente: (ver fotografía)
Iñigo Lizari (en Aberriberri)

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