martes, 14 de abril de 2009

ALMADÍAS POR EL RÍO ARAGÓN

Cuando oímos hablar de almadías, equivalente navarro de las nabatas aragonesas o de los raiers catalanes, asociamos este antiquísimo medio de transporte fluvial al Roncal y en mucha menor medida a otros valles pirenaicos: Salazar, Aezkoa e incluso Urraul. Pero las almadías llegaban en un tiempo mucho más al sur y navegaron por otros ríos en los que hoy resulta difícilmente imaginable su presencia: por el Arga, pues está documentalmente probada su existencia en Peralta y en Falces; incluso por su afluente Arakil. Y por supuesto, por el Ebro, por cuyo ancho cauce transportaban la madera hasta Zaragoza y en ocasiones hasta Tortosa, próxima ya la desembocadura.

Para alcanzar el Ebro desde los Pirineos había que seguir todo el curso navarro del río Aragón, y parte del aragonés, si se venía desde Roncal. Tal como se recoge en el libro Almadías por los ríos de Navarra, de Fernando Hualde, Félix Sanz y Satur Napal, la base documental de la tradición almadiera es particularmente importante en lo que se refiere a este río, puesto que son cientos y cientos los manuscritos encontrados en los que se reflejan las quejas y pleitos suscitados.

Al menos Cáseda, Carcastillo, Murillo, Mélida, Caparroso y Villafranca, además del monasterio de La Oliva, tuvieron un pleito en 1506 con Tudela, por el precio que pagaban los almadieros en estos municipios. Y en 1575 fue el valle de Echo el que se volvió a quejar del precio abusivo que se les hacía pagar en Carcastillo. También fue en 1575 cuando un sangüesino se hizo pasar en Murillo por cobrador de peaje y consiguió cobrar a bastantes almadieros. A finales del siglo XVI Caparroso acometió las obras de reparación del puente, para lo que tuvieron que contribuir económicamente el valle de Roncal y se intentó cobrar también al de Echo.

Sangüesa, el primer puerto fluvial importante del río Aragón, en el que se comercializaba mucha madera, es una de las principales fuentes documentales. Ya hay constancia de que en 1356 había aquí un guarda para cobrar el peaje. Comenzado el s. XIX, todo el valle de Salazar se unió contra la ciudad de Sangüesa a costa de los impuestos que se cobraban a los almadieros.

Incluso Uxue está también vinculado a la vida de las almadías, pues su término municipal llega hasta el río, por lo que tuvo su propio arrendador del paso de almadías, que en 1797 era Miguel José San Martín.

La historia de la navegación fluvial, al igual que la de la marinera, está salpicada de referencias míticas de lugares que sólo nombrarlos producían escalofríos. Para las almadías salacencas, el más temible era la foz de Arbaiun, donde perecieron bastantes hijos del valle y también roncaleses que habían ido allí a trabajar. Tragapontones y La Losaza, este último lugar poco después de pasar la presa de Carcastillo, eran pasos del Aragón en el que también había que andárselas con cuidado. Ya en el Ebro, aguas debajo de Tudela, también imponía respeto atravesar El Bocal, dique con el que se tomaban las aguas de riego del Canal Imperial.

Pero el punto más peligroso sin duda era la presa del salto de Santacara, donde muchos perdieron la vida. Se sabe que el cuerpo de un almadiero que cayó aquí al agua en noviembre de 1914 no apareció hasta marzo del año siguiente en término municipal de Milagro. Décadas antes, en 1878, la Junta del Valle del Roncal, había presentado ante el Gobierno Civil una denuncia por el deterioro de la presa.

Hubo almadieros marcilleses. Y no hay más que ver su castillo para comprobar cómo se usaron puntales de almadía en su construcción.

Milagro era un importante puerto fluvial. Tradicional punto de llegada y partida. Desde allí se abastecía de madera a Calahorra y resto de la Rioja. Los troncos de las almadías servían también para hacer los vallados del encierro del pueblo. Todavía se conserva en la calle Mayor 16 buena parte de lo que fue la fonda en la que se alojaban los almadieros.

Los que seguían más delante de Milagro pasaban ya al Ebro, donde según se le iban agregando afluentes, los navegantes navarros se iban encontrando con aragoneses y catalanes del mismo oficio. Hoy en día existe en la capital de Aragón una calle dedicada a los almadieros del Roncal.

La creación del pantano de Yesa, hace seis décadas, que también acabó con la vida de pueblos enteros como Esco, Ruesta y Tiermas, puso punto final a la tradición. Hoy en día existe en la capital de Aragón una calle dedicada a los almadieros del Roncal. Y en Navarra, sólo hay una localidad, Milagro, que tiene una calle dedicada a los almadieros. Nos queda la fiesta anual de Burgi para conservar en la memoria lo que fue durante siglos para muchos forma de ganarse la vida y a veces también de perderla.
Fuente: Almadías por los ríos de Navarra

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