¿QUO VADIS ROBERTO JIMÉNEZ?

Miles de personas se manifiestan este sábado en Iruña en contra de que la Junta de Bardenas prorrogue con Defensa el contrato que le permite continuar sus actividades de guerra en suelo navarro. Navarra lleva más de 50 años siendo campo de entrenamiento de acciones bélicas y la prolongación de este largo peaje será responsabilidad, más que de nadie, de un PSN a la deriva, guiado por un líder, el pitillés Roberto Jiménez, ensimismado en su personal y loca carrera.
A pocos kilómetros del pueblo del Jiménez, los concejales socialistas de Caparroso han votado en contra del convenio. El asunto es tan gordo, y no todos tienen las misma tragaderas que Roberto, que los ediles se han plantado a la propuesta hecha por su propia alcaldesa, a la que únicamente han seguido los escaños de UPN.
Gracias al maridaje PSN-UPN, que se sostiene sólo por la cúpula, propuestas como ésta han salido adelante y provocado el sonrojo de una población de Caparroso que, por ejemplo, recuerda cómo la alcaldesa socialista Irene Jiménez Iribarren salió presidenta del Consistorio porque el único concejal de la Agrupación Independiente de Caparroso (AIC) le dio su voto. Un respaldo relacionado, precisamente, con la no renovación del contrato de Bardenas.
El PSN de Roberto Jiménez vive cada día más despegado de sus bases, atolondradas desde la espantada de las últimas elecciones forales cuando Zapatero abortó por razones de Estado el gobierno de progreso con NaBai e IU. Pepiño Blanco garantizó a Miguel Sanz una legislatura sin moción de censura y el de Corella le ofreció una coalición permanente blindada en acero para los próximos decenios.
Hoy Roberto Jiménez se ve con la llave de cualquier futuro gobierno, pero son cada vez más los socialistas sinceros, aquellos herederos del espíritu republicano ribero, que como los de Caparroso comienzan a plantar cara al césar de Pitillas. En Caparroso lo han dicho claro: No al Polígono de las Bardenas, Bardenas para todos los navarros, hasta para Jiménez.
Beltrán Gárriz.