Concluyo hoy este estudio del grado de antifranquismo activo de la sociedad que vivió la transición en el que he tomado como eje los resultados del antidemocrático referéndum sobre la Ley para la Reforma Política de diciembre de 1976. Analizados los datos generales y los de Navarra en su conjunto y por zonas, veamos hoy, con un poco más de detenimiento, los de la Zona Media.
En la Zona Media, entendida como el conjunto de la merindad de Olite, incluyendo por proximidad Carcastillo y Mélida, ambas pertenecientes a la merindad de Tudela, y dejando para ésta a estos efectos la localidad de Milagro, participó en la consulta el 80’51% de las personas censadas, aquellas que tenían 21 años cumplidos en la fecha del referéndum. Es decir, siete puntos más que la media navarra y tres puntos por arriba de la media estatal. He aquí ahora los porcentajes locales, tomados en orden creciente:
Leoz 64’10
Unzué 67
Tafalla 68’53
Olóriz 68’63
Ujué 70’23
Garínoain 71’37
Berbinzana 73’10
Pitillas 73’10
Beire 74’05
Artajona 75’41
Larraga 76’10
Mendigorría 76’24
Falces 79’65
San Martín de Unx 81’77
Miranda de Arga 81’91
Caparroso 82’97
Murillo el Fruto 83’20
Marcilla 83’50
Carcastillo 84’79
Barásoain 84’83
Pueyo 84’84
Orísoain 86
Funes 86’53
Murillo el Cuende 86’56
Olite 86’62
Mélida 87’55
Peralta 87’73
Santacara 88’80
Siempre hay un cierto grado de abstención técnica, difícil de determinar, pero en esta zona es muy inferior al de otras de la Comunidad Foral. Salvo en la Valdorba, el resto son localidades de tamaño medio en las que la población vive agrupada.
Como regla general, se puede decir que se observa mayor tendencia a la abstención en el norte de la merindad y a la participación en el sur. Es algo que se podía apreciar también en Tierra Estella, con la excepción evidente de las Ameskoas, donde la participación fue muy alta.
Las elecciones generales que se celebrarían seis meses después de este referéndum permitirían visualizar una relación bastante clara entre los resultados de ambas consultas. Para comprobarlo podemos agrupar los votos que obtendrían las distintas formaciones en junio del 77 en tres espacios. El primero, el más refrendado, sería el de la derecha regionalista en sus cuatro expresiones de entonces: la UCD de Del Burgo y Aizpún, la Alianza Foral de Amadeo Marco y José Antonio Palacios, la Agrupación Popular Navarra de José Joaquín Sagredo, y el Frente Navarro Independiente de Víctor Manuel Arbeloa y Tomás Caballero. Estas dos últimas formaciones se reconocían como próximas a la Democracia Cristiana y a la socialdemocracia respectivamente en aquella época, pero su mensaje político era indudablemente conservador. Y la evolución posterior de sus portavoces lo evidenció con mayor claridad aún. El segundo sería el del socialismo. Es irrelevante que consideremos o no dentro del mismo bloque al PSP de Tierno Galván, de trayectoria y posiciones políticas mucho más nítidamente socialistas entonces, porque sus resultados fueron muy pobres. Y el tercer espacio sería una amalgama de partidos de izquierda y autodeterministas, muy difícil de imaginar articulada, pero con la característica común de haber mantenido una posición inequívoca a favor de la ruptura democrática.
Entonces veremos al comparar los resultados que hay una relación bastante próxima entre los porcentajes de abstención para la Ley de la Reforma Política y los que alcanza ese tercer espacio de 1977. Por lo general, se amplía en esos seis meses la percepción de que iba avanzando el proceso de democratización, a pesar de la enorme conflictividad política y social de la época, y la gente iba perdiendo el miedo a votar a sus opciones naturales. Es, pues, normal, que el segundo indicador sea moderadamente mayor que el primero. Esta evolución la confirman los datos de la merindad.
Tafalla, siempre polo de referencia de las ideas de progreso en la Zona Media, Artajona, Larraga, Mendigorría, Berbinzana, Ujué, Pitillas….se sitúan con un tercio más o menos del electorado en el tercer espacio en 1977. En Olite, sin llegar a tanto, se duplica el porcentaje (del 13’31% de abstencionistas al 26’81% del Tercer Espacio).
Hay tres excepciones, en las que ese espacio retrocede notablemente y se instalan ya en 1977 en el bipartidismo casi perfecto. Caparroso, Mélida y sobre todo Funes, todavía en la actualidad el núcleo de voto más conservador de toda la merindad.
Las elecciones forales de 1979, en las que la Candidatura Popular Tafalla-Olite alcanzó brillantes resultados en algunas localidades, marcarían el principio de una evolución irregular y heterogénea, distinta hasta hoy en cada pueblo.
Resumiendo lo dicho, en la Zona Media se votó en el referéndum de 1976 por encima de la media de Navarra y por debajo de la de la Ribera. Más por lo general cuanto más al sur de la merindad. Y los resultados del proceso posterior de institucionalización y desarrollo político ha confirmado en lo esencial las conclusiones que saltan a primera vista a la luz de aquellos resultados.
La Zona Media navarra, como la mayoría del Estado, incluso un poco más, votó por la reforma de las instituciones franquistas. No se juzgó oportuna la exigencia de depuración de responsabilidades y no fue posible la ruptura democrática. Y de aquellos barros vinieron estos lodos.
Praxku
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