Se diría que en Bruselas han tocado a rebato para impedir que Syriza llegue al poder en Grecia. Justo después de que el primer ministro conservador, Antonis Samaras, adelantara a la desesperada la elección parlamentaria del nuevo presidente de la república, provocando la histeria en los mercados, en los últimos días se han sucedido las intervenciones, o injerencias, de altos dignatarios de la UE para influir en la opinión de los ciudadanos griegos a fin de impedir la derrota electoral de la derecha que siguen pronosticando los sondeos.
El jueves pasado el propio presidente de la Comisión Europea intervino abiertamente en ese sentido. Jean Claude Juncker, que acaba de superar, con el apoyo del centro derecha y de los socialistas, un voto de censura en el Parlamento Europeo por el escándalo de los favores fiscales a cientos de multinacionales, tomó partido en términos nada ambiguos a favor de Samaras en una entrevista en la televisión austriaca ORF 3. "No quiero que las fuerzas extremistas lleguen al poder en Grecia", dijo. Y en relación con la elección del presidente, cuya primera de las tres votaciones previstas tendrá lugar este miércoles, añadió: "Preferiría volver a ver rostros familiares en enero" (tras la tercera votación) en una clara defensa del candidato de la derecha Stavros Dimas, que ha sido comisario europeo y varias veces ministro en Grecia.
Pero Juncker fue más allá: "Soy consciente", dijo, "de la plena soberanía de los electores, pero tengo que prevenirlos porque creo que es mi deber porque soy amigo de Grecia y si se da la impresión de que los griegos quieren alejarse de los compromisos adquiridos, habrá países de la eurozona que preferirán terminar la presencia de Grecia en la zona del euro".
El lunes 15, el turno de la injerencia le ha tocado al comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, en viaje a Atenas. "La vuelta potencial del riesgo de una salida de Grecia del euro sería una desgracia", ha dicho el que durante muchos años ha sido alto dirigente del Partido Socialista francés. Al tiempo Moscovici ha hecho grandes elogios de Samaras y de su política, la que impone férreamente la troika: "Las autoridades griegas han realizado grandes progresos. Los ajustes fiscales empiezan a dar frutos. Sería una desgracia no proseguir en esa dirección. Contemplar la posibilidad de no pagar la deuda es suicida". También el jueves, la portavoz de la Comisión, Mina Andreeva, ha declarado: "Que Grecia siga en la eurozona es la única solución".
Alexis Tsipras, el líder de Syriza, ha reaccionado en estos términos: "Quieren meter miedo para influir en la elección presidencial. Pero nada de lo que intenten va a funcionar y se volverá contra ellos como un bumerán". Justamente este martes se hizo público un sondeo que pronostica el 28% de los votos para Syriza en las próximas generales (en octubre la misma fuente le atribuía un 27 %, casi cuatro puntos más que el 23,1% atribuido a la Nueva Democracia de Samaras, que también crece respecto del 20,2 % del mes anterior).
Carlos Elordi, en eldiario.es
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