“¡Y el año que viene pondremos el agua!” El controvertido proyecto de construir unas nuevas piscinas de verano al lado del polideportivo, se está pareciendo demasiado al viejo chiste de las piscinas del manicomio.
Las piscinas de la AR-2 están siendo un despropósito desde su inicio. En el año 2009, el Pleno de Tafalla aprobó sin ningún voto en contra un acuerdo para mantener los usos y servicios del Complejo Deportivo Ereta con el debido acondicionamiento de sus instalaciones. Esta inversión no se hizo nunca. Un año después, con los votos de UPN, PSN e IT, se decidió la construcción de unas nuevas piscinas en la AR-2. Decisión que suponía, de facto, el abandono y cierre a corto plazo de las piscinas del Ereta.
Todo lo que se ha hecho hasta la fecha ha padecido una gestión tan pésima como disparatada. Vamos a pasar de unas piscinas municipales que en el ejercicio del año 2012 arrojaron un saldo positivo en torno a los 14.000 euros, a otras inacabadas, en las que no sólo se pierde ese superávit, sino que además van a resultar más caras para todo el mundo.
Tenemos que recordar que desde Bildu propusimos una consulta popular que nos fue negada. UPN, PSN e IT prefirieron que esa decisión fuera tomada exclusivamente desde el Ayuntamiento.
A punto de abrirse las piscinas es posible, según los técnicos, que las obras no estén acabadas, incluyendo la piscina de chapoteo. En lo que concierne a usuarios/as, debido también a las prisas, el resultado es que se va a proceder a una subida generalizada de los abonos. Adultos pasan de 54,70 a 67,50 euros; Menores entre 3 y 13 años, de 17,90 a 33,65 euros; Medianos entre 14 y 17 años, de 31,40 a 50,47 euros.
En conclusión, las nuevas piscinas son una inversión absurda (ya teníamos piscinas) y muy costosa (incluyendo este ejercicio se han invertido ya cerca de dos millones y medio de euros). Pensábamos que Tafalla tiene otras prioridades de gasto mucho más acuciantes y urgentes. Este despilfarro sólo responde al interés inequívoco de UPN de privatización de servicios públicos. UPN sabía desde marzo que no daba tiempo a hacer las cosas bien, pero esta obsesión privatizadora nos ha llevado a que este año los usuarios/as de las piscinas van a tener peor servicio, peor ubicación y van a pagar más. Y en próximos años veremos qué más repercusiones para las arcas municipales tiene esta forma chapucera de actuar.
“!Y dentro de diez años pondremos sombra¡” Continuará…
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