Juan Goyen fue reelegido secretario general de UGT por el 47,3% de los votos, porcentaje inferior a los delegados que emitieron su papeleta en blanco, que se interpretó como la necesidad de un cambio en el mayor sindicato de Navarra, con 20.360 afiliados. Este voto en blanco, que supuso el 52,6% de los sufragios, se extendió por todas las federaciones que se dieron cita en el 10º Congreso de UGT de Navarra, según pudo conocer ayer este periódico.
Así que el sector crítico contra la Comisión Ejecutiva, compuesta por Juan Goyen, Manuel Gómez, Jesús Santos, Idoia Remírez, Marisol Vicente y Patricia Pérez, no se detecta exclusivamente en unas federaciones sino que se ha generalizado en cada una de ellas: en la de Metal, Construcción y Afines, mayoritaria en el sindicato, que acudió con 89 delegados al Congreso; en la de Servicios, con 29 representantes; en la de Industria y Trabajadores Agrícolas, con 27; en la de Comercio y Hostelería, con otros 27; en la de Servicios Públicos, con 15 delegados en el Congreso; en la de Transportes y Mercancías, con 12 asistentes; y en la de Enseñanza, con siete. Junto a estas federaciones también acudieron las comarcales: Pamplona, con 61 personas, estaba integrada en la representación de las federaciones; Tudela, con 18; Tafalla, con ocho; Estella, con siete; Alsasua, con tres; Baztan, con dos y Sangüesa, con uno. Además, de los delegados de las federaciones y comarcas, acudieron cuatro personas en representación de la Unión de Jubilados y Pensionistas y uno por parte de los autónomos.
Los 111 papeletas en blanco de los 216 que votaron procedieron de forma homogénea de cada una de las federaciones mencionadas. El viernes por la tarde, los secretarios generales de las diferentes federaciones aconsejaron de forma indirecta a sus delegados cuál era la mejor opción: unos insistían en que era importante que Goyen recibiera el mayor apoyo posible, un mensaje que caló en cien delegados; otros, en cambio, de forma persuasiva, incitaron a que se decantaran por el voto en blanco para demostrar al candidato que su línea continuista no es del agrado de parte de las bases. Únicamente los representantes de la Unión de Jubilados y Pensionistas expresaron claramente que iban a rechazar la gestión de la Ejecutiva saliente, liderada por Juan Goyen, y que no iban a apostar por su reelección.
El viernes por la mañana, Goyen se posicionó en una línea continuista en su discurso: recuperar el diálogo social y la concertación con los mismos agentes económicos, políticos y sociales, desechar contactos con ELA y LAB y el autogobierno. Pero, desde hace meses, parte de las bases han empezado a cuestionar la falta de crítica a los escándalos que salpican al Gobierno de UPN, con Barcina al frente. Además, tampoco comparten que se cierren negociaciones con ELA y LAB, ya que creen que una mayor unidad sindical beneficia a los trabajadores.
Por la tarde, se desarrollaron las diferentes reuniones de las comisiones de trabajo para debatir las enmiendas presentadas a los documentos que recogen el programa de acción, los estatutos y la normativa interna. Los asistentes propusieron sus iniciativas y no faltaron discrepancias entre las bases y la Ejecutiva. Tras las intervenciones de las bases, los presentes echaron en falta algo de autocrítica por parte de Juan Goyen. Para muchos, su intervención fue equivocada y propició el cambio de voto de delegados.
Hasta ese momento, según pudo saber este periódico, se calculaba que el reelegido secretario general disponía de más del 50% de los votos, incluso próximo al 60%; pero esa actuación precipitó el vuelco en el resultado. La marejada del sábado no ha hecho más que empezar.
Sagrario Zabaleta, en Diario de Noticias
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