Lo confieso, soy uno de esos antipatriotas a los que no hacía ninguna ilusión que los Juegos Olímpicos de 2016 se celebraran en Madrid. Me aburre el deporte televisivo, me carga tanto patrioterismo deportivo, me sacan de quicio los políticos que se arriman a la foto de cualquier triunfo ajeno, y desconfío de quién acaba haciendo negocio con estos grandes acontecimientos. Así que ante la perspectiva de pasar los próximos siete años aguantando la barrila que nos iban a dar entre todos con el acontecimiento mundial de celebrar los Juegos de 2016 en Madrid, prefería que se fueran con la música a otra parte.
Que en vez de al río Manzanares se hayan ido a Río de Janeiro me parece bien. Era la ciudad que yo esperaba que saliera; en parte porque suponía lógico que por fin hubiera unos Juegos en Sudámerica (y poco lógico que repitiera Europa, contra la costumbre de alternar continentes), y en parte porque en el dudoso caso de que celebrar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos lleve dinero y progreso a alguien supongo que en Brasil están un poco más necesitados que en los demás países que competían.
Y ahora que ha acabado ese proyecto tan ilusionante en el que, como han dicho en los discursos los mandamases que han ido a hacer piña a Copenhague, no competía solo Madrid sino que Todaspaña estaba detrás, que era un proyecto de toda una nación, pues a lo mejor toda esa increíble energía que se iba a desplegar se podía encauzar en alguna otra cosa. Por ejemplo; podíamos hacer un proyecto que implicara también a toda una nación unida, a todas las instituciones (incluidos los nietos del Rey), a todos los partidos políticos, a todos los medios de comunicación, aunque solo fuera con la mitad de estusiasmo que había por Madrid 2016, la mitad de voluntarios que se iban a apuntar y la mitad de inversión pública. No sé, ¿acabar con la pobreza en España? ¿reducir las emisiones de CO2? ¿girar hacia ese nuevo modelo económico sostenible? ¿dedicar el 0,7 para cooperación al desarrollo?
A lo mejor, con un proyecto así, empezaba a creerme lo del orgullo patriótico.
Miguel Izu (La Coctelera)
No hay comentarios:
Publicar un comentario