El jesuita y escritor español Juan Masiá, conocido por sus ideas progresistas sobre temas polémicos como el uso de preservativos, el aborto o la muerte digna, ha recibido una carta firmada por su Superior Provincial en Japón, donde se encuentra destinado, en la que se le ordena abandonar “toda actividad relacionada con España y concentrarse plenamente en su trabajo en Japón”. Redes Cristianas denuncia lo que ha calificado como un “chantaje porque juega hábilmente con la ‘oblación generosa’ que hizo el padre Masiá hace 40 años para obligarle espiritualmente a aceptar el actual silencio impositivo”.
La jerarquía de la Iglesia española pareciera que ha conseguido por fin apartar al sacerdote incómodo, intentando recluirle en su exilio asiático.
“El pasado mes de julio, presiones desagradables por parte de grupos ideologizados que ocultan su identidad, pero podrían etiquetarse genéricamente como Inquisición española, S.A., me llevaron a tomar la iniciativa de renunciar a mi blog, en el nicho que durante tres años me había proporcionado Religión Digital”, contaba el 4 de octubre el padre Masiá en su nuevo blog “Vivir y pensar en la frontera”, antes de que se hiciera efectiva la carta firmada por su Superior Provincial en Japón, con la orden de romper su cordón umbilical con la realidad española.
“Lamentablemente, mi iniciativa de dejar de escribir en Religión Digital no sirvió para evitar que continuasen por la espalda las manipulaciones y presiones ante la institución de mi pertenencia para intentar infructuosamente reducirme al silencio”, continuaba explicando Masiá.
Los que desean “reducirle al silencio” son los que durante mucho tiempo han sembrado “calumnias”, que según el padre Masiá “no se deben admitir, aunque vengan de voces episcopales que, a veces, para medrar en el escalafón eclesiástico, actúan inquisitorialmente”. Y precisamente entre esas “voces episcopales” a las que hace referencia estarían el presidente de la Comisión Pontifica para la Familia, el cardenal López Trujillo, y el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, artífices de la expulsión de Masiá de la dirección de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, en 2006.
“No puedo probar que el cardenal Rouco, monseñor Romero Pose o el cardenal López Trujillo hayan intervenido. Lo dicen mis compañeros y parece evidente, pero no lo puedo probar. Todo se hizo sin papeles oficiales, para no dejar huellas”, comentó entonces.
“El preservativo no es cuestión de fe, ni de moral ni de pecado. Es cuestión de sentido común y de responsabilidad”, expresaba Masiá, que calificaba de “mitad cómico, mitad anacrónico” el debate eclesiástico sobre el uso del preservativo. Y el comentario le costaba la Cátedra. No obstante, su ideario se mantiene intacto. Preguntado acerca de las declaraciones en contra del uso del preservativo hechas por el Papa Benedicto XVI en marzo, durante su último viaje a África, el jesuita afirmó que fue “un lamentable desliz del que estará arrepentido”.
Tenían razón el arzobispo Rouco y los de su estirpe en apartar a este hombre para quien “callarse por prudencia es inmoral”, para quien la presencia de obispos en manifestaciones callejeras “no tiene ni pies ni cabeza”, y para quien en la Iglesia española hay más obsesión por la moral y el poder que por “evangelizar”.
Ha sentado mal su calificativo de “desatinado” para el comentario del cardenal Antonio Cañizares, quien afirmó que “no es comparable” el abuso a niños en el seno católico irlandés “con los millones de vidas destruidas por el aborto”. El padre Masiá argumentaba en junio: “Saben que hay que revisar radicalmente la moral sexual, pero no se atreven ni a tocar el tema menor del preservativo. El tema de la sexualidad es una piscina en la que, aunque no cubra el agua, la Iglesia no hace pie y se ahoga”.
Ciertamente, el padre Masiá es un hombre muy peligroso. Fue uno de lo 300 teólogos que suscribieron un documento, titulado “Ante la crisis eclesial”, en el que hablan de la “pérdida de credibilidad de la institución eclesial”, cuya “causa principal es el miedo ante las reformas que se exigía a la Iglesia”, reclaman “la urgente reforma del entorno papal”, y denuncian la “incapacidad para escuchar” de la jerarquía y la “doble actitud de mano tendida hacia posturas lindantes con la extrema derecha y de golpes inmisericordes contra las posturas afines a la libertad evangélica”.
No en vano fue censurado su libro “Tertulias de bioética. Manejar la vida, cuidar a las personas”, por las presiones directas del Vaticano y del obispo auxiliar de Madrid Eugenio Romero Pose, presidente en España de la Comisión para la Doctrina de la Fe.
En un artículo publicado en el diario La Verdad de Murcia, el 17 de octubre, Juan Masiá escribía: “A un joven octogenario, Juan XXIII, se le ocurrió en mitad del siglo XX mirar la realidad actual para no quedarse atrasado y convocó el Concilio Vaticano II. Había que cambiar las gafas con que miramos el mundo. De lo contrario, la puesta al día llega tarde. El cambio de paradigmas de pensamiento y acción que necesitan iglesias y partidos no son reajustes cosméticos, sino refundaciones sin miedo a soltar lastres tradicionales. ¿Lo conseguirá Obama, que tan difícil lo tiene, a pesar de que intenten auparlo con un Nobel por los pelos?(…) Pero quien más difícil lo tiene es Benedicto, a quien se le va de las manos el timón de la barca petrina, sobre la que soplan vientos de involución con nostalgia de antiguo régimen. Hay demasiados lugartenientes de la vieja guardia curial en el puente de control de la nave”.
Afortunadamente, el padre Masiá no está dispuesto a acatar el silencio ordenado por la jerarquía católica. Ha decidido aceptar la propuesta de un grupo de simpatizantes en Internet, que le han organizado un nuevo blog, y continuará publicando sus ideas en esas páginas. Allí ya se puede leer su artículo “Aprender a dudar” en el que sigue provocando a las esferas de poder de la Iglesia: “La cultura de la inquisición agresiva y envidiosa no ha cambiado en Celtiberia. Aún queda por hacer esa transición inacabada del garrotazo troglodítico al debate civilizado”. También podremos seguir consultando su página.
Redes Cristianas
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