Los nubarrones que se
ciernen sobre Convergència
Democràtica (CDC)van oscureciendo y la tormenta amenaza con hacer
zozobrar al partido que dirige el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Con la relación con su socio de federación, Unió Democràtica,
pasando por una de sus peores crisis, el líder nacionalista busca una solución
para frenar la sangría de votos que pronostican los sondeos, en los que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ya vence a CiU. Siguiendo el rumbo hacia la consulta soberanista, prevista para 2014,
la preocupación se centra en el ciclo electoral que viene: las europeas de
2014, las municipales y generales de 2015, y las autonómicas de 2016. La
solución, para Mas, es Esquerra Republicana.
El socio parlamentario de Mas es, sin embargo, el principal
enemigo electoral de CiU: los últimos sondeos del Centro de Estudios de
Opinión, el ente demoscópico de la Generalitat, pronostican el sorpasso de los republicanos, que beben sobre
todo de las filas nacionalistas: el 21% de los votantes de CiU optarían, en
caso de celebrarse elecciones, por el líder de ERC, Oriol Junqueras, mejor valorado que el actual
presidente catalán en las encuestas.
Mas cree que para frenar
esta sangría de votos la mejor solución es aliarse con Junqueras. CDC está
maniobrando para lograr convencer a los republicanos para articular una
candidatura conjunta para las elecciones europeas, las que abren del ciclo
electoral. Primero lo intentaron lanzando la propuesta a través de La
Vanguardia, para sorpresa de ERC, que veía por escrito una idea que
solo habían oído como conversación recurrente en los pasillos del Parlament. De
sondearlo en los medios, Convergència ha pasado ahoraa la ofensiva
declarativa: en todas las entrevistas y apariciones públicas los líderes del
partido aprovechan para recordar a Esquerra la necesidad de ir juntos a los
comicios europeos, una demanda que también se reproduce en las reuniones de
coordinación del pacto parlamentario que tienen ambas formaciones.
Convergència argumenta
que los partidos que defienden la consulta sobre la independencia (además de
ERC, Unió, PSC, Iniciativa y la CUP) deben acudir juntos a las europeas para
exhibir en Bruselas unidad para el referéndum de autodeterminación, que
quieren convocar en septiembre de 2014. “Debemos plantear las europeas como un
ensayo para la consulta”; dijo el portavoz de la Generalitat y consejero de
Presidencia, Francesc Homs, en una frase repetida como
consigna por varios dirigentes nacionalistas durante esta semana.
Pero el rechazo a CDC le llega de todos lados: el primero, de su
socio parlamentario, Unió Democràtica. El líder democristiano, Josep Antoni Duran, rechaza una candidatura
conjunta con ERC porque entiende que el modelo económico de los republicanos y
el que defiende Unió es incompatible. Subyace en el rechazo el recelo del líder
democristiano a cualquier alianza con los independentistas.
Iniciativa, que
concentra su oposición en denunciar los recortes de CiU y ERC, considera que la
alianza que pide Convergència es una estrategia para tapar el desgaste por los
recortes y el tijeretazo, y por ello desdeña una coalición para las europeas,
algo que también hace la CUP.
En estas condiciones,
Esquerra ni se plantea por ahora presentarse junto a CDC a los comicios. La
dirección de ERC considera que concurrir a unas elecciones solo con
Convergència —lo que supondría una ruptura de la federación CiU tras más de
treinta años de alianza— solo debilitaría esta opción y lastraría las opciones electorales
de ERC.
Más allá de considerar
un error establecer las europeas como ensayo de la consulta por la baja
participación de estos comicios, ERC argumenta en público que el poco consenso
que suscita la propuesta de CDC imposibilita la candidatura conjunta. Pero
fuera de focos, los republicanos denuncian que tras la propuesta de los
nacionalistas se esconde una estrategia para evitar el naufragio electoral de
CiU que pronostican los sondeos.
ERC toma ventaja sobre
CiU: lo avanzó el mismo instituto demoscópico en febrero, un pronóstico que se
ha consolidado en lo siguientes sondeos. El augurio más optimista sitúa a CiU
con 13 escaños menos que los 50 actuales. En este contexto, Mas quiere ganar
tiempo para mejorar sus perspectivas: CDC confía en recuperarse una vez se
acerque la consulta y se suavice la crisis.
En esta estrategia las elecciones europeas estorban: en mayo de
2014 la consulta solo estará convocada si hay consenso y los Presupuestos serán
los que se están redactandoahora en el Parlament, que mantienen los
recortes acumulados de otros años. En CiU, con los nervios a flor de piel por
el proceso soberanista y la federación en plena crisis, un descalabro en las
europeas como la que pronostican los sondeos puede hacer tambalear al propio
Mas.
Los próximos meses serán
clave para establecer las fuerzas con las que el presidente catalán y Esquerra
llegarán a 2014, año de la consulta pactada por ambos. Pese a la negativa de ir
juntos a las europeas, el pacto con los republicanos va viento en popa: los
partidos trabajan con intensidad para cerrar los Presupuestos de 2014 y
establecer la fecha y la pregunta de la consulta. Tras estos prolegómenos,
Junqueras y Mas negociarán la entrada de ERC en el Gobierno catalán: un deseo
de CiU que los republicanos supeditan a concretar la consulta. Hasta ahora
combinar el papel de socio del Gobierno y líder de la oposición le ha ido como
anillo al dedo a ERC, que capitaliza electoralmente el proceso soberanista y se
escapa del desgaste de los recortes.
Maiol Roger, en El País
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