Muchos habrán pasado por alto que la guerra en UPN está de nuevo al
pil-pil. Las voces críticas van brotando en las paginitas de opinión de
forma orquestada. Primero fue el León de Cintruénigo, alias Faustino,
que con un símil ajedrecístico poco sutil, dijo que en la política foral
Navarra es el Rey y que, para salvar al Rey, había que sacrificar sin
dudar todas las piezas. Y eso iba por la reina, por Barcina. Más tarde,
tras mandar pajaritos a contar por las redacciones que se montaría una
buena, Miguel Sanz salió guerrero exigiendo a su presidenta romper peras
con el PP y anunciar a la voz de ya que acudirá a las elecciones sola.
Sanz profetizó que «ni por el forro» obtendrán la mayoría absoluta y que
el PP les impedirá postreros arrumacos con el PSN. Por supuesto que la
reinona le dijo que nones. Barcina cree que le quedan bríos como para
hacer jaque mate a cuantos se le pongan por delante. La reina respondió
ordenando a su peón de Fustiñana -parece que el de Noain está camino a
Villadiego- a salir en su defensa en la misma página de opinión que usó
Faustino León. Sola Pradilla buscó más la arenga que el texto trabado.
Se notó que tenía que demostrar poderío, ya que cuando Barcina fue a
fiestas de Fustiñana le chiflaron pero bien. Un bochorno para Sola y la
de Burgos, que ve cómo se le extiende el territorio comanche. El
miércoles retomó la pelea Chon Latienda, que rompió una lanza en favor
del Corellone y le espetó a Barcina que ella, para el partido, es
intrascendente. La vida política navarra parece aburrida, pero tenemos
culebrón caníbal en las páginas de opinión.
Aritz Intxusta, en GARA
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