Una paradoja del alto nivel de paro en España es que numerosas empresas y autónomos encuentran dificultades para contratar empleados cualificados. Algunos datos: con una población activa en aumento de 5 millones de trabajadores desde el año 2001 (un 28% más) las ofertas de empleo que no se cubren son del 8% y se prevé que en 2020 falten 1,9 millones de trabajadores altamente cualificados.
Además, es difícil para los particulares contratar personas en trabajos puntuales, por ejemplo, el cuidado de niños o ancianos. Conlleva un pesado trámite administrativo (alta en la Seguridad Social, desplazamientos, colas, pérdida de tiempo, etc.) que retiene al empleador (hasta 70% de estos trabajos no están declarados).
En los dos casos, la información no fluye desde los contratadores a los parados. Dos herramientas, al menos, podrían contribuir a reducir estos obstáculos como ya ocurre en otros países europeos:
§ - Puesta en contacto de demandas y ofertas de trabajo gracias a webs específicas denominadas 'jobbing' (en Francia: www.youpijob.fr). Son bolsas locales o sectoriales de empleos para particulares que buscan servicios puntuales o a tiempo parcial. Abriría un mercado potencial para estas webs con un posible soporte público.
§ - Cheque empleo: este servicio consiste en pagar a trabajadores las prestaciones a través de un bono que incluye ya las cotizaciones (como en una hoja de pago). Funciona en Francia desde 1994, Bélgica (2004) e Italia (2008). Facilita la contratación de desempleados o estudiantes con seguridad y transparencia (en Francia se tramita directamente online-www.cesu.urssaf.fr y en agencias bancarias). Ha facilitado la creación de 450.000 empleos domésticos en Francia, el 6% del empleo total. Un incentivo para usar este medio es que parte del gasto se desgrava del IRPF.
Por supuesto, habría que adaptar estas herramientas a las condiciones estatales y a las nuevas tecnologías de la información (tarjetas de pre pago, teléfonos móviles, etc...). Sería un modelo innovador de promoción de empleo local de calidad, que fomentaría un desarrollo socioeconómico más sostenible y, además, sanearía la economía sumergida.
Queda el asunto estructural de la inadecuada cualificación de muchos trabajadores, pendiente de reformas a fondo en la educación técnica y superior, así como en la formación profesional, para adaptarlas al mercado.
Emmanuel Bergassé (Ujué) (en El Olitense)
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