Tafalla despertó ayer en su segundo día de fiestas con cinco vitorinos corriendo por sus calles. El sexto toro se había roto una pata de madrugada, en el encierrillo. Los mozos corrieron bien y todo fue muy limpio, pese a que los bureles andaban buscones por los primeros tramos. Pero aunque tengan buenos encierros, una plaza y tres peñas de solera, las fiestas de Tafalla destacan, sobre todo, por la parranda que se monta, como se pudo notar ayer en la comida popular del Jai Gune.
La prueba de que la parranda es lo principal es que, al igual que se está haciendo en Iruñea, un grupo de jóvenes ha empezado a buscar alternativas a la corrida. La idea es acabar con ese rato muerto de la tarde, que se deja de lado tradicionalmente porque se presume que mozos y mozas están en la plaza. Pero los toros cada vez gustan menos y hay quien los aborrece.
Este es el tercer año que se impulsan alternativas a las corridas. Y cada año van a más. Al principio, preparaban actividades para jornadas sueltas, pero este año ya han elaborado un programa para todos los días, salvo el de la pelota, que no hace falta. Ayer hubo poteo con disfraces a ritmo de electrocarro. Y hoy, concierto de trikitixa en el Buster, a cargo del grupo El Kopón. De hecho, el sábado la plataforma se han venido a más y empezará con el poteo desde el mediodía, empalmará con la comida popular en el Ereta con las peñas y la Gardatxo (algo así como la gazte asanblada tafallesa), y luego dará otra vuelta con el carro que les entretendrá hasta los conciertos de la tarde.
Haizea Lizarbe, una de las organizadoras de la alternativa a las corridas de toros (bautizada como Adarrik Ez Jotzea), explica que todo comenzó «porque mucha gente había dejado de ir a la plaza pero no tenía nada para hacer por la tarde». La filosofía es atraer hasta a quienes no sean antitaurinos, simplemente, porque fuera de la plaza uno se lo pasa mejor. «Procuramos que lo que hacemos sea vistoso y que pueda venir todo el mundo», dice Lizarbe.
Mientras Adarrik Ez Jotzea se preocupa por dar vida a las tardes de fiestas, de la noche se encarga el Jai Gune. Este espacio es el verdadero orgullo de quienes han montado este año las fiestas populares. La enorme carpa, con un escenario de 27 metros, ha sustituido a las txosnas y servirá de alivio a los bares, sobre todo, el fin de semana, cuando no cabe un alma entre las calles que van desde el Rafael hasta la calle Mayor.
El Gobierno local de UPN ha tenido que ceder ante el empuje popular del Jai Gune. Aun así, no ha sido un camino de rosas y, en la madrugada antes de que se lanzara el txupinazo, la Policía Municipal se llevó varias pancartas que llamaban ladrones a Yolanda Barcina, Roberto Jiménez y a la alcaldesa.
Aritz Intxusta, en GARA
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