El inicio de las fiestas de Tafalla va a tener como protagonista especial a
la Rondalla Tafallesa ya que por iniciativa del exconserje de la casa
consistorial, Ramón Esquíroz, el cohete va a estar decorado con fotografías y
motivos alusivos a esta formación instrumental que viene realizando su labor
desde el año 1965, año en que fue fundada a propuesta del sacerdote Pedro Mª
Flamarique, como uno de los grupos integrantes de la asociación infantil
Chiquilandia, aquella recordada y añorada agrupación que surgió dentro de las
parroquias de Tafalla y que durante más de una década, además de las
actividades de la catequesis, promovió la creación de varios grupos infantiles
y juveniles relacionados con el folclore y la cultura de nuestra tierra.
En sus inicios, esta rondalla, que siempre ha estado vinculada a las
interpretaciones de las jotas navarras, comenzó denominándose como Rondalla Aires de España, hasta que a
mediados de la década de los setenta sus integrantes decidieron cambiar su
nombre por el de Rondalla Tafallesa.
En la actualidad este grupo se mantiene con siete instrumentistas que se han
convertido en los fieles acompañantes de la Escuela
de Jotas Hermanas Flamarique en todas sus actuaciones y en el grupo que
desde hace más de una década aporta la música al Gran Certamen de la Jota
Navarra que se celebra cada año en Tafalla en las vísperas de las fiestas
patronales.
La Rondalla Tafallesa la integran en estos momentos tres guitarristas:
Javier Salas, José Goyena y Blanca Zubiri; otros tres músicos que tocan las
bandurrias: Esteban Belloso, José Manuel Vidondo y Jesús María Ojer; además de
María del Mar Obejero con el laúd. El veterano del grupo, Esteban Belloso, que
es el único que se mantiene desde sus inicios, recuerda que “la creación de la rondalla fue una idea de
Pedro Mª Flamarique, con él comenzamos a realizar los primeros ensayos y las
primeras actuaciones dentro de las actividades que se realizaban en
Chiquilandia. Poco más tarde es cuando asumió la dirección Pepe Cancio, un
gallego casado con la tafallesa Amanda Vidondo, y fue con él con quien
intervinimos durante más de diez años en una gran cantidad de festivales y
certámenes joteros y actuamos en muchísimos pueblos de Navarra y de provincias
limítrofes”. Otro de los componentes, Jesús María Ojer, recordaba a su vez
que “en las décadas de los años setenta y
ochenta nos pasábamos casi todos los fines de semana del verano actuando en
diferentes pueblos en fiestas. Fueron unos años muy bonitos, éramos muy jóvenes
y guardamos muy buenos recuerdos”.
María del Mar Obejero y Blanca Zubiri recordaban que se iniciaron en la
rondalla “cuando apenas teníamos ocho o
diez años. Entonces estaba dividida en dos grupos, el de mayores y el de más
pequeños, que éramos nosotras y la mayoría de los que nos mantenemos ahora en
el grupo. Llegamos a grabar varias cintas de casete con canciones
sanfermineras, pasacalles, villancicos y zortzikos”. Esas mismas
composiciones son las que siguen interpretando en la actualidad y para ello se
reúnen a ensayar, principalmente en la época estival, en la vivienda de Javier
Salas. “Ensayamos de forma más intensa
durante el mes de julio, porque las actuaciones son casi exclusivamente durante
los meses de julio y de agosto y siempre que nos solicitan el acompañamiento de
la Escuela de Jotas Hermanas Flamarique”, apuntaban los componentes de la
rondalla.
Javier Salas y María del Mar Obejero señalaban que “a lo largo de estos años han pasado por el grupo más de un centenar de
músicos. Al principio, todos aprendíamos a tocar las guitarras, las bandurrias
o el laúd con las enseñanzas del director y con el apoyo que nos dábamos unos a
otros y desde que se creó la Escuela de Música la enseñanza de estos
instrumentos se hace en ese centro. Esperamos que algún día otros jóvenes se
incorporen a la rondalla y nos vayan tomando el relevo”. Todos ellos
expresaban su satisfacción por la dedicatoria del cohete y agradecían a Ramón
Esquíroz el que se hubiese acordado de ellos después de tantos años de
actividad ininterrumpida, aportando a sus melodías y acompañando a los joteros
marcándoles el ritmo y el tono de sus cánticos.
Carmelo Armendáriz, en Diario de Noticias
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