miércoles, 7 de agosto de 2013

LA CABRA TIRA AL MONTE. SIEMPRE

Volvemos a las andadas. Al parecer, las manifestaciones filo-franquistas por parte de electos del Partido Popular se están convirtiendo en una especie de discurso habitual, bien por contagio o bien por pura empatía. De hecho, no hay mes (últimamente, semana) en los que no se haga notar un exaltado añorante al uso. La última proviene de un alcalde gallego del PP quién sostiene que los condenados a muerte por Franco “será porque se lo merecían”.
Estas manifestaciones del alcalde de Badalla (Lugo) y diputado provincial del PP, Manuel González Capón, aunque salieron ayer a la luz, se produjeron durante la celebración del último Pleno municipal el pasado 26 de julio, después que los socialistas votasen a favor de una moción del PP en la que pedían la condena de los actos violentos de Resistencia Galega. El PSdeG aseguró condenar “cualquier acto de violencia, venga de quien venga” y solicitó al PP una respuesta similar sobre las muertes durante la dictadura franquista obteniendo la citada respuesta.
González Capón declaró ayer, lunes, que se trata de “una frase más o menos desafortunada”, de modo que ha accedido a disculparse y a retirar esa afirmación. “No hay inconveniente de que cuando una cosa no está dentro de un contexto más o menos de lo que uno piensa, pues se retira, se pide disculpas y se acabó”.
¿Asunto zanjado? ¿Así de fácil? Vamos a ver si nos entendemos. Si bien personalmente me pareciese una atrocidad, ¿Qué pasaría si a una persona (más grave si, encima, se trata de un electo) le diese por decir que todos los asesinatos de ETA a electos del partido del citado alcalde “sería porque se los merecían”?, ¿Cuánto tiempo hubiera tardado el Gobierno o una Delegación de éste en ponerlo en conocimiento del Ministerio Fiscal? O, si no, ¿Cuánto tiempo hubiese tardado la Fiscalía en actuar de Oficio?
Me pregunto a qué viene tanta impunidad ¿Qué diferencia ha de haber entre una u otra apología del terrorismo? La apología del franquismo (y, con él, el del terrorismo franquista) está igualmente penada por Ley. Otra cosa es que siempre aflore aquello del doble rasero o la doble vara de medir. ¿Dónde se ha metido la Fiscalía? ¿están de vacaciones?
No vale con el ya habitual “lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir”. Tampoco vale con que el Partido Popular le expulse, le haga destituir como diputado y alcalde. Eso es el terreno político, pero ¿dónde está la responsabilidad penal?
Ya se lo digo yo: En ninguna parte. Y lo sé porque lo he vivido en primera persona cuando me querellé contra otro sujeto del ala más extrema del PP: Jaime Mayor Oreja. Mi denuncia acabó archivada al entender la Audiencia Provincial que las palabras del aforado y uno de los mayores absentistas del Parlamento Europeo “sólo se enmarcaban dentro de la libertad de expresión”.
Decir que “durante el Franquismo el País Vasco vivió un clima de placidez” o decir que “los condenados a muerte por Franco será porque se lo merecían”, parece enmarcarse en dicha libertad de expresión según la legislación española. Cambiar Franco o franquismo por un acrónimo de tres letras conllevaría, posiblemente, penas de prisión.
Demostrado queda que, en España, también la apología se mide por grados: apología de primera, de segunda, de tercera y “libertad de expresión”. Por si fuera poco, La noticia y la denuncia coincide, para más señas, con el 74º aniversario del fusilamiento de las llamadas 13 rosas en Madrid, asesinadas junto con otros 43 condenados a muerte por tribunales franquistas el 5 de agosto de 1939.
Iñigo Landa, en su blog

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