Estos días ha saltado una noticia aparentemente irrelevante, pero de gran calado simbólico. Por primera vez la ikastola de Tafalla ha sido el centro escolar con mayor número de matriculaciones: 40 nuevas; 400 en total. El dato puede variar los años venideros, pero lo del 2010 no dejará de ser un hito histórico. Todavía recuerdo, a mis 18 años, alguna reunión en el café Rafael con los cuatro locos que iniciaron la aventura. Era 1969, y cinco muetas y tres muetes llenaron la primera gela. Ocho marcianicos en una Tafalla que se desperezaba de la dictadura. Con ellos llegó el escándalo: que si no usaban pupitres; que se sentaban en el suelo; que se mezclaban niños y niñas; que jugaban con plastilina; que salían al campo.....La ikastola llegaba también a transformar la pedagogía. Y la forma de gestión: por vez primera, ante los dos históricos monopolios de la enseñanza, el Estado y la Iglesia, surgía un nuevo modelo, independiente, gestionado por los padres y madres en forma de cooperativa.
En 41 años, la enseñanza en euskera no ha dejado de crecer. A pesar del franquismo primero y de las trabas posteriores de la Ley del Vascuence; de la falta de incentivo institucional; del mayor esfuerzo económico y humano exigido; de los prejuicios; de las campañas en contra.....
Francisco de Eraso, nacido en la Belena de Hornos, hoy estaría orgulloso: tenía razón cuando en 1682 escribió, en la primera Historia de Tafalla, que la lengua que Túbal trajo a esta ciudad se mantenía por "la constancia y tesón de sus naturales" y que el vascuence "es lengua muy perfecta, y capaz de escribirse como todas".
Estaría sorprendido el párroco Juan Angel Inchauspe, que en 1795 se mostraba satisfecho por poder catequizar en Santa María "algunos chicos del idioma bascongado, para prepararlos para la primera comunión". Y el músico Felipe Gorriti, que en 1866 escribía cartas en euskera, no pudo imaginar que un día habría tantos vecinos que pudieran hacerlo.
Y en algún lugar imaginario lo estarán celebrando muchos conspicuos tafalleses, que en su día defendieron la bella lengua de los navarros: Mutuberría, Teófano Cortés, Mencos, Azcona, Doxandabaratz, David Jaime, Florentino Amatriain, José Berruezo, Germán Kabarbaien, Matxalen Idoi.....Hoy, gracias a este auzalan histórico, podemos decir que Tafalla es más navarra, más culta, más plural. Y también más universal, por poder ofrecer al mundo la vigencia de una de sus lenguas más milenarias. Ha sido un placer, y un orgullo, haber participado en esta maravillosa aventura.
José Mari Esparza, en La Voz de la Merindad
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