Director financiero y responsable de servicios corporativos de la constructora Arian, Manu Aierdi da el paso a la política de la mano de Nafarroa Bai. Militante del PNV, donde ha coordinado el área de competitividad e innovación del Think Gaur, afronta su primera experiencia política "con toda vocación" y con el deseo de aportar su "granito de arena". "La política se critica mucho, pero es imprescindible", afirma Aierdi, que se muestra ilusionado y optimista con Nafarroa Bai, formación que acude a las elecciones "con muy buenos candidatos, equipos bien preparados y un programa muy interesante". "El sentimiento de cambio sigue presente en la sociedad, y a él vamos a apelar con propuestas muy concretas", anuncia.
Todos los partidos hablan de cambio, ¿pero qué es exactamente lo que hay que cambiar?
En Navarra hay un ciclo que ha terminado, y que hace tiempo que empieza a cansar. El modelo de UPN ha generado con la ayuda del PSN la exclusión y el rechazo de una parte de la sociedad, y eso ha fomentado una atmósfera nada positiva.
¿Eso es culpa solo de una parte?
Quizá no al 100%, pero desde luego quien ha gobernado tiene toda la responsabilidad. Se han puesto puertas a cuestiones enriquecedoras como el euskera o a las relaciones culturales y económicas con la CAV. Es incomprensible. Hay que generar cauces de encuentro que generen tranquilidad. Que todo el mundo sienta que puede ser parte de Navarra, porque la cohesión social también afecta a la actividad económica. Todo se mezcla y tiene relación. Esa es mi ilusión.
¿Es la mayor crítica que se le puede hacer a UPN?
Lo peor de UPN es su estilo. Hace un uso extraordinario del marketing político. Presenta un plan para conseguir no sabemos qué y sin concretar los objetivos. Luego hace lo que puede, sabe o quiere y, eso sí, lo vende de forma fantástica. El Moderna y el Plan Navarra son dos ejemplos.
Tanto el Plan Moderna como el Plan Navarra concretan objetivos.
El Moderna tienen cuadros muy bonitos, pero también un patronato que se reserva la posibilidad de redefinir sus metas según el momento. Forma parte de esa cultura política de UPN: como controlo Navarra, puedo ir decidiendo, haciendo y vendiendo lo que más nos interesa. Y lo mismo con el Plan Navarra.
¿Cuáles cree que deben ser las prioridades de la próxima legislatura?
Lógicamente, la lucha contra el paro es la prioridad número uno. También hay que fomentar una Navarra competitiva en este mundo globalizado, muy loco y complicado. Además, es muy importante la cohesión social, y para eso hay que garantizar la igualdad de oportunidades y la reducción de desigualdades.
¿Cómo propone conseguirlo?
Hay que incidir en la educación y en los valores. Sobre todo en el compromiso. Un compromiso que sea bidireccional, de las personas con la sociedad, y la sociedad con las personas. El ciudadano debe saber que, si necesita a la Administración, le va a ayudar. Pero también hace falta un compromiso individual de cada ciudadano, que se preocupe por salir adelante y por aprovechar todas las herramientas que las instituciones pongan a su disposición.
Más allá de buscar trabajo, poco más puede hacer un desempleado.
Se trata de la forma que tenemos de ver la vida y de cómo miramos a la sociedad. Para luchar contra el paro es fundamental la formación, y eso exige un plan individualizado a cada uno de los desempleados. Pero luego hay que exigirle un compromiso, que aproveche los medios y las facilidades que tiene a su disposición y que no se baje del camino que hemos diseñado juntos.
¿Es posible un plan individualizado para 46.000 personas?
Es una medida prioritaria a corto plazo. Se podrán establecer categorías por sectores, edades o formación, pero el objetivo debe ser un plan de acción individualizado. Hay que trasladar al desempleado que nos preocupamos por él y le buscamos una solución con un toque personal. A eso me refiero con el doble compromiso.
Navarra se está comportando ante la crisis mejor que el resto de comunidades. ¿Es un dato positivo o solo un consuelo?
La situación de Navarra es diferente a la del resto. Aquí la industria tiene mucho peso, y las principales empresas, como Volkswagen, son de capital extranjero. Y eso me preocupa. Nos da empleo y capacidad de exportación, pero poco valor añadido. Somos montadores de cosas, pero no tenemos una gran I+D+i.
La inversión I+D+i es la más alta del Estado.
Si miramos lo que invierte la industria en I+D+i veremos que en 2008 fueron 122 millones, menos que los 137 millones en 2004. La industria, que se supone que es el gran pulmón de la economía navarra, se limita al montaje y no da valor añadido.
Tal y como están las cosas, bastante tenemos con que sigan aquí.
Sí, claro. Pero habría que hacer un seguimiento de esas empresas para que se sientan cómodas y arropadas, pero intentando que también traigan procesos de desarrollo e investigación. No solo la cadena de montaje.
Usted viene del mundo de la empresa. ¿Qué carencias detecta?
Una pata muy importante, y en la que hay que trabajar bien, son las pymes. Las empresas con menos de seis trabajadores representan un porcentaje descomunal, y tienen unas carencias que hay que atender, sobre todo en planificación estratégica y acceso al crédito. Y, desde luego, ayudar a los nuevos emprendedores. No puede ser que una idea de negocio se pierda porque al que se le ha ocurrido no sabe dónde ir.
¿La crisis se ve diferente desde la empresa que desde la política?
Puede ser. En política en la búsqueda del titular se tiende a caricaturizar las cosas, y nada es blanco o negro. Las cosas importantes merecen un análisis más sosegado. Es lo que hemos intentado en el Think Gaur. Recoge más de 300 propuestas en positivo que rompen con algunos tópicos del PNV que no son verdad.
¿Que el PNV es de derechas?
Eso es algo que forma parte de la caricatura, pero el PNV es un partido serio, progresista y bastante pegado a los problemas. Un partido de derechas es individualista, se siente cómodo en la reducción del Estado y en la no solidaridad de la administración con las personas. Y no es el caso del PNV.
Tal y como están las cosas, ¿el apoyo del PNV a Zapatero puede se un lastre para Nafarroa Bai?
El PNV en un partido que sabe priorizar, y eso a veces nos lleva a apoyar algunas cosas a cambio de beneficios o mejoras para la CAV o Navarra. Dejar caer a Zapatero no hubiera ayudado en nada, y el PNV, como NaBai, es un partido con capacidad de llegar a acuerdos. Y eso es muy importante.
Pero a veces lo que interesa a la CAV no interesa a Navarra.
En el PNV y, por su puesto, en NaBai, las decisiones se toman de forma autónoma en la CAV y en Navarra. Me molesta bastante cuando escucho a UPN azuzar el miedo al que vienen los vascos. A nosotros Navarra nos preocupa más que a UPN.
¿Hay cohesión suficiente en NaBai para aguantar toda la legislatura?
Sin ninguna duda. Vamos a tener un mensaje muy compacto, tenemos líderes potentes en las dos principales instituciones a las que nos presentamos, y además tenemos equipos bien formados y bien rodados. NaBai está viva y va a presentar un proyecto serio y con garantías. Y esto lo digo muy convencido.
¿Cómo cree que va a influir la salida de EA de la coalición?
Nuestro adversario no es EA, es UPN, y nos vamos a centrar en ofrecer propuestas claras y concretas a los problemas de la gente. Vamos a las elecciones con muchas fuerzas y muchas ganas. Que las demás opciones también vayan, que todos estén representados y que nadie sienta que no puede votar a quien quiere.
Pero la competencia en el espacio abertzale puede mermar la fuerza institucional de NaBai.
No tiene por qué. NaBai va a las elecciones con un programa muy interesante, líderes fuertes y equipos de personas bien compensados. Nuestro objetivo es claro, dar fin a ese ciclo de UPN que ya dura demasiado. Hay que abrir la ventana para que entre aire fresco y mover a las elites y centros de poder. Lo demás lo dirán los ciudadanos.
La cuestión es cómo y con quién articulan ese cambio.
Sabemos que solos no podemos, pero sí podemos ser la palanca de cambio. La NaBai que se va a presentar va a ser una NaBai dispuesta a alcanzar acuerdos y respetarlos. No sé lo que harán los demás, pero nosotros vamos a poner todo de nuestra parte para hacer realidad el cambio.
¿Se atreve a hacer un pronóstico?
Nosotros estamos ilusionados. Ahí están las encuestas, y la gente sigue queriendo un cambio. Pero no me atrevo a dar un resultado. Para algunos mi pronóstico sería sorprendentemente optimista, así que prefiero no mojarme.
Diario de Noticias
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