SUSANA CAÑETE: Para nosotras el éxito de estas jornadas es precisamente el haber generado un espacio de encuentro entre personas y colectivos procedentes de diversas militancias. Consideramos que esta vez hemos podido juntarnos en base a lo que nos une, que es más que lo que nos separa: nuestra lucha en contra del sistema patriarcal, heteronormativo y capitalista.
Sí tenemos la sensación de que algo se está cociendo, de que es una oportunidad para crear redes desde la perspectiva transfeminista. Nos hemos juntado al calor de esta respuesta necesaria, contra el ultraderechismo del Opus Dei y de UPN, lo que ha servido para conocernos y generar espacios de encuentro en torno a lo que nos une, que es mucho.
Y a mi parecer hemos demostrado nuestra capacidad organizativa y el nivel político de nuestros discursos, a través de todo el contenido de nuestras jornadas, que han hecho sombra al Congreso del Opus.
D.: Las divergencias entre los diferentes feminismos han sido la apuesta tanto en los debates como en las actividades organizadas, ¿qué valoración hace la organización respecto a la apuesta?
S.C.: Yo hablaría de sinergia más que de divergencia. El enfoque de estas jornadas, desde el principio, es el cuestionamiento del sistema binario de las categorías sexo-génerosexualidad, la deconstrucción de los géneros, desde una perspectiva transfeminista y queer, y en ellas, como dices, han tenido cabida diversos planteamientos. Desde el principio coincidimos en el enfoque y no quisimos disimular la radicalidad del discurso de cara a la galería y a los medios de comunicación oficiales (que nos han invisibilizado en Navarra, y nos han dado cobertura en el resto de Hego Euskal Herria ).
Nos llevamos una muy buena sensación, porque realmente la organización y la participación en las jornadas ha trascendido al propio movimiento feminista.
D.: Se habla mucho de que actualmente el movimiento feminista (los movimientos…) está en una encrucijada. Lejos de ser señal de estancamiento, parece síntoma de dinamismo y renovación. No en vano, en las últimas jornadas feministas del Estado español, el 40% de las participantes eran menores de 30 años. ¿Cuál es la situación en Euskal Herria?
S.C.: El debate sobre el famoso sujeto político del feminismo es interesante a nivel teórico, pero son las luchas, las alianzas, lo que nos interesa.
Desde luego algo común es que no nos sentimos ni reconocidas ni interesadas en el feminismo que se ha podido llamar “clásico” y mucho menos en el que las instituciones pretenden ofrecernos. A nosotras nos interesan la prácticas, el día a día. Y Euskal Herria no es una excepción en cuanto a la diversidad dentro del movimiento feminista, lo que resulta muy enriquecedor.
La verdad es que esta sinergia de luchas, que han supuesto las jornadas diverGENtes, presenta un panorama esperanzador a nivel de politización y de activismo.
D.: Después de las jornadas, ¿se plantea la organización dar una continuidad a la iniciativa?
S.C.: Estas jornadas han sido una oportunidad para tejer más redes entre los colectivos de Iruña, de Euskal Herria y del resto del Estado. Creemos que las jornadas han supuesto una inyección de energía a nuestros movimientos. Por ejemplo, hay colectivos transmaricabollo que están en proceso de creación y de refundación en Iruña, posiblemente con el subidón de las jornadas.
Zaloa Basabe, para Diagonal
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