Alguna vez, escuchando el último disco de vuestro músico favorito,os ha sonado diferente de los discos anteriores? Si no os ha pasado es posible que el disco fuese de Ramoncín. Los grandes artistas tienen estilos muy personales que les identifican frente a otros, pero suelen evolucionar a lo largo de su carrera y pasar por distintas fases en las que pueden llegar a adoptar estilos relativamente diferentes.
Bueno, pues algo de eso me parece que está pasando alrededor de la izquierda abertzale y ETA estos últimos meses: cada cuatro años sacan disco nuevo pero este último me suena distinto. Y en esa percepción hay mucho de sensaciones personales y también algo de datos objetivos.
Empezando por mis sensaciones personales, estoy viviendo todo este proceso con bastante menos ilusión, esperanza y credulidad que las anteriores treguas. Es curioso. Cuando ETA anunció a finales del verano la tregua me enteré por twitter. Entonces estaba en la piscina con mi familia e informé a mi compañera con un lánguido “Nere, que dicen que hay tregua; voy a darme un chapuzón”. El último spot de ETA vendiendo un alto el fuego permanente general y verificable me supo a poco y tampoco me provocó la más mínima exaltación, al contrario de lo que ocurrió con treguas anteriores. Cada vez que sale ETA en la tele, me sabe a poco.
Un mes antes del primer anuncio de ETA escribía en este blog que lo de siempre no servía, y ahora ya me parece que la canción suena distinta a la de otras ocasiones, y entro ya en los datos objetivos. En concreto, el estribillo que dice la IA “rechaza y se opone al uso de la violencia o a la amenaza de su utilización para el logro de objetivos políticos y eso incluye la violencia de ETA, si la hubiera, en cualquiera de sus manifestaciones”. Cierto es que se pone una condición al rechazo a la violencia de ETA: “si la hubiera”, lo que me hace pensar que no se arrepienten de su apoyo histórico a ETA. Pero creo que por primera vez hay una oposición explícita a la violencia de ETA, lo cual me parece un paso importante y decidido, y como tal lo reconozco.
Claro, que como siempre que un músico cambia un poco de estilo, puede ganar nuevos adeptos pero también perder otros que prefieren la ortodoxia clásica a de la “new age”. Desde ese punto de vista me preocupa que haya seguidores de la IA que opinen como la gente del PP: que esto es solo un truco para presentarse a las elecciones de mayo y que después todo volverá a la normalidad (me refiero a “su” normalidad: la de los asesinatos y la extorsión).
Pero creo que hay algo diferente en este proceso que puede hacer que también cambie el final ya conocido de los discos anteriores. La responsabilidad de la IA es demostrar día a día que sus palabras son sinceras mirando hacia el futuro, pero también hacer algo en relación al pasado porque hay una deuda con muchas víctimas a las que no se puede dejar al margen de este proceso. Y la responsabilidad del gobierno debe ser, como mínimo, no poner zancadillas y dejar que se sigan dando pasos que parece que van a llevarnos, por fin, a una convivencia democrática y pacífica en el País Vasco.
Roberto Cacho, bloggero (en Haritu, revista de Lokarri)
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