lunes, 21 de diciembre de 2009

GORKA LABAT EXPLICA SU VOTO NEGATIVO EN LA ASAMBLEA DE MAIRAGA

Son varias las personas que me han preguntado en las últimas fechas por qué fui el único asambleísta de Mairaga que votó en contra de los presupuestos para el año 2010. Las razones que motivaron mi voto en contra son numerosas y no caben en el corto espacio de una carta en esta sección de Merindad por lo que me referiré sólo a algunas de ellas y si alguien quiere conocer más del tema puede hablar conmigo cuando lo desee.
En primer lugar hay que señalar que la propuesta que finalmente aprobó la asamblea de Mairaga consistía básicamente en mantener las tarifas de abastecimiento de aguas y de recogida de basuras y se explicó como una medida de contención frente a la situación de crisis que padecemos. Sin embargo los asambleístas olvidaron, o no quisieron escuchar, que el IPC interanual, ese que sirve para fijarnos a la mayoría el sueldo que cobramos, ha bajado en el último año entre un punto y un punto y medio, por lo que mi propuesta fue trasladar esta bajada a las tarifas porque de no hacerlo, en realidad se estaría subiendo ese porcentaje sobre el salario real de los contribuyentes. En realidad esta medida supondría una cantidad muy pequeña en el total de los presupuestos de la mancomunidad, unos 30.000 euros sobre una previsión de ingresos de casi once millones de euros. Para compensar esos 30.000 euros que se dejarían de ingresar propuse que se revisaran a la baja algunos conceptos del capítulo de gastos como el sueldo de la presidenta que pasa de cobrar 7.500 euros en el 2009 a embolsarse 22.500 en 2010. También dije que se podía recortar gastos en otros capítulos como atenciones protocolarias (7.000 euros), comunicaciones (43.000), publicidad (15.000) y otros gastos corrientes.
En realidad estoy convencido de que Mairaga podría ahorrar mucho dinero con una adecuada gestión, lo que finalmente redundaría en una reducción de las tasas que pagamos todos los contribuyentes.
Por ejemplo, llamé la atención sobre las fugas y el fraude existente en algunas zonas de nuestra mancomunidad que en algunas localicades alcanza el 75%, una cantidad sencillamente inaceptable. Es decir, en determinados lugares tres cuartas partes del agua que sale de los depósitos se pierde por el mal estado de la red o porque algunos caraduras se creen con derecho de tener agua gratis, un agua que al final acabamos pagando los demás contribuyentes y que según datos del economista de Mairaga alcanza una cantidad de más de 300.000 euros anuales. Por ello exigí que en el plan de inversiones debería preveerse un auténtico plan de choque contra este cáncer. Sin embargo en el presupuesto apenas se contabiliza una partida de 75.000 euros, la misma cantidad que en los dos últimos años y que nunca llegó a ejecutarse.
Sinceramente creo que la ciudadanía (y muchos asambleístas) no conoce cómo las instituciones administran su dinero. Muchos ni siquiera sabrán que Mairaga compró en la anterior legislatura una nueva sede con todo su material de oficina por más de 600.000 euros y que al final el local no reúne las condiciones para albergar las oficinas. Un muerto que no sirve para nada, ni siquiera para volver a venderlo porque no se puede hacer nada ahí.
Es cierto que con la actual presidenta de Mairaga han mejorado algunas cuestiones. Ya no se contrata por amiguismo, se han reducido los regalos fastuosos, se ha mejorado el clima laboral, etc, pero todos deberíamos estar más al tanto de lo que se cuece de puertas para adentro; los ciudadanos y los propios asambleístas.
Gorka Labat Ibarrola, concejal de la izquierda abertzale del ayuntamiento de Tafalla y miembro de la Asamblea de Mairaga.
(publicado en La Voz de La Merindad)






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