miércoles, 9 de diciembre de 2009

"ESTE SISTEMA NO FUNCIONA. NO EXISTE EL CAPITALISMO DE ROSTRO HUMANO"

¿Además de una escisión de EB, ¿qué es Alternatiba?
Alternatiba es la suma de sectores y sensibilidades políticas diferentes de este país y de la incorporación a la política de bastante gente que proviene del mundo del activismo social y de los movimientos sociales. Ese esfuerzo conjunto ha generado una herramienta que se llama Alternatiba, que nos pretende guiar a todos hasta un congreso de fundación en junio del año que viene con una masa militante organizada y con una idea muy clara de construir una izquierda alternativa necesaria y viable.

¿Es lo que antiguamente se conocía como extrema izquierda?
No engañamos a nadie si decimos que nos reivindicamos, en parte, de la cultura de lo que se vino en llamar la extrema izquierda, entendiendo por extrema izquierda a ese espectro que existía a la izquierda de los partidos comunistas clásicos y que entendían que las formas de organización tenían que ser otras, no burocratizadas ni jerarquizadas.

¿En qué caladeros quieren pescar?
La izquierda ha evolucionado y creemos que lo que hay que generar es un espacio de resistencia y de ilusión cien por cien a la izquierda y desde abajo. Y que ese espacio conecte de manera muy directa con aquellos que se sintieron de extrema izquierda, con toda la gente joven que no encuentra en los partidos políticos clásicos la respuesta a sus inquietudes y que pueden ser un imán para decenas de miles de personas en este país que miran con envidia procesos como el portugués, con el Bloque de Esquerdas, o el francés, con el nuevo partido anticapitalista.

¿Queda espacio electoral en la izquierda vasca?
El espacio electoral viene en buena medida determinado por la capacidad de entrada en los medios de comunicación o, dicho de otra manera, por la objetividad con la que los medios de comunicación sean capaces de evaluar tu presencia y tu capacidad de generar alternativas a lo actual. Ese es un hándicap para partidos como el nuestro, que no tienen detrás ningún grupo mediático importante. Pero vemos que hay un espacio porque la bolsa de la abstención cada vez crece más y crece por la izquierda.

¿Para cuando su debut en las urnas?
La participación electoral es un elemento más, no el elemento. Mientras otros partidos se han convertido en maquinarias electorales que revalidan su cuenta de resultados en cada elección, nosotros queremos hacer de la contienda electoral una herramienta para nuestro empoderamiento social y civil, para impulsar nuestra capacidad de trasladar el mensaje, de reforzar nuestras posiciones y de llegar a más sitios a través de nuestra presencia en más instituciones. Un buen momento para testar nuestra opción serán las Municipales de 2011.

¿Alternatiba es más social que nacional?
Nuestra organización será cien por cien de izquierdas. Pero también decimos que Euskal Herria es sujeto de derechos y tiene que poder arbitrar ella misma cómo ejercer esos derechos. Entendemos Alternatiba como una herramienta de izquierdas que se enmarca dentro de las corrientes soberanistas que entienden que Euskal Herria tiene derecho a decidir libre y democráticamente lo que quiera ser y a que se respete ese derecho.

Descartan la reforma del sistema capitalista y hablan directamente de su desmantelamiento.
Nos parece muy preocupante que mientras en la CAV hay cien personas que cada día engrosan las listas del paro haya quien quiera dar por cerrado el debate en torno a la viabilidad o no de este sistema y haya decidido que con el dinero de todos, también de los que van al paro, hay que apuntalar a los responsables de la crisis. Los grandes poderes han determinado la salvación del sistema, y que con pequeñas reformas el sistema funcione. Pero este sistema no funciona, no hay capitalismo de rostro humano, son dos términos que no casan. Con humildad, pero con tenacidad y constancia aspiramos a levantar una alternativa a este modelo y creemos que esa alternativa reside en una formula que apuesta por un modelo socialista.

Pero mientras en Sudamérica la izquierda avanza y toca poder, en Europa no ocurre lo mismo
La izquierda en Europa está arrastrando ahora una crisis profunda que tiene que ver con su relación con el poder establecido y con la absorción por parte del sistema de sus propias propuestas. La izquierda clásica no ha sido capaz de hacer frente a la capacidad absorbente del sistema y ha sucumbido a él y, como consecuencia de ello, ha perdido el apoyo social y ciudadano que tenía como elemento de resistencia.

¿Cree que la crisis económica les da la razón?
La crisis ha puesto de manifiesto, no solo que el sistema tiene imperfecciones, sino que además en su tránsito diario genera miles de desigualdades y revela su faz más inhumana y más cruel. Ya hay quien teoriza que se está saliendo de la crisis. Pero lo que no dice nunca, lo que me parece bastante obsceno, es que se va a salir de la crisis sobre un suelo de miles de personas que van a ser condenadas a la pobreza, a la precariedad, a la desigualdad y al paro. Para apuntalar a los más poderosos del sistema, a los bancos y a los grandes grupos empresariales, hay gobiernos que están dispuestos a sacrificar los derechos a una vida, un empleo y a una vivienda digna de miles de personas.

¿Qué opina de la respuesta de las instituciones vascas a las crisis?
Por desgracia para los ciudadanos, es la aplicación del guión que han marcado desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Es decir, inyección de dinero público a la empresa y al capital privado, que ha sido el que ha generado esta crisis, y apuntalamiento de un sistema a la espera de que, por lo menos, no vamos a vivir otra crisis en un largo ciclo de tiempo. Eso es dilapidar dinero público y, sobre todo, sacrificar las condiciones de vida digna de decenas de miles de personas de nuestro país. No ha habido ni valentía ni arrojo

A la izquierda apenas se la ha visto en esta crisis
La izquierda tiene que hacer una autocrítica severa para saber por qué ha perdido el hilo directo con esa parte de la ciudadanía que es crítica. Y eso que es nuestra debilidad es nuestra oportunidad también.

¿Con la perspectiva del tiempo, ¿cómo explica la escisión de EB?
Un colectivo de personas que habíamos trabajado de manera intensa para trasladar el proyecto de EB a la sociedad vasca, vimos que las capacidades que una izquierda tiene que poner encima de la mesa para ser útil se estaban desvaneciendo. Y ese momento, que no fue agradable, llegó y tuvimos que optar por dos opciones: irnos a casa y engrasar las filas de los desencantados de la izquierda, o intentar por enésima vez articular una herramienta política, y en eso estamos.

¿Van a estar en el polo soberanista?
Se habla mucho y tiene mucha incidencia mediática, pero yo no sé si tiene unos cimientos tan sólidos como nos lo presentan. Estamos dispuestos a hablar con quien haga falta y a contrastar nuestras valoraciones con las de otros para ver si es posible llegar a algún tipo de unidad de acción. Pero cualquier proceso de articulación tiene que hacerse desde la base, no desde una suma de siglas surgida desde las cúpulas. No nacemos para ser edulcorante de nadie.

¿Pero les han llamado?
Nosotros hemos estado informados de lo que se ha hecho, y por eso constatamos que algunas de las cosas que se están diciendo pertenecen más al imaginario de quien escribe que a la realidad, pero no hemos estado en ninguna fase de negociación sobre adhesiones o incorporaciones.

La actividad de ETA y la izquierda
Bastante. No descubrimos nada nueva si decimos que la persistente actividad de ETA condiciona la relación de las izquierdas en Euskal Herria. Es difícil hacer política como si ETA no existiera, cuando ETA, con una acción armada, puede tirar por tierra los anhelos y los esfuerzos de muchísima gente durante mucho tiempo.

¿A qué le suena la propuesta de la izquierda abertzale histórica?
La propuesta encierra potencialidades y es interesante. En un momento en el que el cerco sobre ellos se está cerrando de una manera tan asfixiante es hasta cierto punto ilusionante que no respondan a ese hostigamiento con otro tipo de acciones que tengan un sentido menos positivo.

¿Buscarán coaliciones electorales?
Todavía no nos hemos planteado nada de eso. No hay nada prefijado. Eso sí, nosotros apostamos por la unidad de acción de la izquierda vasca, pero no a cualquier precio y no de cualquier manera.

¿Qué valoración le merece el nuevo Gobierno Vasco?
Ha demostrado falta de ideas, opacidad en muchas decisiones y una sumisión permanente a los designios del Gobierno estatal, que es algo que ni demanda ni necesita la sociedad vasca. Ha levantado un campo de debate en torno a la simbología, ha sustituido la normalización que preconizaba por la crispación continua, apelando a los símbolos, y ha sustituido la alternativa política al PNV por una alternancia en el poder. En lo concreto, su acción se mide por la privatización del servicio de adjudicación de becas, por la reinstauración del modelo A, o su actitud complaciente hacia los empresarios. Es la consecuencia lógica de un partido prisionero de la derecha más ultramontana de Europa, como es el PP.
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