La comunidad de frailes franciscanos que lleva en Olite desde hace 800 años dejará la localidad dentro de dos meses, el próximo 8 de diciembre, según han notificado ya sus superiores a las tres personas que todavía se mantienen en el convento.
Tras un encuentro celebrado en el santuario de Arantzazu (Gipuzkoa) en septiembre, los responsables de la región franciscana decidieron dejar Olite por no poder atender ni la iglesia ni las grandes instalaciones del cenobio, que en los años 60 del siglo pasado llegó a acoger hasta un centenar de personas, entre profesores y estudiantes ("coristas") de teología.
Fuentes de los frailes aseguran que los tres habitantes que actualmente conviven en el convento ya tienen nuevo destino. El padre Agustín Pérez de Arenaza será enviado a Soria, Carmelo Ajuria a Valladolid y un lego que les asiste, a Arantzazu. A todos ellos se les despedirá oficialmente en una ceremonia el día de la Inmaculada (“Purísima”), copatrona de Olite.
Según las mismas fuentes, una persona de Olite quedará al cargo del mantenimiento del convento y de la iglesia, que se cerrará al culto. Precisamente el destino de la imagen de la Inmaculada, de gran devoción popular (virgen del Cólera) es una de las incógnitas que se abre. Se ha barajado, incluso, su traslado al convento de las monjas Clarisas.
Los franciscanos también custodian, por ejemplo, una serie de pasos que salen en la procesión de Semana Santa, guardan distintas obras de valor en la iglesia y de ellos también depende el edificio de las antiguas escuelas que ceden al municipio como local de ocio infantil y juvenil, entre otros usos.
La desaparición de los frailes coincide con el adiós, hace solo unos días, de las monjas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que durante más de 120 años se ocuparon de su colegio privado y la atención a la residencia de ancianos.
El Olitense
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