Esta semana me han ofrecido un seguro médico en mi caja de ahorros con el mensaje añadido de “la salud es lo que importa”. Desde El Intermedio, Thais Villa nos ofrece cada noche un seguro médico, lo mismo que Dani Mateo desde otro programa y, hay más anuncios de este tipo, que ahora no recuerdo, desde esta modalidad de integrar la publicidad dentro de un programa y, luego, están los anuncios convencionales. ¿Les suena?. Sanitas, Caser, Mapfre, DKV, Aegon, Adeslas, Santa Lucía, Asisa, Asefa, Cigna, Plus Ultra, Siente, Divina Pastora, Fiatc, Néctar, Terránea, Generación Pluus, Clinicum, El Corte Inglés Seguros, Allianz, etc.
La sanidad pública española es la más barata de nuestro entorno, con un gasto público en salud por debajo de lo que nos correspondería, según nuestro PIB, en el marco europeo. Y con buenos resultados. En efecto, la sanidad española es la más eficiente de Europa y la quinta del mundo.
Con la política de privatizaciones y recortes ha empeorado mucho y el círculo se está cerrando cada vez más y nos vamos acercando al modelo USA de sanidad, la más cara e ineficiente del mundo, donde hay una sanidad para pobres y una sanidad para ricos. Y cuando esto sucede, nos encontramos ante una pobre sanidad.
Y no es cierto de que no hay dinero para pagarla, aunque en este sentido las reformas fiscales tanto del PP como del PSOE, políticas regresivas, no proporcionales, no solo no han ayudado sino que han dificultado la financiación de los servicios. Y ¿qué decir de la lucha contra el fraude fiscal? Parece que solo se queda en la constatación de que existe, y poco más, ya que no se articulan ni los mecanismos ni los recursos necesarios para hacerle frente.
¿Y de la corrupción? Las cifras de las que se habla son de vértigo; la Universidad de las Palmas ha calculado que la corrupción tiene un coste social de 40.000 millones de euros; según un estudio europeo, barómetro global de la corrupción, uno de cada cuatro euros destinados a contrataciones públicas en España se pierde en prácticas corruptas y en este estudio las cifras alcanzan los 47.000 millones de euros de fraude. Solo con recuperar este dinero robado podríamos atender los servicios públicos.
En nuestro rico país tenemos ya, según Cáritas, más 2 millones de niños y niñas en riesgo de pobreza por el impacto social que han tenido las medidas de austeridad impuestas por el Gobierno.
Cuando hablamos de corrupción y de perversión del sistema, estamos hablando de eso. No bastan las disculpas, ni tampoco el que les abran expedientes, ni tan siquiera que vayan a la cárcel….. Hay que hacer que devuelvan todo lo robado. Porque necesitamos ese dinero para sacar de la pobreza a esas criaturas y a sus familias, o podríamos implementar políticas de crecimiento, o atender a la dependencia, o ….
La insistencia en los recortes y la privatización de la sanidad sólo se entiende por este motivo, es una oportunidad de negocio fabulosa, para algunos, porque para la mayoría supone otra forma más de fraude social.
Además, a mí me da mucho miedo que mi banco se preocupe por mi salud.
Ana Ansa
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