La comunidad escolar de la enseñanza pública ha acogido la anunciada modificación legal que posibilita la extensión del modelo D sin limitación geográfica como un avance en la adecuación de la Ley del Euskera de 1986 a la realidad y demanda social actual en el sentido de que deja en manos de la voluntad de las familias la elección de tipo de centro y de modelo educativo. Las principales asociaciones de padres y madres de este sector, Herrikoa y Sortzen coincidieron en esta valoración básica -y en señalar que llega con casi 28 años de retraso y fruto de la movilización social- lo mismo que entidades que agrupan a equipos directivos de distintos niveles como NIZE (casi 70 centros de Infantil y Primaria de modelo D) y ADI (todos los institutos) mientras que los sindicatos mayoritarios también recibieron de manera positiva el cambio, aunque con cautela de cara a su plasmación práctica con diferentes opiniones según cada sigla y poniendo el acento, en algunos casos en las repercusiones laborales.
La federación de apymas mayoritaria en la red pública Herrikoa recordó que siempre ha defendido “la libertad de las familias a poder elegir el modelo educativo de sus hijos e hijas en la escuela pública y entendíamos que eso no se cumplía con la Ley del Vascuence. Desde ese punto de vista -añaden- vemos que cualquier modificación de la ley debe ir en la línea de cumplir esa solicitud. Se lo hemos dicho siempre al consejero directamente en la Mesa de Padres y Madres, como en el Consejo Escolar de Navarra, otra cosa es que siempre hemos obtenido la misma respuesta”, explican desde Herrikoa, que entiende también que a la hora llevar a la práctica la mejora hay que atender a criterios de racionales. “No se puede abrir un centro de modelo D para dos alumnos, tiene que ser rentable y que sobreviva en el tiempo”, ejemplifican.
Esta federación reconoce que hasta ahora las ikastolas, con cuyas apymas han colaborado, han prestado un servicio público desde el ámbito de iniciativa social porque el Gobierno no ofrecía esta prestación, por lo que ahora las familias también podrán elegir no sólo entre modelos lingüísticos sino también entre tipos de centros, lo que ven como positivo desde el punto de vista de “la libertad de las familias”.
Desde Sortzen se considera “un paso adelante” después de muchos años de reivindicar el derecho a estudiar euskera en toda Navarra, aunque advierten que “todavía quedan muchas cosas por concretar y por hacer. Va a ser un proceso largo”, apuntaron. Desde esta entidad sitúan el mérito del cambio en el “impulso de la sociedad” . “Vamos a seguir trabajando entre todos y todas seguir colaborando para lograr el objetivo que es los mismos derechos para toda la ciudadanía y la oficialidad del euskera en Navarra”, indicaron. Este colectivo espera ver cuál es el criterio que la Administración adopta sobre el mínimo de alumnos para hacer una mejor composición de los efectos del cambio, pero confía en el que en la campaña de prematriculación aflore la demanda real (reconocen no tener datos exactos) en parte ocultada por la falta de una oferta y de un mensaje institucional en positivo.
La asociación que agrupa a directores y directoras de unos 70 centros públicos de Infantil y Primaria del modelo D, NIZE, recibió la noticia con entusiasmo. “Estamos encantados, nos parece un avance muy positivo que llega 28 años tarde y es menos de lo que debería pero al menos se ha desbloqueado -aunque tarde- la paralización de poder extender la enseñanza en euskera en toda Navarra”. En este sentido sus portavoces agradecen “a las familias, padres y madres, en especial las de Beriáin, que han reclamado y se han movido en favor de sus derechos lingüísticos” y tienen claro que es “la iniciativa popular la que ha impulsado el cambio”. “En resumen, un paso muy positivo, que ojalá hubiera llegado antes y que habrá que ver cómo se hace. Un gran avance para el euskera”, concluyen.
Por su parte, ADI, la asociación que agrupa a los directores y directoras de todos los institutos de Navarra (castellano y euskera), reconoció que como entidad no se ha debatido este tema pero añadió que “todo lo que sea ampliar la oferta educativa en la red pública y dar más posibilidades a las familias es positivo”. En este sentido creen que “abrir el abanico y permitir que las familias puedan elegir el modelo lingüístico que deseen en la red pública es un avance”.
María Olazaran, Txus Iribarren y Mikel Saiz, en Diario de Noticias
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