Con una docena de vecinos republicanos encerrados en sus barracones, Olite fue una de las localidades navarras que, en proporción a su número de habitantes, más personas congregó en el campo de concentración de Gurs (Francia) en 1939, tras el final de la guerra civil. Pamplona, Alsasua o Tudela, por ejemplo, contaban con más reclusos, como es lógico, pero Olite mantuvo un porcentaje mayor de exiliados que pasaron por el campo de concentración bearnés, incluso más que Tafalla, según los datos ofrecidos por el historiador Josu Chueca en la conferencia que dio este viernes 3 en la Casa de Cultura dentro del ciclo “Prisioneros en Gurs” organizado por el grupo memorialista local.
“Olitenses en Gurs, de los campos al campo” fue el título de la charla en la que el profesor de la UPV explicó cómo se levantó el centro de acogida que llegó a albergar 18.000 personas en distintas etapas. Los vecinos de Olite censados, la mayoría jornaleros, llegaron al campo en marzo de 1939 gracias al reagrupamiento de soldados republicanos que realizó cerca de la frontera el Gobierno Vasco.
Sobre la identidad de los olitenses, Josu Chueca facilitó datos de la ficha abierta a los hermanos Félix y Lucio Sembroiz Armendáriz, éste último fallecido en Gurs. También habló de Tomás Chivite Fernández, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Olite, que acabó exiliado en Chile, y de su hermano Sebastián, que llegó a tener el grado de teniente en el ejército republicano y murió años más tarde en Burdeos.
Sargento, además, era Lucio Gabari, que abandonó las líneas franquistas y se pasó al bando tricolor, y que estuvo internado con otros paisanos como los también hermanos Irineo y Raimundo Múgica Induráin. El último acabó en Venezuela. Otros nombres que salieron a colación fueron los de Gerardo Vélez Simonena, de oficio zapatero y que fue capitán de la CNT en Barcelona; Prudencio Toledo Gómez, carnicero en Olite y gudari en el frente norte; Nicolás Machín, Juan Gabari Espinal e Higinio Balbás Pedrejón.
Chueca proyectó fotos de los internos, una de ellas con gente de Olite y Tafalla, así como de carnés de identificación emitidos por el Gobierno Vasco en Barcelona o de la situación penosa en la que vivían los internos hasta que se cerró el campo en 1945, al final de la II Guerra Mundial.
Tras la conferencia algunos hijos y nietos de los recluidos se acercaron a saludar al ponente, que, además, recibió una placa con la reproducción fotográfica de la primera boda civil que se celebró el 1 de abril de 1936 en Olite, y que el grupo por la memoria local emplea como icono. Las actividades programadas continúan este domingo 5 con un viaje en autobús al campo de concentración, salida en la que participan unas 40 personas.
Beltrán Gárriz
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