Estimado Fernando:
Permíteme que me dirija a ti como colega. Aunque hace ya más de 10 años, seguro que recuerdas que ambos trabajamos en El Mundo, tú en la sede de Madrid y yo desde la delegación de Bilbao, donde un grupo de periodistas intentábamos, no siempre con éxito, ejercer con dignidad la profesión esquivando continuas presiones y titulares precocinados para servir intereses políticos nada ocultos.
Te escribo en relación a la noticia que firmabas en la edición de El Mundo del pasado domingo, titulada “El instituto del que sale el 20% de los etarras navarros”, basada en un informe de la Guardia Civil que pretende demostrar que la izquierda abertzale se ha “infiltrado” en la educación navarra.
Creo que mi testimonio puede serte de utilidad, ya que fui uno de los alumnos presuntamente adoctrinados en el centro que protagoniza la noticia que firmas, el instituto Iturrama, donde cursé durante 4 años mis estudios de Bachillerato y COU. Si te sirve mi experiencia personal, Fernando, la educación que recibí no puede estar más alejada del adoctrinamiento.
Claro que había profesores afines a la izquierda abertzale, como los había a la extrema derecha pasando por buena parte del variado espectro político que hay en Navarra, pero cuyo esfuerzo se centraba en impartir una educación de calidad ajena a ideologías partidistas.
Sin duda, un buen reflejo de la pluralidad navarra, más si cabe teniendo en cuenta que en el centro convivíamos en perfecta armonía quienes cursaban sus estudios íntegramente en euskera con quienes lo hacíamos en castellano. En definitiva, creo que se trataba de un ambiente favorecedor de una educación que promueve los valores de la integración, la convivencia y la tolerancia.
No obstante, tengo que confesarte que estoy de acuerdo con algunas de las tesis que se destacan en la noticia que firmas, como que la educación en Navarra padece un serio problema de adoctrinamiento. Pero no creo que se dé en la educación pública, sino más bien en un buen número de colegios privados navarros.
Me refiero a aquellos centros de primaria que a día de hoy continúan segregando a los alumnos por sexo, o a la propia Universidad de Navarra, vinculada como los primeros al Opus Dei y que igualmente incluye en su propuesta educativa ideas fundamentalistas. De esto también te puedo ofrecer si quieres un testimonio en primera persona, ya que cursé allí mis estudios de Periodismo y puedo dar fe de determinadas prácticas que son adoctrinamiento en toda regla.
Pero son centros privados, podrás decir. Sí, pero con muchos matices. En virtud de conciertos con la Administración o subvenciones de muy diferente índole, en la práctica todos estos centros se financian en buena medida a base de dinero público. Con un mínimo conocimiento de las técnicas del periodismo y algo más de mala intención, estoy seguro, Fernando, de que a ti también se te ocurren dos o tres titulares sobre este tema igual de sensacionalistas que el que encabeza tu noticia sobre el instituto Iturrama.
En fin, el debate sin duda puede dar para mucho. Como puedes ver, la educación en Navarra es una realidad compleja, llena de matices e incluso apasionante cuando se prescinde de visiones parciales, simplistas o interpretaciones torticeras. Por eso, te animo a que lo abordes desde un trabajo periodístico riguroso. Me pongo a tu disposición para facilitarte contactos, fuentes, testimonios y todo aquello que necesites. Claro que eso exige mucho más esfuerzo que reproducir tal cual un informe de la Guardia Civil.
Un abrazo,
Javier Urtasun, exalumno del instituto Iturrama
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