Con el dinero que se obtiene de nuestros impuestos se pagaron ayer litros y litros de gasolina para que funcionasen potentísimos coches que conducidos por chóferes profesionales que, como debe ser, cobran más por trabajar en festivo, y acompañados por escoltas que, como debe ser, cobran más por trabajar en festivo, transportaron a unos cuantos políticos y políticas que, en una soleada mañana y rodeados de, suponemos, numerosos funcionarios más de toda clase y condición y escala salarial -protocolo, policía, restauración, etc, etc-, llegaron a un castillo y allí fueron a misa donde un señor al que llaman arzobispo les dijo que "más vale estar unidos y ser pobres que enfrentados en la riqueza", a lo cual queremos creer que todos ellos y la parroquia al alimón asintió porque a ver quién no está de acuerdo con semejantes palabras cargadas de humanismo del cabeza visible de la organización que utiliza su principal estancia para organizar bodas y banquetes y cobrarlos a doblón. Todos muy de acuerdo. Juntos como hermanos, acabado el asentimiento, vuelta a quemar litros y litros de gasolina y más horas extra y más horas extra y para una sede oficial a entregar un seguro más que merecido premio, tras lo cual, digo yo, algo habría que comer y así lo habrían hecho, como Dios manda. Sin contar los intangibles, esto es los gastos indirectos de personal, consumos, horas no invertidas en otros asuntos más perentorios y necesarios y etc y etc, que ayer fuera 3 de diciembre nos salió a los navarros, siempre según los miembros del Gobierno de la comunidad que forma parte de un estado ¡laico!, por 130.000 euros. No me queda, la verdad, otra que felicitar al arzobispo del asunto católico este porque efectivamente con gobiernos así cada día estamos más unidos en la pobreza mientras ellos siguen dando ejemplo de austeridad y cristianismo puro.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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