martes, 1 de enero de 2013

MIEDO



Tengo miedo. No miren el diccionario de la RAE porque tal vez no refleje con exactitud las estrías que siento en el alma. Sólo pretendo que entiendan esta sensación de estar suspendido en el abismo, dependiendo de que no sé quién afloje un poco el hilo que me sostiene y me deje caer al vacío.

Miedo a que los bancos sigan dando patadas en el alma indefensa de los que no pueden pagar su hipoteca y los lancen al hueco misericordioso de un puente.

Miedo a seis millones de parados, amputada la esperanza de futuro para ellos y sus hijos.

Miedo a esos enfermos a los que no se les aplica un tratamiento porque es caro, han cumplido sesenta y cinco años y sus vidas no valen más que para un estercolero con una cruz en la cabecera.

Miedo a esos investigadores que han visto frustrado su afán de arrancarle secretos al misterio de la vida porque dicen que no hay dinero para que el ojo permanezca vigilante ante el microscopio.

Miedo a esa sanidad convertida en negocio que alimenta caviar y langosta mientras la disnea de un enfisema ahoga a la gente en un sofá de urgencias.

Miedo a que la justicia sea suplida por la caridad, a que los derechos se vean destronados por la beneficencia.

Miedo a la regularización del derecho de huelga, de expresión, de manifestación porque en realidad son eufemismos que guardan la supresión de derechos fundamentales.

Miedo a que los dependientes no encuentren una mano que les empuje hasta el sol de media mañana que les renueva las ganas de vivir.

Miedo a que las mujeres maltratadas tengan que someterse como esclavas al látigo de quien debía llenarlas de besos porque desaparecen las casas de acogida y divorciarse dice Gallardón que es una deuda que tienen que pagar como se pagan las deudas del amor.

Miedo de que las mujeres no lleguen a la plenitud del misterio que son porque el actual ministro de justicia sólo otorga ese carnet a las que han traído hijos al mundo. Miedo a que un machismo barato, ciego y revanchista las expropie los derechos sobre su cuerpo, sobre sus decisiones vitales para hacer de ellas sólo auxiliares del quehacer del macho.

Miedo a democracias que por autoritarias son máscaras con rasgos de urnas de libertad.

Miedo a quienes se sienten en el derecho de gobernar contra la voluntad del pueblo argumentando votos arrancados con la mentira, la falsedad, el perjurio y la desvergüenza de quien sabe de antemano su incapacidad para cumplir lo prometido prostituyendo la palabra que es el vientre de la democracia.

Miedo, mucho miedo, a la desconfianza de la ciudadanía hacia sus políticos a los que escupen en la cara que practican una democracia que no nos representa.

Miedo a una derecha que impone su modelo ideológico en todos los órdenes: bancario, laboral, sanitario, especulativo, impositivo.

Miedo a una izquierda que necesita denominarse de centro-izquierda porque le falta coraje para enfrentarse a la situación desde el orgullo de su pasado, porque le escuece la revolución en las manos, porque ha hecho del equilibrio el fiel que olvida el grito de los pobres esclavos frente a los amos del mundo, porque le constriñe una moderación que es simple cobardía, porque habla de una oposición útil porque le come el miedo de poner el mundo boca abajo, porque le pesa la cobardía de la incapacidad para renunciar al propio bienestar a favor de una sociedad desesperanzada.

Me dan miedo los salvapatrias que pueden venir a poner orden aplastando la libertad que tanta sangre ha costado. Me dan miedo los tiros en la nuca, los cementerios al amanecer, los paseillos de la muerte, las trece rosas que fuero mucho más que trece.

Me da miedo el miedo de tantos y tantos que se esconden en su angustia y no se atreven a luchar por un sol vivificante, por el grito limpio que implanta la esperanza, por la mano invencible que levanta la injusticia por la solapa y arrincona el vómito contra la cara de quien escupe.

Me dan miedo quienes se esconden tras las espaldas de los que dan la cara, de los que toman la calle porque es propiedad ciudadana, de los que exigen derechos porque los han parido con dolor, de los que reclaman justicia y desprecian la caridad, de los que postulan elegancia frente al bochorno de la limosna.

Tengo miedo, lo confieso. Lo mastico esta tarde lluviosa de enero y ese zumo del miedo me amenaza la sangre, las caricias y los besos.

Rafael Fernando Navarro, en su blog 

2 comentarios:

Paula Herranz dijo...

Mis felicitaciones a Rafael Fernández Navarro por descibir con tanta maestría lo que sentimos en el alma millones de personas, que tal vez no habríamos sabido expresrlo de forma tan fiel y desgarradora.
Yo os pido ayuda para una situación también desgarradora,que afecta a cientos de miles de personas en España, DESAHUCIADAS por la Medicina "oficial" que actúa "de oficio" al servicio de la gran farmaindustria: las afectadas por ENFERMEDADES AMBIENTALES, que están en constante aumento y que amenazan la superviviencia del ser humano como especie, pues los innumerables tóxicos con los que convivimos durante décadas, no sólo nos enferman gravemente sino que alteran el material genético que transmitimos a las generaciones venideras. Sufro las secuelas de una INTOXICACIÓN CRÓNICA POR ARSÉNICO, PLOMO, MERCURIO, CADMIO, ALUMINIO... que ningún médico en eEspaña supo diagnosticar y tratar adecuadamente, limitándose a hacer lo que sabían: administrarme crecientes dosis de fármacos tan innecesarios, como inútiles y peligrosos: corticoides, antihistamínicos, antibióticoa, antiinflamatorios, antimicóticos, y SOBRE TODO PSICFÁRMACOS, por si acaso me inventava los gravísimos síntomas que ponían en constante riesgo mi vida. Llevo dieciocho meses si poder recibir un tratamiento médico, con el que rescataron de la tumba hace dos años en Argentina, Y QUE EN ESPAÑA ESTÁ PROHIBIDO. Para impedir mi muerrte pr inanición estoy pidiendo que me treaten, como al resto de pacientes-contribuyentes, a cargo del erario público pues ya n puedo valerme por mí misma y estoy endeudada por las infinitas terapias privadas que me he pagado durante años... pero... está claro que a las autoridades españolas no les interesa mi vida, sino todo lo contrario.

El día 24 de diciembre puse una petición de recogida de firmas en AVAAZ, y el día 28 MI ETICIÓN DESAPRECIÓ DE INTERNET. Tras una búsqueda laborios y agotadora, la encontramos pero... CON EL LINK CAMBIADO, y están sucediendo tantas "cosas raras" que el éxito de mi petición es más que dudoso. Os anoto los ¿¿últimoslinks? por si os animáis a firmar y difundir mi petición, y me ayudáis a torcer la tendencia al fracaso de la misma: www.avaaz.org/es/petition/UN_TRATAMIENTO_MEDICO_URGENTISIMO_PARA_SALVAR_MI_VIDA/?cWRymab... y el siguiente terminado en ?exlWKdb

Gracias a quien pueda ayudarme.

Charo San Román

Paula Herranz dijo...

Perdón por las erratas, pero no he podico corregirlas. No dudo de que los lectores inteligentes, que seguro que lo osn todos, sabrán "descifrar" mi mensaje y mi petición.
Son los fallos de una novata. Gracias anticipadas