La Rockoteca de Peralta, un proyecto que cuando nació, hace un año, casi parecía una aventura de locos, ha vivido una evolución y proyección constante que le ha reportado premios como el otorgado por la Biblioteca Nacional, en septiembre del año pasado, o ha llevado a su impulsor y responsable, Juanma García, hasta la Universidad Complutense de Madrid, desde donde fue reclamado para presentar y explicar esta iniciativa y desde donde se le ha catapultado internacionalmente.
Todos estos peldaños, sumados a la ilusión constante y el trabajo diario, han provocado que la Rockoteca, integrada en la biblioteca municipal de Peralta, salte ahora las fronteras estatales y viaje hasta Roma, donde contará con ponencia propia en el 5º Congreso Internacional sobre métodos cualitativos y cuantitativos en las bibliotecas (4-7 de junio).
Juanma García, artífice de la Rockoteca, apunta que la repercusión del proyecto viene bien para "para promocionar la cultura en general y, sobre todo, la cultura del rock, tan denostada últimamente. Pero también es muy importante apuntar que la dimensión de este y otros proyectos que desarrollan compañeros bibliotecarios, no pueden ocultar la situación tan precaria que están viviendo las bibliotecas, con recortes por todos lados y descrédito a nivel institucional y político, que apunta directamente a las decisiones que toman desde el Gobierno de Navarra".
En cuanto al congreso, García explica que será "un gran escaparate por que allí van todas las experiencias innovadores en bibliotecas que se realizan en todo el mundo". Para poder estar presente en la cita, Juanma García presentó un resumen del proyecto, que ya ha sido aceptado por el congreso, lo que le permitirá participar con una ponencia propia. "Tendremos entre 10 y 15 minutos para presentar un resumen de todo lo que hemos hecho en el último año, destacando cómo se puede innovar desde una pequeña biblioteca pública a través de la imaginación y las ganas de trabajar. Y, por otra parte, apuntaremos como objetivo el intentar dinamizar y hacer nuevos lectores para demostrar que las bibliotecas públicas son rentables. Se trata de reivindicar que las bibliotecas no son unos sitios vacíos y aburridos, con un bibliotecario que siempre está de mala leche, sino que se puede programar actividades que atraigan un nuevo público, den cierta alegría y que relacionen la literatura y la poesía con el rock, ya que, al fin y al cabo, va todo en el mismo paquete".
Fernando F. Garayoa, en Diario de Noticias
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