El 14 de Diciembre pasado en
la pequeña ciudad de Newton, USA, 28 personas eran asesinadas por un joven de
dicha localidad, que al parecer tenía problemas mentales.
Las reacciones ante esta nueva
matanza a las que tan acostumbrados nos tiene este país, en este caso se han
visto tal vez agrandadas por el hecho de que entre las víctimas había 20
niños/as.
Han pasado 3 semanas desde el
suceso, y las aguas han vuelto a su cauce. Aunque no se expresa abiertamente,
el mensaje que se nos quiere trasmitir es
que sucesos de este tipo son poco menos que inevitables y un pequeño
tributo, trágico eso sí, que la sociedad debe pagar en nombre de la libertad,
la democracia etc. Palabras ya huecas de contenido, que EEUU, el poder
gobernante, a través de su control de los medios de comunicación mundiales se
encarga de “escupir” al resto del mundo. Poco importa que la evidencia nos
vaya diciendo que de seguir así vamos todos al abismo, no solo EEUU, y que lo
ocurrido, y los casos similares que por desgracia volverán a ocurrir, son la
evidencia de una sociedad con unos valores cada vez más podridos fruto de un
sistema capitalista que hace aguas por todas partes.
Razones de esta matanza
Se han dado muchas razones
para explicar lo sucedido: la pobreza estructural en EEUU (más de 50 millones
en el país más poderoso del mundo), la proliferación de armas cuya adquisición
está al alcance de casi cualquiera, el miedo, el racismo, la cultura del yo que
hace apenas considerar al vecino como tu semejante, un sistema sanitario
elitista que a pesar de ser carísimo (un gran negocio para las compañías de
seguros y los laboratorios) deja sin cobertura a un porcentaje muy elevado de
la población y entre ellos a personas con problemas mentales como en el caso del joven que llevó a cabo esta
matanza, y una sociedad que en contra de la imagen que pretende dar es muy
violenta, tanto de puertas adentro como afuera.
Pero no es una violencia
circunstancial sino estructural, como si el país la llevase en los genes. Desde
su nacimiento ha sido un país militarista y expansionista donde el complejo
militar-industrial es fundamental para su economía, lo cual por pura lógica significa destrucción
y muerte en otras partes del mundo, y la perfectamente engrasada máquina
propagandística tiene bien educados a la
mayoría de sus ciudadanos para que consideren natural la destrucción de otros
países cuando así conviene a los intereses de EEUU (los legítimos intereses de
los países en cuestión no cuentan). De echo de todos los países del mundo que
he visitado, que son muchos, en mi opinión la ciudadanía norteamericana es la
más manipulada del mundo, y añadiría que con bastante diferencia
Hipocresías dichas sobre la tragedia
Ante este panorama no puede
sino sonar a pura hipocresía el escuchar comentarios diciendo que una tragedia
así es inexplicable. Puede que razón, lo que se dice razón para que un joven, o
mayor daría lo mismo, asesine a 28 personas parezca inexplicable, pero razones,
aparte de la dadas, hay muchas, y revoloteando por encima de todas ellas una
sociedad donde el dinero se ha convertido en el gran dios que todo lo devora y
justifica. La población de EEUU es algo mayor de 300 millones, y en sus hogares
se acumulan más de 300 millones de armas de todo tipo. De nada sirve echar mano
de las estadísticas que nos dicen cómo EEUU es el país del mundo, tal vez
superado por Brasil, con mayor índice de muertes por arma de fuego (más de
30.000 al año), y que todo parece indicar que tiene mucho que ver con la
facilidad con que se pueden adquirir las armas (bien es verdad que hay otros
países en los que los ciudadanos tienen también muchas armas y el índice de
muertes debido a ellas es muy bajo). La poderosa “Asociación del Rifle” se encarga de que este lucrativo y siniestro
negocio de venta de armas no decaiga, y tiene poder suficiente para untar a los
políticos que haga falta. En este caso como en otros que le han precedido, se
ha vuelto a sacar a relucir la famosa 2ª
enmienda de la constitución que poco menos que sacraliza el derecho de los
norteamericanos a tener armas para su autodefensa, y de nada sirven las voces
que dicen que dicha enmienda se redactó en una época concreta que nada tiene
que ver con la actual (no hay más que leerla para ver la obviedad de esto).
De hecho la venta de armas
después de la tragedia se ha disparado, y la citada asociación ya se ha
encargado de echar parte de la culpa a que no había armas en el centro escolar,
e insinuando que de haber ido armados los maestros/as la tragedia se hubiese
minimizado. Claro que si así fuese podría ocurrir que a algún maestro/a se le
cruzasen los cables y entonces como contrapartida habría que permitir que los
alumnos llevasen también armas con lo que se cerraría el círculo de la
violencia y la esquizofrenia y el miedo existente en dicha sociedad llegaría a
límites insospechados: todo sea por el negocio de la venta de armas aunque
lleve implícita la destrucción de la sociedad.
Y el mismo gobierno es incapaz
de hacer frente a la situación. Aunque desde siempre ha demostrado ser muy
bueno dirigiendo y controlando la opinión pública del país según sus intereses (ahí
están el invento de las incubadoras para involucrar a la población en la mal
llamada 1ª guerra del golfo, o las famosas armas de destrucción masiva en Irak que
nunca aparecieron etc.), no se atreve a hacer campaña contra la posesión de
armas que a buen seguro tendría un fuerte impacto en la opinión pública, pues le tienen miedo a la reacción de la
poderosa industria armamentística.
Utilizando a los niños/as
En la matanza de Newton de los
28 asesinados 20 eran niños/as, y todos los medios de comunicación han
recalcado hasta la saciedad este detalle. Los niños son el eslabón más débil de
cualquier sociedad, y como tal se les cuida y protege porque además el futuro
será de ellos. Parecería que efectivamente si les ocurre alguna desgracia, como
en este caso, la sociedad se vuelque en mostrarles su cariño y solidaridad.
Pero las lágrimas del presidente Obama al recordarles no han sido suficientes
para que promulgue una auténtica ley que prohíba la compra de armas. A lo sumo
se restringirá la venta de fusiles de asalto y armas parecidas, y a partir de
ahora los futuros niños que sean asesinados lo serán por armas menos
sofisticadas. Esto no les será de ningún
consuelo y ayuda, pero es que por encima de la vida de otros niños está el
negocio de la venta de armas.
Desde hace unos años la muerte
de niños, de algunos solamente, se está utilizando de una forma bastante
hipócrita para impactar a la sociedad y conseguir movilizarla contra todo lo
que le moleste al imperio y sus aliados-vasallos, entre los que bien que mal
nos encontramos los europeos. En esta sociedad nuestra los controladores de los
medios de comunicación, la llamada mass-media, funcionan con la ilusión de que
solo existe aquello que ellos publican: la matanza de Newton ha existido, los 8
adultos y los 20 niños han muerto porque nos lo han repetido hasta la saciedad,
pero los miles de niños que este civilizado Occidente está asesinando en nombre
precisamente de su civilización apenas sí son reales pues no se publican. A lo
sumo ahora mismo existen los niños asesinados por el gobierno sirio, pues
vienen bien para azuzar a la sociedad contra dicho gobierno, pero por supuesto
los asesinados por los llamados rebeldes no existen. Ni los 400 asesinados por
Israel a finales del 2008 que los quitó de en medio prematuramente por vengarse
de sus padres y para evitar que se rebelasen cuando se hiciesen adultos, ni los
niños que están naciendo en Faluya
(Irak) con grandes deformaciones debido a las bombas fabricadas con uranio empobrecido
con que se les bombardeó hace apenas 7 años, ni los niños acribillados en
Pakistán mientras recogían leña, ni los asesinados en Libia etc. Por no
mencionar los 30.000 que mueren todos los días de hambre, y que apenas son una fría
estadística en un papel.
Se ha convertido a los niños
en mera mercancía a utilizar según procedencia y nacimiento, y es como si se
les matase dos veces: una la real y la otra cuando se les utiliza sin ningún
tipo de escrúpulo.
Cuando algo muere lo normal es
enterrarlo porque si no huele mucho. El sistema en que vivimos tiene toda la
pinta de estar muerto (lleva ya demasiado tiempo viviendo de la caridad del
dinero público), pero los que tienen el poder no lo quieren enterrar y cada vez
está oliendo más y peor. Seguramente y por desgracia va a seguir haciendo mucho
daño durante no sabemos cuanto tiempo, y ni siquiera los niños se están
librando de ser sacrificados y utilizados de forma vergonzosa.
Los niños de Newton y todos
los demás que han muerto y seguirán muriendo prematuramente apenas han tenido
tiempo de disfrutar de esta vida y ya nada se puede hacer. Vaya para todos
ellos un homenaje pero en especial para todos esos a los que apenas cita
nuestra mass-media, o lo hace a desgana como si le remordiese la conciencia:
los asesinados en Palestina, Siria, Libia, Irak, África, Pakistán (tal vez
asesinados por un avión drone dirigido desde una cómoda consola por algún
pariente psicópata de los niños asesinados en Newton) etc., o para todos los
muertos en vida trabajando como esclavos para multinacionales, para que aquí
tengamos ropas muy baratas.
Va
por todos ellos.
Jose E. Santacara
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