El ambiente del pasado sábado en San Francisco rezumaba malestar y enfado por la marcha del hasta ahora jugador de nuestro club Gorka Laborda. Este jugador, de efímera estancia en la Peña Sport llegó a nuestra entidad procedente del Athletic B, club en el que apenas pudo demostrar su valía, al parecer por sufrir lesiones. Antes había viajado a Benidorm procedente de la cantera osasunista. Gorka Laborda ha pasado de héroe a villano, papel al que nos vamos acostumbrando desde siempre en nuestro fútbol. Para la Peña ha sido un verdadero talismán, jugador batallador y correcaminos que nos hacía recordar a insignes delanteros de otras épocas. El Alavés, necesitado de hombres en ataque echó su red de grande, al menos lo es en esta categoría, y al final, tras dimes y diretes se ha llevado al de Barañáin a Mendizorrotza.
La Peña ha jugado de la forma y maneras que había que hacerlo. En principio expresó al jugador su negativa a dejarlo marchar, la razón lógicamente era la de contar con él por el compromiso firmado hasta final de temporada. Pasados los primeros enfados y ante la cerrazón del jugador a seguir en nuestro club ( se había negado a entrenar ) la directiva peñista intentó sacar el máximo provecho de esta anómala situación. Al final hubo acuerdo y la Peña cerró el affaire de la mejor manera posible, eso sí, con el enfado por al parecer unas maneras escasas de ética por parte del club mamozorro.
Laborda ya es historia en la Peña. Es cierto que los acérrimos peñistas no olvidamos estas. Ahora, lo importante, lo verdaderamente importante a partir de este momento es mirar adelante, intentar la contratación de un nuevo jugador que anime el cotarro en la punta y seguir con fidelidad y cariño los colores sagrados de nuestra entidad. Nuestro club también es grande, aquí se cumplen SIEMPRE los compromisos. Aviso para navegantes.
José Luis Lizarbe
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