Los políticos que nos tocan en suerte sufrir han diseñado las bases para que en el seno de las empresas crezcan dictadores. En poco tiempo hemos pasado de tener empresarios a tener amos que no aceptan hombres libres, con derechos, nos quieren sumisos, esclavos.
Algunos pensarán que exageramos al decir estas cosas, pues no, no lo hacemos. La esclavitud, en sus formas actuales claro está, ya no se les azota, empieza a estar presente en algunas empresas navarras como AN Mélida (Pollos Iriarte). La crisis y las reformas laborales posibilitan todo esto, si además le añadimos la perversidad de la ley de extranjería que exige un contrato de trabajo para regularizar su situación, el terreno está abonado para ello.
Por todo esto, en estos momentos, más de una treintena de trabajadores de origen marroquí se encuentran en huelga reivindicando sus derechos más básicos, en definitiva alzándose contra esta moderna clase de esclavitud.
El procedimiento es muy simple, se les contrata en origen, Marruecos por ejemplo, se les da un contrato de trabajo y ya están listos para ser explotados. Jornadas de 12 y hasta 16 horas seguidas, mal pagadas, sin cotizar algunas de ellas, sin calendario laboral, trabajo duro, en frío, sin medidas de protección adecuadas, sin descansos legales y un amo que activa y desactiva las tarjetas de acceso a la empresa a su interés y conveniencia. Nada de derechos laborales, y si no estás de acuerdo ya vendrá otro que lo haga.
Esto ocurre mientras el comité de empresa con siete de UGT y dos de CCOO mira para otro lado. Esto no es un comité de empresa, esto es un comité de la empresa. Abandonándolos a su suerte, les dicen que ese no es su problema. Cabe preguntarse si los más de 1,5 millones de euros anuales de dinero público, que solamente en Navarra, UGT y CCOO reciben para inmigración, sirven más para comprar su silencio que para ocuparse de ellos.
AN Mélida debe saber que lo que les pasa a estos trabajadores es responsabilidad suya, de los jefes de AN reciben las órdenes y en sus instalaciones de Mélida desarrollan su trabajo. Hay normativa y jurisprudencia suficiente que les señalan como responsable. Da mucha vergüenza que empresas con pedigrí de ejemplares recurran a estas prácticas, por el único objetivo de engordar sus beneficios. ¡Qué fácil resulta aprovecharse del débil!
Pero ocurre que, a veces, los trabajadores ya no aguantan más y se plantan, entonces el amo echa mano de su arma más letal, despidos masivos. Los chicos de Avicalia, la subcontrata de AN Mélida (Pollos Iriarte) en la que trabajan desde hace tres años, ya no tienen nada que perder, sólo poseen lo que salvarían en un naufragio.
Pero ellos son poderosos, porque han aprendido a dominarse a sí mismos y ya no aceptan las órdenes del amo, por primera vez en tres años son libres. Uno se siente orgulloso al verlos llenos de vida y energía, unidos en su desdicha, unidos en su lucha, unidos en la esperanza de una vida mejor para ellos y sus familias, son un ejemplo para otros que todavía no se han liberado, debemos apoyarles, nos están mostrando el camino a seguir para no olvidar que nativa o extranjera, defendemos a una sola clase obrera.
Ramón Goldarazena (ELA, Tafalla) (en Diario de Noticias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario