Una sociedad democrática, organizada sobre los valores de la libertad y el pluralismo político, no puede sofocar, impedir o censurar todo tipo de mensajes de crítica. La exposición pública de fotos de presos de ETA no debe entenderse como un delito de enaltecimiento del terrorismo sino en clave de crítica política. Antes de que alguien se caliente y llame "proetarra" -como ocurrió en la web del periódico la última vez que escribí sobre este tema-, aclararé que todo eso no lo digo yo -aunque lo suscribo-, sino alguien tan poco sospechoso de connivencia con ETA como los jueces de la Audiencia Nacional, en una sentencia conocida ayer. Ahora ya sí en mi opinión, esa resolución evidencia descarnadamente la sinrazón de la imputación de 24 personas por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, a cuenta de la exhibición de imágenes de presos en la Korrika de 2009. Tras esa imputación está la acusación de los grupos ultraderechistas Diginidad y Justicia y España y Libertad. Pero, ojo, también están los atestados de la Policía Foral encargados por los mandatarios de UPN. Han utilizado una institución como el Gobierno de Navarra para practicar el mismo juego que esas dos organizaciones ultraconservadoras: el uso instrumental de la justicia en beneficio de intereses políticos espurios. Vergonzoso. De los 24 encausados 20 son navarros. La presencia de imágenes de presos durante la Korrika fue similar en Navarra y en la CAV. La diferencia radica en esos atestados, en la decisión política de encargarlos, en querer aprovechar que el Arga pasa por Pamplona para intentar salpicar por enésima vez al euskera. En su día, al ejecutivo foral le faltó tiempo para juzgar y condenar mediática y políticamente a los organizadores de la Korrika, anunciando a bombo y platillo que les retiraba las ayudas por "exaltar el terrorismo". Sin embargo, hasta un tribunal de excepción como la Audiencia Nacional está rechazando esa descabellada teoría del complejo ETA-Batasuna-Segi-Peñas de Pamplona-Fiestas de laTxantrea-Korrika-todo lo que moleste. Dicho lo cual, apunto otro debate, el de si una movilización en favor del euskera es el lugar adecuado para reivindicar los derechos de los presos. Aclaro que, en mi opinión, la reivindicación es totalmente legítima y el marco totalmente inadecuado. Así me coloco en esa "cómoda equidistancia" en la que algunos te tildan de "proetarra" y otros de "españolazo" -como también ocurrió la última vez que escribí sobre este tema-.
Juan Kruz Lakasta, en Diario de Noticias
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