Hace ya algunas semanas que tengo la sensación de que el debate interno de NaBai ha bajado su volumen y se ha moderado. Sin embargo, no sé si esto es algo que responde a la realidad o al hecho de que estoy tan cansado y aburrido del tema que he sido yo, inconscientemente, el que ha desconectado. Por primera vez en mi vida (será que me hago mayor) el debate político me ha aburrido. Me he cansado de ver cómo cada cual se limita a repetir su propio discurso y a decirlo en todo caso más alto, convencido de que haciéndolo así gana en razón y en argumentos.
Tengo la impresión de que estamos en una situación en la que los discursos políticos pretenden únicamente convencer a los ya convencidos, mantener la propia clientela pero sin querer ilusionar ni ganar nuevos espacios. Tal vez la contienda electoral del próximo mes de mayo crea muchas incertidumbres con la división de UPN y PP o la posible aparición en escena de la Izquierda Abertzale Oficial. Tal vez haya quien tenga cierto miedo a lo que pueda pasar y no quiera arriesgar su capital político y electoral con grandes o pequeñas aventuras. Tal vez lo que ocurra sea que las nuevas maneras de hacer política siguen siendo hoy en día una utopía, bonitas palabras y bonitos slogans, pero muy lejos todavía de concretarse en algo real que los ciudadanos puedan palpar y probar. Tal vez los políticos profesionales simplemente no tengan la imaginación necesaria para hacer realidad esas buenas y bonitas palabras o no tengan la voluntad de avanzar en una senda que no se sabe muy bien a dónde puede conducir.
Tal vez algo de todo esto esté ocurriendo o tal vez simplemente NaBai haya pasado de la UCI a Planta en un necesario periodo de recuperación y cicatrización de las heridas auto-infligidas por su ejemplar “pluralidad”. Sería una lástima que NaBai no reaccionara a tiempo de poder ilusionar a la sociedad navarra como lo hizo hace ya casi cuatro años.
La imagen que ha transmitido NaBai estos últimos tiempos no es la que debiera haber sido. Poco podemos hacer ya al respecto. Sin embargo, tal vez los debates internos o tal vez los cantos de sirena de la Izquierda Abertzale Oficial han llevado el centro del debate (me parece a mi) hacia debates muy viejos ya y que cada vez interesan a menos gente. Lo que hizo de NaBai un referente para muchas personas en 2007 no fue su identidad de izquierdas y abertzale. Todo el mundo tenía claro que NaBai era una alternativa de izquierdas y que defendía un modelo de Navarra que nada tenía que ver con el oficial (fijado desde finales de la transición por UCD, UPN y PSN).
Sin embargo, no fue eso lo que le dio a NaBai la proyección y el éxito que tuvo. La sociedad en su mayoría está cansada de la política tradicional, centrada en su mayor parte en intereses partidistas y particulares o en antiguos debates que ya van cansando a quienes llevan unos cuantos años siguiendo la política y que ya no despiertan el interés de las nuevas generaciones. NaBai irrumpió en el acartonado espacio público navarro como una ráfaga de aire fresco, prometiendo nuevas formas de hacer política a partir de sólidos principios éticos, con transparencia y cercanía a los problemas reales de la ciudadanía, unos problemas que ahora más que nunca están muy lejos de los debates identitarios. Si NaBai, por el motivo que sea, se queda en debates tradicionales y no es capaz de concretar en algo aquella nueva forma de hacer política que prometió en 2007 tendrá realmente difícil volver a ilusionar a la sociedad navarra por fácil que nos lo hayan puesto los demás.
Hay que hacer un esfuerzo por concretar dónde nos llevan y qué suponen en la acción política conceptos como la poliétika. La sociedad lo está demandando desde hace mucho tiempo y ya no se conformará simplemente con frases que lamenten el alejamiento de la clase política de la vida real o la falta de comunicación. La clase política debe volver a la vida real. Estoy convencido de que un acercamiento de la política a la sociedad pasa, entre otras cosas, por entender la política no como una profesión, sino como una dedicación temporal a la que cada cual llega (por su implicación social, cultural, profesional…) desde el desarrollo de su profesión. ¿Están dispuestos los partidos políticos a que NaBai avance en la concreción de “nuevas formas de hacer política”? ¿Están dispuestos a cambiar la política, visto que la política se niega al cambio?
Abarria, en Erreniega
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