El politólogo Roger Buch lleva años investigando el independentismo contemporáneo en Catalunya. Ahora acaba de publicar L'esquerra independentista avui sobre la importancia que está adquiriendo esta tendencia política entre los diversos movimientos juveniles catalanes. Lo que no deja de ser un retrato del independentismo actual.
-¿Cómo es hoy la izquierda independentista catalana?
-Es plural y crece de forma generacional. Los jóvenes politizados son cada vez más independentistas y continúan siéndolo cuando son adultos.
-¿Plural?
-Sí, porque aparte de los sectores juveniles, también surgen otros independentistas ligados a la economía. Se dan cuenta de que el federalismo es imposible y que hay circunstancia desfavorables, como el déficit de inversiones españolas en Catalunya, los problemas de infraestructuras, el tema del aeropuerto de El Prat.
Todo esto hace que mucha gente vea la luz y que emerja otro independentismo que no es el de siempre.
-¿Y los jóvenes?
-El movimiento juvenil ha hecho del independentismo una identidad política. Este movimiento no es marginal y se expresa de muchas maneras, tanto políticas como lúdicas. Es el caso, por ejemplo, del apoyo a las selecciones catalanas, el rock radical catalán, los casals independentistas o cierto resurgir de manifestaciones de la cultura popular, como las fiestas mayor, las grallas, la fiesta del fuego
. Todos estos movimientos se expresan con mucha fuerza en amplias zonas de Catalunya.
-¿Y en Barcelona?
-También existen, pero la oferta juvenil es tan grande que pasa más desapercibido. En barrios como Sants o Gràcia hay casals independentistas de este tipo. Pero es sobre todo en municipios medianos donde la importancia de estos movimientos es más elevada. En estas ciudades la mayoría de jóvenes politizados son independentistas.
-Pero en los años 80 ya habían casals independentistas
-Siempre han habido, pero estaban mucho más politizados, ligados al Moviment per Defensa de la Terra que daba apoyo a Terra Lliure. Ahora juega un papel muy importante el factor lúdico. El independentismo ha sabido ocuparse de los jóvenes a través de la música y calçotades populars. Aunque parezca que sea inconciente, está marcando la conciencia política de los jóvenes. Lo lúdico unido al independentismo está creciendo.
-¿Y a dónde va?
-El independentismo ya no es la enfermedad juvenil del nacionalismo. En una generación, la mayoría de nacionalistas catalanes serán independentistas. La cuestión será si crecerá el número de personas nacionalistas. El independentismo no empieza ni acaba en ERC. En CiU, la mayoría de menores de 40 años se declara independentista. Una parte de los votantes socialistas tampoco se muestran desfavorables a esta opción. Y hay partidos más radicales que están creciendo, como el CUP (Candidatura d'Unitat Popular). En diez años, el independentismo estará en la agenda política de Catalunya.
-¿Algún día será posible la independencia de Catalunya?
-Sí, lo será, pero llevará una generación y dependerá de la reacción de España. Es decir, cuánto más negativa sea, más independentistas habrá.
-¿Por qué es negativa?
-Porque no hay ningún interés en entender o estudiar el independentismo. El conocimiento que hay en España de la realidad de Catalunya es sesgado. Se cogen al discurso que más les conviene para desprestigiar el conjunto.
-¿Los ciudadanos catalanes están preparados para la independencia?
-El independentismo catalán no es excluyente, no genera rechazo de España, como sí ocurre en el País Vasco. Las manifestaciones culturales independentistas pueden ser inclusivas, y los catalanes de origen se sienten cómodos con ellas. Actualmente, hay una parte de ciudadanos que no se siente española; otra que sí; y una tercera que se siente española o catalana según le convenga y que se encuentra cómoda dentro de esta contradicción. Por tanto, en la sociedad catalana no hay dos bloques, no es dual y sí plural.
La Vanguardia
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