jueves, 24 de septiembre de 2009

MURILLO EL FRUTO: COHETE Y CARROZAS

Un buen espectáculo, sí, el desfile de carrozas en Murillo el Fruto del pasado 4 de septiembre por la tarde, el mismo día del cohete y comienzo de fiestas.

En realidad, fue magnífico todo el día. Con un primer protagonista, el alcalde Javier Gárriz, y que desde las once y media estuvo arropado –como se merece, porque es un excelente alcalde- por distintas autoridades, a la cabeza alcaldes y concejales de otras localidades, y Yolanda Barcina, Alberto Catalán, Amelia Salanueva, Javier de la Merced y yo mismo. No sé por qué no había ninguna figura destacada del PSN, que me extrañó.

Bien, fue protagonista para empezar Javier Gárriz, y la crónica pormernorizada ya venía recogida en el mismo Diario de Navarra, precisamente, por su enorme gesto –en representación de su Ayuntamiento- de querer pasar desapercibido cediendo tal protagonismo a tres murillejos/as de pro (Cecilio y dos Marías Pilares), ausentes de su pueblo en torno a los 50 años. La actitud de Gárriz, cada vez más extendida aquí, hay que resaltarla por lo que, otra vez, prueba: la grandeza de un cargo público y una institución local para, en un día tan señalado además en cualquier localidad, renunciar a su exclusivo protagonismo en favor de otros, de otros/as a quienes se quiere reconocer méritos y homenajear abiertamente. Y en ello, díganse misas, pero ni vale la palabrería ni las excusas a posteriori: o se hace lo hecho por Gárriz y el ayuntamiento de Murillo, de nota, o si no, mejor callarse después.

Pero también el alcalde Gárriz fue protagonista por su buen discurso en el acto. Largo, dijeron algunos, pero fue estupendo y cargado de mensajes abiertos y sentidos, y en el que la palabra reflejó la sencillez y el corazón de su autor. Así, difícil de mejorar eso de que “las fiestas son días que se señalan en el calendario individual y familiar”. Y que “los que viven aquí, en Murillo (o en cualquier parte) preparan todo lo necesario con la ilusión de ofrecer lo mejor de su casa y de sí mismos; y los que nos visitan gozan de nuestra hospitalidad y convivencia”. Es así en nuestra tierra y por ello Gárriz, en una afortunada frase habló que en Navarra y por ende Murillo, “las fiestas son un antes y un después en el discurrir de la vida de un pueblo, que se esperan con ilusión y que te motivan a dar y recibir lo mejor”. Lo he vivido, lo vivo y por tanto lo comparto íntegramente. Y desde luego muy resaltables también esas palabras del alcalde de Murillo dedicadas al homenajeado y las homenajeadas, “tres hijos del pueblo que están dando sus vidas en torno a la pobreza y educación en nuestro país y en el extranjero”.

Y el día, tras disfrutar de los servicios del remozado almacén de la cooperativa (¡ay, ese plan E tan denostado por muchos!, que no yo, yo no porque nos ha permitido disponer en Navarra de más de 107 millones de euros para muy distintas inversiones, muchas tan espléndida como esta de Murillo el Fruto). El día 4, digo, nos proporcionó un magnífico desfile de carrozas en la plaza del pueblo. Y hablo de carrozas, y de carrozas de verdad, no de las de edad, con un protagonismo inigualable: las mujeres (más de un centenar de participantes) y nueve conductores de tractores. Y, dejando a salvo la pericia de estos, hay que ver la enorme variedad y gran calidad con que nos deleitaron las primeras. Tantas (variedad y calidad), que, sinceramente, una vez visto lo hecho esa tarde por las mujeres de Murillo el Fruto, valdría la pena plantarse, ya, si las mujeres –de allá y de cualquier parte- tienen algún límite, si puede discutir alguien sensatamente eso de "mujeres al poder y cuanto antes”.

Porque, por lo que vengo viendo, son las mujeres en todas partes y desde luego las de Navarra las que, al principio y en medio y a la postre, se constituyen en los pilares básicos sobre los que está pivotando tanto el trabajo como la fiesta, lo mismo el esfuerzo que la imaginación, y todo –como en Murillo el Fruto- saliendo de perlas. ¡Y eso hoy, con que mañana! En fin, varones: ¡tomémoslo de una vez en serio y, por lo demás, que no nos decaiga el ánimo!, que todavía hay algo por intentar.

Pedro Pegenaute Garde, Doctor en Historia Contemporánea. Titulado IESE. Profesor.Diario de Navarra 8/9/2009




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