El melidés Pedro Pegenaute, actual jefe de departamento de Adeministración Local, de triste trayectoria en su anterior cargo de director general de Política Lingüística, escribió en el Diario de Navarra del 8 de septiembre un farragoso artículo de exaltación de la figura del alcalde de Murillo el Fruto, localidad en la que había estado él presente la víspera junto con buena parte de la plana mayor institucional de UPN. Se advierte al lector que no le resultará fácil leer el artículo en su totalidad.
La Agrupación Independiente de Murillo el Fruto, que cuenta con tres concejales, responde a la carta de Pegenaute en los siguientes términos:
Difícilmente se haya dado este verano en las fiestas de toda Navarra una concentración relativa más alta de altos cargos institucionales por habitante que la que se produjo con motivo del chupinazo de Murillo el Fruto el pasado 4 de septiembre. Nada menos que la alcaldesa de Pamplona, el portavoz del gobierno foral y su jefe de gabinete, la consejera de Administración Local y su jefe de Departamento.
Fue precisamente este último, Pedro Pegenaute, quien pocos días después, el día 8, publicó en el Diario de Navarra un artículo, titulado “Cohetes y Carrozas” de hueco ensalzamiento de la figura del alcalde de Murillo, Javier Gárriz. Venía a decir en el mismo que es un excelente alcalde, que tuvo un “enorme gesto” al renunciar a lanzar él mismo el chupinazo y juzgaba de memorable su discurso de bienvenida a los forasteros que nos visitaban en las fiestas.
Elogios tan vanos dejan en evidencia la obsesión de la cúpula de UPN por arropar a un alcalde demandado ante la justicia por posibles delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos.
Los religiosos de larga trayectoria en las misiones y en el cuidado de enfermos merecían el homenaje popular, pero ellos brillan con luz propia, no necesitan para nada de Gárriz para hacerse acreedores del respeto y del cariño del pueblo; más bien es éste el que necesita de ellos para legitimarse.
La proclama de hospitalidad para con los que nos visitan es pura retórica cuando proviene de alguien que tiene claras dificultades para aceptar la carta de ciudadanía de los mismos concejales de la oposición, a quienes tilda de forasteros y ha llegado a expulsar del pleno, lugar publico y plural, por defender la palabra; que lejos de trabajar por la convivencia social, reparte prebendas a conveniencia e intenta aplicar las normas a su libre albedrío. Quien día a día demuestra ese talante autoritario y ese sentido de patrimonialidad de su cargo institucional, despreciando a una parte importante de su propio vecindario, no tiene ninguna credibilidad por muy cálidos saludos verbales que dedique.
Javier Gárriz es además un alcalde nefasto por su gestión municipal, un continuado despropósito, que está comprometiendo seriamente la futura solvencia financiera del ayuntamiento. La absoluta falta de transparencia en la inversión del almacén de la Cooperativa, en estos momentos innecesaria, pone de relieve su absoluta falta de ética personal y política.
Bien podían haber tratado el Señor Pegenaute y todos sus destacados acompañantes de reorientar la gestión y el comportamiento de este alcalde, en vez de pretender engañarnos con discursos celestiales más propios de épocas felizmente superadas.
Agrupacion Independiente de Murillo el Fruto
Fue precisamente este último, Pedro Pegenaute, quien pocos días después, el día 8, publicó en el Diario de Navarra un artículo, titulado “Cohetes y Carrozas” de hueco ensalzamiento de la figura del alcalde de Murillo, Javier Gárriz. Venía a decir en el mismo que es un excelente alcalde, que tuvo un “enorme gesto” al renunciar a lanzar él mismo el chupinazo y juzgaba de memorable su discurso de bienvenida a los forasteros que nos visitaban en las fiestas.
Elogios tan vanos dejan en evidencia la obsesión de la cúpula de UPN por arropar a un alcalde demandado ante la justicia por posibles delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos.
Los religiosos de larga trayectoria en las misiones y en el cuidado de enfermos merecían el homenaje popular, pero ellos brillan con luz propia, no necesitan para nada de Gárriz para hacerse acreedores del respeto y del cariño del pueblo; más bien es éste el que necesita de ellos para legitimarse.
La proclama de hospitalidad para con los que nos visitan es pura retórica cuando proviene de alguien que tiene claras dificultades para aceptar la carta de ciudadanía de los mismos concejales de la oposición, a quienes tilda de forasteros y ha llegado a expulsar del pleno, lugar publico y plural, por defender la palabra; que lejos de trabajar por la convivencia social, reparte prebendas a conveniencia e intenta aplicar las normas a su libre albedrío. Quien día a día demuestra ese talante autoritario y ese sentido de patrimonialidad de su cargo institucional, despreciando a una parte importante de su propio vecindario, no tiene ninguna credibilidad por muy cálidos saludos verbales que dedique.
Javier Gárriz es además un alcalde nefasto por su gestión municipal, un continuado despropósito, que está comprometiendo seriamente la futura solvencia financiera del ayuntamiento. La absoluta falta de transparencia en la inversión del almacén de la Cooperativa, en estos momentos innecesaria, pone de relieve su absoluta falta de ética personal y política.
Bien podían haber tratado el Señor Pegenaute y todos sus destacados acompañantes de reorientar la gestión y el comportamiento de este alcalde, en vez de pretender engañarnos con discursos celestiales más propios de épocas felizmente superadas.
Agrupacion Independiente de Murillo el Fruto
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