jueves, 10 de septiembre de 2009

INTERVENCIÓN DE UXUE BARKOS AYER EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

(Reproducción del Acta de Sesión del día 09-09-09)
Gracias, señora presidenta.
Señorías, señor presidente del Gobierno, en el enésimo debate de un año a esta parte sobre la crisis sería sinceramente una pérdida de tiempo, a nuestro entender, centrarnos en señalar cuáles han sido los errores cometidos por acción o por omisión. Desde Nafarroa Bai optamos por plantear propuestas concretas para la situación concreta que vivimos en estos momentos. Nuestro reto, primero, el más importante y el más urgente —concurren las dos circunstancias—, sigue siendo el empleo, y más cuando ayer mismo el ministro de Trabajo reconocía la ineficacia de las actuales políticas de fomento de empleo. Parece obvio que producido un primer ajuste en el sobredimensionamiento del sector de la construcción y otro posterior, más importante y muchas veces olvidado, en el sector industrial se nos viene ahora encima el efecto dominó de la caída del consumo interior en el sector servicios. En contrapartida, no hemos sido capaces de encontrar nuevos yacimientos de generación de empleo que no solo amortigüen el impacto sobre las cuentas públicas, sino que verdaderamente alienten la creación de una nueva estructura de economía productiva.

Se nos anuncia como panacea casi una ley de economía sostenible, cuyos efectos desconocemos porque de momento desconocemos incluso los objetivos, y esto hubiera sido fundamental en un debate como el de hoy.

Sin embargo, a realidades tan sólidas y manifiestas como las políticas de empleo social sobre una base jurídica cierta y en marcha como es la Ley de Dependencia, su Gobierno, más allá de asentimientos en diferentes foros —esta sala, Comisión de Trabajo, etcétera—, no ha articulado una sola medida en todo este tiempo de crisis y es ya un año largo. Sinceramente, señor presidente, ¿cree usted que tenemos algo más sostenible por lo que trabajar que la realidad social de nuestros dependientes?

Estoy hablando de ese escenario como un escenario también de generación de empleo. Le hablo una vez más, efectivamente, de una realidad cotidiana que afecta a cientos de miles de familias en una estadística que parece no computable, pero que, sin embargo, tiene mucho que ver —estoy absolutamente convencida— en datos como el que conocíamos ayer, que por primera vez un país del Este, en concreto la República Checa, ha superado en capacidad competitiva a España. Nos equivocaríamos si nos quedáramos en la fría lectura del dato y enfocáramos el debate simplemente en la estructura de nuestros costes laborales y de producción o en las deficiencias de nuestra balanza comercial. Necesitamos —es un reconocimiento unánime— un auténtico cambio de modelo productivo, más todavía de modelo socioeconómico y muy fundamentalmente un verdadero cambio de escala de valores.

Mañana, si usted tuviera suficiente audacia, tiene la capacidad de crear miles de puesto de trabajo en asistencia social, trabajadores sociales cuyo puesto de trabajo debe tener tanta dignidad y reconocimiento como lo tiene cualquier trabajador industrial, y esa es una clave que debemos cambiar y que se cambia desde posicionamientos, desde apuestas, desde propuestas políticas. De usted depende el enfoque de la inversión pública, si la malgastamos, si la derrochamos inútilmente o si la destinamos a ámbitos de creación de la riqueza del empleo, que es riqueza también de cualquier sociedad y, como hemos visto en este último año, riqueza fundamental.

Por eso, cada euro que usted destine a la inversión pública debe ser evaluado por la posibilidad real de creación de empleo que lleve aparejado, y solo desde esta perspectiva se entiende la apertura de un debate serio de política fiscal. No se trata de cubrir determinados porcentajes de déficit o de necesidades excepcionales, fruto de la dura situación que provoca la crisis. Cualquier reforma impositiva debe ser integral y marcada —en opinión de Nafarroa Bai— por dos criterios básicos: la progresividad contributiva y el incentivo de las inversiones en economía productiva. Seamos capaces de marcar esa diferencia en todo lo que son las rentas de capital. Ser de izquierdas o ser de derechas no se expresa en una medida aislada sino en un conjunto de políticas activas laborales y fiscales. Preséntenos un plan coherente en esta línea y seguro que contará con el apoyo decidido y estable de una mayoría social y de progreso en esta Cámara y también en la ciudadanía. Lo demás, sinceramente, es seguir ajustando sus previsiones a la realidad que le está desbordando.
Gracias, presidenta

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