Con los sonidos de la txalaparta de fondo y los abanicos intentando en vano mitigar el calor reinante, arrancó ayer en el Patio de los Gigantes de Pamplona el homenaje al recientemente fallecido Pablo Antoñana.
El acto, al que asistieron cientos de personas de prácticamente todas las edades, fue coordinado exquisitamente por Javier Pagola, quien dio inicio al mismo con las siguientes palabras: "Me llamo Pablo Antoñana y nací en Viana, de Navarra. Mi oficio de traer el pan a casa, secretario de ayuntamiento. He sido siempre un enhebrador de palabras, un buscador de trocitos de vida". Fue el emotivo comienzo de un homenaje organizado por un grupo de amigos del escritor, un homenaje popular que "no es un espectáculo, sino una reunión cívica para honrar y recordar a Pablo Antoñana", matizó Pagola. Una reunión a la que, bajo el título de "En recuerdo y agradecimiento a Pablo Antoñana", dieron continuidad sobre el escenario Toño Muro y Xabier Eder, amigos ambos de Antoñana. El primero leyó un artículo del escritor publicado en Navarra Hoy en 1983, titulado Espejo Cóncavo, y el segundo desgranó otro escrito del autor de Viana denominado Confesiones. Tras ellos tomó la palabra Miguel Sánchez Ostiz, que ofreció un perfil íntimo de Antoñana marcado por los elogios a su personalidad y coherencia, destacando su soledad literaria y no exento de critica: "Todavía no se cómo el Gobierno de Navarra no ha pagado a algún catedrático de la Universidad de Zaragoza para comparar a Pablo Antoñana con Borges... No basta sólo con dar un premio y luego fumarse un puro".
Posteriormente, y después del primer intervalo musical, rindieron su particular homenaje Miguel Ángel García, de la Asociación Cultural Elgacena; y Sagrario Alemán, en cuya intervención, la más emotiva de la tarde, recordó el paso de Pablo Antoñana, ya entrado en años, por el euskaltegi de Arturo Campión para aprender euskera. Roldán Jimeno tomó el relevo aportando una visión personal, recordó una fotografía de su infancia en la que Pablo Antoñana le sostenía en sus rodillas, y destacando las aportaciones como historiador del homenajeado.
La parte final del acto estuvo protagonizada por Alfredo Díaz de Cerio, que leyó una poema inédito de su padre, también fallecido, amigo del escritor; Pello Lizarralde, que entonó, en euskera, una conmovedora canción de cuna; y Bernardo Atxaga, que recitó un poema sobre Adán, "elegido porque Pablo era un hombre de una pieza, cuya rectitud le hacía parecer adánico".
El broche último lo colocó magistral y emotivamente la hija de Pablo Antoñana, Blanca, en representación de la familia, también presente en el acto (muchos de los oradores tuvieron palabras de elogio para su viuda, Elvira). "Mi padre huía de los homenajes, pero seguro que hoy estaría emocionado y agradecido".
Entre los presentes en el homenaje se encontraba la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina ; el consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas ; y el director general de Cultura, Pedro Lozano . También se pudo ver a Koldo Amezketa, de Nafarroa Bai , y al rector de la UNED, José Luis Martín Nogales . En lo que respecta al mundo de la cultura, entre los asistentes al acto se pudo ver a Juan Cruz Labeaga , historiador y amigo de Pablo Antoñana; Xabier Morrás , artista; José Ángel Irigarai , escritor, José María Domench , de la editorial Sahats; José María Esparza , de la editorial Txalaparta; Koldo Pla , de Txinparta; y Txema Aranaz ,Pello Elzaburu y David Mariezkurrena , de la editorial Pamiela. Tampoco faltaron a la cita el director de DIARIO DE NOTICIAS, Joseba Santamaría ; el profesor y escritor Pedro Lozano Bartolozzi , Carlos Martínez , de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra; José Luis Mendoza , de Udalbide; Elena Aranguren , viuda de José María Jimeno Jurío; y Javier Zudaire (UNESCO Navarra). Entre los que siguieron el acto desde la calle se econtraban Patxi Zabaleta , de Nafarroa Bai; y Enrique Villarreal "ElDrogas" , cantante de Barricada.
Diario de Noticias
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