El nombramiento de Miguel Sanz como presidente de Bodega de Sarría SA
vulnera la Ley de Incompatibilidades según denunció ayer la asociación
Kontuz en una rueda de prensa. Esta normativa prohíbe que un ex alto
cargo se incorpore a una empresa sobre la que tomó decisiones cuando era
mandatario público hasta que pasen dos años después de su cese. El
político corellano, sin embargo, ha sido nombrado presidente de esta
bodega sin esperar siquiera al plazo prefijado, ya que Sanz dejó la
Presidencia en mayo del año pasado. Kontuz urge al Parlamento, al
Ejecutivo y a la Fiscalía a que actúen de forma inmediata.
El miércoles se dio a conocer que será el presidente de Sarría. Estas
bodegas anteriormente eran propiedad de Caja Navarra y fueron vendidas a
Caixabank junto con el resto de la entidad. Actualmente, se gestionan
desde Criteria, una sociedad de inversores del banco catalán. Según
explica la asociación de contribuyentes Kontuz, la CAN «financió los
procesos de ampliación de capital que permitieron la compra de otras
bodegas y que son las que hoy han convertido a esta empresa en un
destino apetecible».
El nombramiento de Sanz ha sido decisión de Enrique Goñi, el ex
director general de CAN. Goñi recaló tras la absorción como ejecutivo en
Criteria, cargo del que se ha valido para entregar ahora a Sanz la
presidencia de Sarría. Cabe recordar que fue Sanz quien, en 2002, nombró
a Goñi como director general de CAN contra el criterio de los
anteriores responsables de la caja, incluido Juan Luis Uranga, quien
decidió marcharse de la entidad poco después.
Además de Sanz, el propio Goñi se ha colocado como vicepresidente de
Bodega de Sarría. Otros dos pesos pesados de CAN también han sido
nombrados ejecutivos de esas bodegas. Se trata de José Antonio Sarría,
presidente de la Confederación de Empresarios (y, además, sustituto de
Yolanda Barcina en la Comisión de Control en CAN), y Ricardo Martí
Fluxá, el encargado de aprobar las retribuciones a los consejos de la
Caja de Ahorros de Navarra.
No es la primera vez que se cuestionan los nombramientos de Sanz en
empresas vinculadas a su trayectoria institucional. Ocurrió también
cuando se colocó al frente de la gestora de autopistas Audenasa. El
expresidente cobra unos 20.000 euros al año por este cargo.
Kontuz considera que estos nombramientos «huelen mal» y denuncia que
cada vez que Sanz «levanta la voz, le dan un cargo». En sus últimas
apariciones públicas, el expresidente ha dudado de la estabilidad del
Gobierno de Barcina y ha llegado a decir extraoficialmente que habrá que
convocar elecciones en primavera.
Kontuz también muestra su indignación por estos nombramientos ya que
Sarría ha sido una empresa impulsada desde los poderes públicos y se ha
elegido una nueva cúpula directiva que poco o nada sabe del mundo del
vino.
Aritz Intxusta, en GARA
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