El bipartidismo en decadencia. La Política y el sindicalismo acosados por el populismo fascista e intolerante. La iglesia católica celebrando en los palacios arzobispales la vuelta al poder negro de las sotanas. Las redes saturadas de mensajes totalitarios con apariencia de izquierdismo. Los medios de comunicación de masas entregados al pensamiento único. Las y los periodistas expulsados de su función informativa.
La estructura autonómica territorial amenazada por la fuerza centrípeta del capital y el nacionalcatolicismo. La diversidad y la plurinacionalidad del Estado denostada. La bota con refuerzos metálicos pisando las identidades culturales, lingüisticas y económicas, con el lema de “una, grande y libre” en la suela.
La tierra para esta cosecha fue labrada y sembrada hace ya mucho más de un año. El espíritu de la transición resultó ser eso, un espíritu faústico. Todo vuelve como una ola cuando el capital necesita controlarlo todo, la democracia estorba y debe quedar en una pantomima. En un año la aceleración destructiva no nos deja tiempo para la reflexión. La agenda de movilizaciones y causas amontonan días y horas. Los días de vino y rosas han dado su cumplido fruto.
La Constitución española está, si no muerta, en estado terminal. El pacto PP-PSOE para modificar con nocturnidad y alevosía el artículo 135 y entregar España a los mercados fue un corte en las venas. Y ha sido la derecha fáctica la que definitivamente estrujó el corazón del consenso.
Hoy 6 de diciembre de 2012, día de la Constitución española, nada que celebrar.
Invoquemos a la izquierda social, el nacionalismo de izquierdas y la ecología política a un proyecto compartido que rompa el bipartidismo en una elecciones que tendremos pronto que demandar anticipadas. Tres años más sin esperanza y nos iremos al abismo.
Editorial Paralelo 36-Andalucía
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