jueves, 27 de octubre de 2011

HUELGA CONTRA LOS RECORTES A LA ENSEÑANZA

Las movilizaciones que han acompañado en Navarra el inicio de curso escolar, avaladas por asociaciones de padres y madres, sindicatos de la enseñanza y profesores -y que culminan hoy con una convocatoria de huelga en la educación pública-, no tienen por objeto tanto la defensa de reivindicaciones laborales o corporativas como la de un modelo de enseñanza que garantiza la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Las más de 20.000 personas que el pasado sábado recorrieron las calles de Pamplona-Iruña denunciaban que los confusos y abultados recortes presupuestarios del actual Gobierno de UPN y PSN afectan a la calidad de las prestaciones públicas en servicios básicos del Estado de Bienestar como la educación -y ahí está la reciente denuncia por abandono de los centros de enseñanza en euskera de la Rochapea-, la sanidad o la atención social. Insisten una y otra vez en la idea de que la educación es el centro de sus preocupaciones de gestión, pero en el momento que la crisis ha desvelado una política despilfarradora de los recursos públicos, la educación pública ha sido, junto a la sanidad, un ámbito duramente afectado por los recortes presupuestarios. De hecho, asumir la posibilidad de devaluar la calidad de la enseñanza -por mucho que el consejero José Iribas trate de marear la perdiz con anuncios incompletos y promesas de incierto cumplimiento- muestra una concepción reduccionista e ideologizada del dinero público destinado a la preparación y cualificación humana como un gasto más, y por tanto sometido como cualquier otro a las coyunturas económicas, en lugar de como una inversión de futuro y un nicho de empleo. La sociedad del conocimiento a la que se alude como garantía social de futuro tiene su base en las clases de Primaria y Secundaria, cuya calidad es la garantía de que la educación superior alcance niveles de excelencia. Es difícil de entender que conforme aumentan los índices de fracaso escolar y se dificulta la asunción de valores como la calidad, el respeto al otro, la curiosidad o la disciplina, el Gobierno se sienta satisfecho únicamente con alcanzar objetivos presupuestarios. Y como demuestra el anteproyecto de Presupuestos de 2012, hay numerosos gastos y partidas con una finalidad política clientelar de dudoso interés general, mucho más prescindibles que unos recortes que ponen ruedas al avance social y científico de las nuevas generaciones de navarros y navarras.

Editorial del Diario de Noticias

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