miércoles, 5 de octubre de 2011

"CATALUNYA DEPENDE CADA VEZ MENOS DEL MERCADO ESPAÑOL"

Los economistas Modest Guinjoan, doctor en Economía por la Universitat Autònoma de Barcelona, y Xavier Cuadras, director de la Escuela Superior de Comercio Internacional, han tenido en cuenta conceptos como el déficit fiscal o las repercusiones de un posible boicot para elaborar el balance económico de la independencia que se publica en el libro ‘Sense Espanya’ (Editorial Pòrtic). En él se analizan los diferentes escenarios y las posibles consecuencias económicas de si Catalunya se separase de España.

-¿Cuáles han sido las principales motivaciones a la hora de realizar este balance económico?
-Modest Guinjoan: La motivación es prácticamente doble. Por un lado, el país está avanzando hacia unas posiciones de carácter político que cada vez son más claras y la hipotética independencia toma un aire de normalidad en la discusión cotidiana y forma parte del debate político y social. Por otro lado, en los últimos años se había avanzado de una forma muy sustancial el conocimiento de una faceta de las relaciones entre Catalunya y España como son las balanzas fiscales, y esto ya ha permitido cuantificar cuáles son las características básicas, las magnitudes y los flujos que hay entre estos territorios.
- Xavier Cuadras: La premisa del libro es que la independencia es un proyecto político pero tiene repercusiones económicas y nuestra intención es aportar argumentos desde este punto de vista.

- ¿De qué repercusiones económicas estarían hablando?
- M.G: Entendemos que en el caso de una hipotética independencia esta solidaridad que tiene Catalunya con España sería un renta, un dividendo de independencia porque todo este dinero nos lo ahorraríamos. Pero habría una contrabalanza que es un temor que tienen muchos empresarios. Y es que si Catalunya haría un paso de este tipo a lo mejor el mercado español, que es muy importante, dejaría de comprar.
- X.C: Nosotros analizamos las consecuencias de un hipotético boicot comercial. No nos inventamos el boicot comercial, ya ha habido en el 2005 con el tema del cava, y ahora por ejemplo con la negociación del pacto fiscal se podría dar. No sabemos si pasará o no pero podría que hubiera un movimiento en este sentido otra vez y sobre este aspecto aportamos una metodología para hacer unos cálculos y unos resultados.

-¿Cuáles serían estos resultados?
- X.C: Es difícil dar un resultado definitivo simplemente porque no sabemos cuál podría ser el efecto de un boicot. Entonces nuestro ejercicio básicamente es simular diferentes escenarios y magnitudes del boicot y a partir de ahí tener unos resultados en términos de disminución de la actividad económica, del producto interior bruto (PIB) de Catalunya.

- ¿Qué efectos concretos podría tener un boicot en la economía catalana?
- X.C: Un ejemplo es que si se produjera una disminución del 40% de las exportaciones catalanas hacia el mercado español de productos de consumo y un 20% de las exportaciones de las empresas catalanas y que compran a otras empresas para hacer otros productos normalmente el boicot es mucho más intenso en los bienes de consumo que no en los bienes que compran las empresas. Eso está estudiado. Si se produjera un boicot de esta magnitud la disminución del PIB en Catalunya sería alrededor de un 4%. Una disminución del 4% es una cantidad importantísima pero si lo comparamos con el déficit fiscal, que es alrededor de un 9-10%, es una disminución menor. La magnitud de este boicot creemos que es enorme pero seguramente es poco realista pensar que se pueda producir un boicot de esta magnitud de forma sostenida en el tiempo durante un largo periodo.

- ¿En el caso de que se diera un boicot de una gran magnitud el balance podría llegar a ser negativo?
-X.C: Si se diera una hipotética situación en la que el boicot fuese muy grande el balance podría ser negativo. Otro resultado es que para compensar la totalidad del déficit fiscal se tendría que producir un boicot que, por ejemplo, comportarse la disminución del 80% de las exportaciones catalanas de productos de consumo y del 50% de las exportaciones catalanas hacia las empresas. Este tipo de efectos de un boicot, no podemos afirmar que no se producirá porque no lo sabemos, es un escenario muy poco realista porque estamos hablando de todos y cada uno de los bienes de consumo. Además las empresas tienen maneras de adaptarse a una situación de estas características.

-¿Cómo?
- X.C: Pueden quitar distribuidores comerciales, servir marcas interpuestas o utilizar etiquetas como ‘made in Europe’. En otros muchos casos muchas marcas son muy populares y no podrían esconderse de ser catalanas.

- En las relaciones comerciales el principal cliente de Catalunya sigue siendo España. ¿Esta tendencia continuará siendo así?
- X.C: España es el principal mercado de Catalunya como mercado de exportaciones. En el 2005, según la última tabla publicada Input-Output, del total de las exportaciones catalanas el 54% iba hacia España. Es un mercado importante. Ahora bien, también es cierto que el peso del mercado español se ha ido reduciendo de una manera bastante remarcable. En 1987 el porcentaje era de un 75% por lo que en 18 años se ha reducido en más de 20 puntos. Las últimas cifras del 2010 casi ya apuntan a un 50% por lo que la dependencia del mercado español cada vez es menor.

- ¿En este proceso de internacionalización económica se podrían ver afectadas también las multinacionales instaladas en Catalunya ante un posible boicot?
- M.G:
Consideramos que las empresas multinacionales no tendrían un impacto como el que podría tener la llamada de un boicot en las empresas catalanas. La fortaleza al boicot se debilitaría mucho en relación a la ubicación de una planta que, en definitiva, la mayor parte de la gente no sabe qué se produce en esa planta ubicada en Catalunya. Es decir, la Sony vende productos pero el consumidor no sabe discriminar si está hecho en Catalunya o Malasia. Las marcas tienen una preponderancia global de no poderse identificar y esto haría que este boicot sería mínimo. En cualquier caso, las multinacionales tienen muchos recursos y en el caso de que hubiese una incidencia ya encontrarían la manera de solventarla.

- ¿Con los datos que publican de su balance económico se generarían más puestos de trabajo en Catalunya?
- X.C:
En principio hay dos efectos. Un efecto que hace subir la renta que es la eliminación del déficit fiscal, que quiere decir que aumenta la capacidad de consumo bien del gobierno o de los particulares. Por otro lado, el efecto negativo sería la disminución de la actividad económica, si hay un boicot esto tiene efectos sobre el PIB y la ocupación. Por tanto, en principio, aumentaría la renda de los catalanes, su capacidad de gasto y la actividad económica. Tampoco podemos negar que parte de este gasto a lo mejor se centraría en productos que no se fabrican aquí sino que serían importados y eso no favorecería directamente a las empresas de aquí.

-¿También se viviría mejor?
- M.G: Habría más renta, más capacidad de gasto o inversión, ya sea en manos del sector público o privado. Eso genera o bien más actividad en sus efectos multiplicadores o bien directamente más disponibilidad económica por parte de las familias que, en definitiva, es más riqueza, más renta.
- X.C:
Habría más recursos y sus usos dependerían de las instituciones y de la propia calidad de la democracia.

- La gestión de los recursos ya sería otro tema, ¿no?
- M.G: Un aspecto importante es que en una situación de capacidad de decisión política propia el gobierno se podría pensar más en potenciar el tejido productivo del país. Es bastante conocido que la política de infraestructuras en el conjunto del Estado español se ha hecho desde un prisma con mucha influencia política. Sólo hace falta mirar la red ferroviaria que probablemente es un paradigma bastante claro.

- ¿Otros ejemplos serían la gestión del aeropuerto y el puerto?
- M.G: Por ejemplo. También el corredor mediterráneo, la conexión con Europa. Es un escándalo que se haya tenido entretenido y se haya pensado en otros corredores paralelos. Es un paradigma del malgasto de recursos que se ha hecho y del tiempo que hemos perdido. El puerto de Barcelona y el de Tarragona también tienen una potencia logística extraordinaria y no se ha potenciado.

- ¿En un contexto de independencia económica sería necesaria una política de recortes sociales como está sucediendo ahora?
-M.G:
Concretamente no tenemos esta cifra pero por la inyección que significaría la diferencia entre el déficit fiscal y el coste del boicot sería más que suficiente para que hubiese superávit.

- Hace unos días conocíamos el déficit de Catalunya en el 2010. Según la auditoria externa encargada por el Govern lo elevaba al 4,2%. ¿Les ha sorprendido este dato?
- X.C
: Sí que encuentro sorprendente que en el anterior gobierno se hiciesen las cosas de tal manera que provocó un déficit de una forma irresponsable porque un nivel de déficit de esta magnitud de un gobierno como el catalán es bastante importante. Lo que pasa es que hay muchas maneras de hacer la contabilidad y eso siempre es muy controvertido. Unos dicen unos números y otros otros.
- M.G: Se tiene que tener en cuenta que efectivamente el déficit suena alto pero más por la desviación respeto a aquello que se había previsto que no por la magnitud en sí.

- ¿En este balance económico que han elaborado también aconsejan mantener como moneda el euro?
- X.C
: El euro se mantendría. Imagínate que un gobierno que comienza y dice ahora que substituirá el euro por una nueva moneda. Con la moneda no se juega y, por tanto, eso sería una operación absolutamente desastrosa desde su concepción. No hay ningún gobierno mínimamente inteligente que se planteara una cosa como ésta. Incluso fuera, hay países en América Latina que tienen una moneda que no es la suya, hay países dolarizados que utilizan el dólar o dentro de Europa hay países que están fuera de la Unión Europa pero utilizan el euro, como Andorra. El principal argumento en contra de esto es que se produciría un pánico bancario monumental y la gente iría al banco y sacaría el dinero antes de que hubiera la conversación.

- Dándole una vuelta a su balance económico, ¿cómo estaría España sin Catalunya económicamente?
- M.G: España sería el 80% de la situación actual. Sería una economía que no dependería tanto, como antiguamente, de los suministros catalanes, y en un contexto de economía abierta hoy en día las fronteras no tienen prácticamente sentido. España sería viable sin Catalunya, lo que le costaría sería prescindir de estas rendas que aporta Catalunya actualmente pero para el Estado español representa un porcentaje inferior al 2% del PIB.

- En la presentación de su libro estuvo el conseller Andreu Mas-Colell en la sede de Pequeñas y Medianas Empresas de Catalunya (Pimec). ¿Qué les ha comentado sobre el balance económico que recoge su libro?
-X.C: Mas-Colell cuando todavía no era conseller como colega del departamento le habíamos dado alguna parte del libro por si tenía interés y nos había hecho algún comentario. Lo que dijo en la sede de Pimec es que Catalunya es viable desde el punto de vista económico y eso es bastante obvio, muchos países más pequeños, pobres y con más problemas lo son. Después pensando sobre el impacto de un posible boicot cuando lo analizas con un poco de profundidad y en cifras tampoco no es tan importante.

-¿Por qué?
- X.C:
Primero porque seguramente lo que nosotros vemos en otros boicots normalmente tienen un impacto limitado y son de corta duración. Por ejemplo, en el caso de los franceses se concentran normalmente en el vino, en Dinamarca por las caricaturas de Mahoma el producto afectado fue la mantequilla. A veces un boicot no es en contra de todos los productos sino contra algo que es especialmente emblemático o representativo. Tiene este aspecto limitado y después si pensáramos en un boicot más importante y su impacto sobre el PIB comparado con el déficit fiscal no sería tanto.

lavanguardia.com


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